jueves, 5 de septiembre de 2019

¿Cómo piensa el PSOE pagar las pensiones?

Juan Rallo analiza la suicida política en materia de pensiones que ha presentado para embaucar a la dirección de Podemos o a sus potenciales electores. 
No se puede ser más irresponsable por la obtención del poder, y el daño a la sociedad española puede ser absolutamente dramática...

Artículo de El Confidencial: 
Foto: Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay.Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay
El PSOE presentó ayer sus 370 medidas para embaucar a la dirección de Podemos o, en todo caso, a algunos de sus votantes en unos próximos comicios electorales. El documento está repleto de propuestas fuertemente restrictivas de las libertades económicas: más gasto, más impuestos y más regulaciones dirigidas a asfixiar una economía en plena desaceleración. Pero acaso el contenido más abiertamente irresponsable y más financieramente insostenible sea la derogación total de la reforma de las pensiones del año 2013.
Recordemos que en 2011 el Gobierno de Zapatero reformó-recortó la Seguridad Social elevando la edad de jubilación hasta los 67 años y reformulando el método de cálculo de las pensiones (definiendo la base reguladora como los últimos 25 años de cotización y condicionando la percepción del 100% de la misma a 37 años de trabajo). Si Zapatero reformó-recortó la Seguridad Social no fue por un torpe sadismo preelectoral contra varios millones de votantes pensionistas, sino porque este ente público estaba a las puertas de sumergirse en el mayor desequilibrio estructural de toda su historia.
Y, de hecho, tan notable resultaba ese desequilibrio que la reforma-recorte de Zapatero no bastó. De ahí que, a su vez, el Gobierno de Rajoy tuviera que reformar-recortar las pensiones en 2013: para ello, desindexó las pensiones del IPC (y las ligó al índice de revalorización de las pensiones, el cual impedía elevarlas más de un 0,25% al año mientras persistiera el déficit de la Seguridad Social) e introdujo el factor de sostenibilidad (por el cual los ingresos de los nuevos pensionistas se recortaban aproximadamente un 5% por cada año en que se incrementara la esperanza de vida).
Ambas reformas-recortes, tanto la de 2011 como la de 2013, eran indispensables para que la Seguridad Social se volviera financieramente sostenible en el medio plazo. Y, sin embargo, Sánchez acaba de proponer enterrar de manera definitiva la de 2013, en tanto en cuanto defiende volver a indexar las pensiones al IPC y suprimir por entero el factor de sostenibilidad. Así podemos leerlo en los apartados 29 y 30 de su documento:
29. Estamos comprometidos con la actualización de las pensiones de acuerdo con la evolución del IPC real, aumentando en mayor medida las pensiones mínimas y las no contributivas.
30. Eliminaremos el factor de sostenibilidad y del índice de revalorización del Sistema de Pensiones de la Seguridad Social previstos en la Ley 23/2013.
Nótese que esta es la primera vez que el PSOE imprime negro sobre blanco su intención de derogar por completo la reforma-recorte de 2013 (en el programa electoral de las pasadas elecciones generales, se optó por una reducción mucho más ambigua: “Reformar la actual regulación del factor de sostenibilidad”). Pero sin la reforma-recorte de 2013, el gasto anual en materia de pensiones se incrementará una media de 3,1 puntos del PIB por año hasta 2057, esto es, el equivalente a unos 35.000 millones de euros anuales. Dejando de lado lo disparatado que sería cargar nuestra economía con una presión fiscal adicional de 3,1 puntos de PIB anuales para meramente sufragar el consumo de los pensionistas (algo que ni siquiera contribuiría a aumentar nuestro crecimiento potencial), lo peor de la propuesta es que ni siquiera se explica cómo piensa financiarse.
Es cierto que el documento socialista recoge algunas subidas de impuestos, como la tasa Tobin (194), el agravamiento del impuesto sobre sociedades (195 y 196), nuevos tributos medioambientales (200) o la tasa Google (210). Pero estas partidas ni lejanamente llegan a cubrir un agujero de 3,1 puntos de PIB anuales. A la postre, el propio PSOE estimó en su anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 que la recaudación esperada por tales modificaciones impositivas ascendía a menos de 0,4 puntos de PIB. ¿Cómo cubrir un desequilibrio de 3,1 puntos de PIB con 0,4 puntos de PIB? (Y conste que estoy dejando fuera de esta cuestión todas las otras promesas de gasto que también se contienen en este documento). Pues una de dos: o el PSOE no tiene la más mínima intención de cumplir con su promesa o nos está ocultando una descomunal subida impositiva que inevitablemente recaería sobre los hombros de las clases medias.
Es decir, o nos mienten o nos engañan: esa es, en resumen, la política socialista en materia de pensiones.

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