No es sorprendente las lágrimas a mares de Pablo Iglesias. Consigue su objetivo de alcanzar el poder (y la experiencia en Sudamérica de los bolivarianos siguiendo sus estrategias y poniendo las instituciones del poder a su servicio, tras controlar el legislativo, el mediático y el judicial -y en ello están desde el primer día-) muestran lo difícil que es que lo abandonen una vez en él.
Y cuando su negociación exigía su puesto como vicepresidente, el éxito es ya rotundo pase lo que pase con el país, pues ni en sus sueños por no hacer nada preveía ganar 71.000 (entre otros privilegios y gastos pagados varios) de por vida.
Es ciertamente para llorar de alegría, sin duda, aunque ello suponga reírse una vez más de todos "cabalgando contradicciones" (como bien reconociera) al dirigir las "cloacas del Estado" que tanto criticara y gobernar entre corruptos, partidos de la cal viva...y por supuesto, disfrutar de los privilegios de la casta (instaurado por Zapatero), de la que forma parte.
Pelayo Barro informa de ello en el siguiente artículo.
Artículo de Ok Diario:
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras la sesión de investidura. (Foto: Francisco Toledo)
Pablo Iglesias será nombrado vicepresidente del Gobierno de coalición, y con ello obtendrá un puesto vitalicio en el Consejo de Estado, a ocupar cuando cese como vicepresidente como hizo María Teresa Fernández de la Vega. Como poco, tendrá asegurados los actuales 71.000 euros que cobra cada miembro de este organismo.
Iglesias tiene la vida resuelta. En los próximos días, cuando el líder de Podemos tome posesión de su cargo como vicepresidente de Derechos Sociales -nombre que le ha dado Sánchez a su cartera-, Iglesias pasará a formar parte del selecto ‘club’ de los altos cargos públicos que tienen derecho a un sillón, de por vida, en el Consejo de Estado.
Los presidentes y los vicepresidentes del Gobierno tienen derecho a ser ‘consejeros natos vitalicios’ de esta alta institución, que asesora y aconseja sobre diversos temas a aquellos miembros del poder Ejecutivo que lo requieran.
Fue el presidente Rodríguez Zapatero, actual miembro del Consejo del Estado, quien modificó en 2004 la ley para permitir que los altos cargos de un Gobierno tuviera acceso automático a este puesto vitalicio, remunerado a día de hoy con 71.000 euros anuales. Un ‘retiro de oro’ que hoy también ocupa la que fuera su su vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Pedro Sánchez ya se aseguró su pertenencia posterior al Consejo de Estado el día que obtuvo la condición de presidente a través de la moción de censura presentada contra Mariano Rajoy en junio de 2018.
De los cuatro expresidentes del Gobierno, tanto Felipe González como José María Aznar renunciaron a formar parte del Consejo de Estado. Mientras que José Luis Rodríguez Zapatero sólo ha abandonado su puesto en dicho órgano consultivo de forma "temporal". Así lo comunicó al presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, en julio de 2015 para centrarse en la Presidencia del Consejo Asesor de la fundación alemana Instituto de Diplomacia Cultural. Mariano Rajoy, el último ex presidente con derecho a un sillón en el Consejo de Estado, también renunció a este para retormar su carrera de registrador de la propiedad.
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