Libres e iguales

Carlos Rodríguez Braun analiza la extendida expresión "Libres e iguales", y cuán lejos estamos de ello bajo la configuración del Estado actual.

"La bella idea de ciudadanos libres e iguales se remonta a la Ilustración del siglo XVIII y llega hasta nuestros días, porque es el nombre de la Plataforma Cívica a la que nos hemos adherido muchas personas de diferentes posiciones políticas.

Kant plantea límites estrictos al poder, cuando dice: lo que un pueblo no puede imponerse a sí mismo, tampoco se lo puede imponer ningún legislador.

Pero la sociedad es forzada a obedecer leyes, como las del pago de impuestos, que no ha votado y que rechaza, pero que han sido aprobadas por mayorías, a menudo muy exiguas, de unas pocas personas elegidas en los parlamentos.

¿Es esto justo? Spencer dijo que no, y que los ciudadanos deberían poder separarse del Estado, puesto que no han dado su consenso para lo que hace.

Se dirá que la coacción es aceptada porque hay democracia. Pero hay violaciones de nuestros derechos que no aceptaríamos someter a la votación popular.

En suma, si los ciudadanos fuéramos realmente libres e iguales, los Estados deberían ser muy diferentes a lo que son."