domingo, 12 de abril de 2020

Dos mil economistas piden recortar "gastos absurdos" y centrarse en ayudar a los que lo necesitan

Alejandra Olcese muestra el Manifiesto por la Libertad promovido por distintos economistas que piden recortar gastos de la Administración para centrar y permitir ayudas necesarias, sin comprometer así la solvencia del Estado, que será la segunda derivada de la crisis actual, y traerá grandes quebraderos de cabeza por la irresponsabilidad política en la cuestión presupuestaria y fiscal. 

Artículo de Voz Pópuli: 
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Más de 2.200 personas en España han firmado un manifiesto en el que piden al Gobierno que haga un esfuerzo para analizar todas las partidas de gasto que se pueden recortar para destinar esos recursos a los que más lo necesitan, los que han sido arrasados por la crisis económica que ha ocasionado el coronavirus.
"No dejar a nadie atrás significa proveer de recursos a quienes lo necesitan. Y, para ello, es imperativo reducir los gastos del Estado hasta los límites mínimos para aprovechar esa disminución y ayudar, así, a quienes realmente lo necesitan", reza el Manifiesto por la Libertad, promovido por los economistas María Blanco, Daniel Lacalle y Juan Manuel López Zafra.
Este último explica en una entrevista con Vozpópuli que "no se trata de recortar por recortar, ya que lo primero es no dejar a nadie atrás, por supuesto, pero no dejar a nadie atrás no es castigar a generaciones futuras con un nivel de gasto indecente", denuncia. Cree que los técnicos de Hacienda deberían ponerse a trabajar para ver "de qué partidas absurdas se puede recortar para poder ayudar a quien realmente lo necesita", en alusión a subvenciones y otros gastos públicos de los que se podría prescindir.
López Zafra se muestra crítico con la línea de avales por 100.000 millones de euros que ha puesto en marcha el Gobierno y, aunque sobre el papel no tiene por qué implicar ningún desembolso (si todos los que accedan a esos préstamos bancarios cumplen con su deuda), recuerda que cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero activó su línea de préstamos ICO tras la crisis financiera la tasa de impago alcanzó el 83%.
Si ese nivel de morosidad se repite, el Estado tendrá que desembolsar 83.000 millones de euros, una cantidad muy superior a la que habría inyectado en caso de perdonar las cuotas de los autónomos durante todo un año (12.000 millones de euros) y perdonado la mitad del IRPF a toda la población en ese mismo periodo (35.000 millones).
"Hay muchos españoles que se van a ir al paro, déjales dinero en el bolsillo en vez de avalar líneas de préstamos que en verdad acabarán pagando las generaciones futuras. Es inmoral", subraya. "Lo que el Gobierno no dice es que esos avales los va a pagar con nuestro dinero y el de nuestros hijos y nietos".

Escéptico con la recuperación en V

Este economista se muestra muy escéptico con aquellos que pronostican una recuperación en forma de V: una brusca bajada a la que seguirá una pronta e intensa recuperación de la actividad, a los que acusa de querer "aborregar a la sociedad".
En vez de esta V, él pronostica una L con una base muy larga. "Estamos hablando de 15 años para conseguir volver a los niveles de PIB y empleo anteriores a esta crisis. Creo que en 2020 el PIB de España caerá entre un 12% y un 15% y en 2021 seguirá cayendo, aunque todo va a depender de cómo evolucionen EEUU, Alemania, la Unión Europea y Japón, pero por lo menos habrá caídas durante dos años", advierte.
"A la gente le va a costar salir y volver a la normalidad. El turismo se va a caer durante mucho tiempo, lo que a su vez deja al sector aéreo muy tocado. Si a esto le sumas el comercio, que está cerrado, y el efecto de todas las personas que van a ir al paro y que no van a gastar ni en hostelería ni en nada, te encuentras en una economía de guerra", ilustra.
Apunta que el turismo, el comercio y la automoción -sector en el que se han desplomado las matriculaciones- suponen un 40% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
El experto avisa también de que vendrá una ola de proteccionismo, ya que intentaremos ayudar a la economía nacional, lo que tiene a su vez una parte negativa: si todos los países hacen lo mismo, se hundirán nuestras exportaciones -muy relevantes en algunos sectores como la automoción-.

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