jueves, 11 de septiembre de 2014

Un nuevo y lamentable ejemplo de imposición ideológica y uso de los medios estatales en beneficio privativo de sus élites

Es realmente triste. Un ejemplo más de lo podrida que está la democracia en este país, y de la nula pluralidad de ideas en el ámbito estatal, el que se supone que es de "todos".

Si criticas o te sales del monopolio de las ideas instaurado por el poder proestatal, es lo que ocurre. No hay cabida a la menor crítica interna y al modelo de funcionamiento de un Estado que vive por y para él mismo (las élites que lo gobiernan).


El reciente boicot a Juan R. Rallo, motivado por la presión sindical, para que no participe en un programa en TVE (un programa semanal de apenas 15 minutos) sobre economía doméstica para ayudar a los consumidores en la toma de decisiones cotidianas ha sido una muestra más del totalitarismo y de la absoluta falta de pluralidad democrática de aquéllos que se atreven (siempre solo de boquilla y cuando les interesa) a dar además lecciones de democracia, libertad y pluralidad.

Las ideas liberales sufren siempre el ataque continuo pues uno de sus principios básicos es acabar con todo tipo de privilegios de cualquier índole (política o económica), y eso en una sociedad montada a base de privilegios tan extendidos de tan diversa índoles, junto con un sistema clientelar donde los intereses económicos se alían con los intereses políticos en beneficio propio y a costa del resto de la sociedad, y en el que el Estado compra voluntades haciendo a la sociedad cada vez más dependiente del poder político y del expolio a los ciudadanos (que reciben por una parte quitándosele más por otra no siendo tan conscientes de ello) implica granjearse muchos enemigos, debido al elevado interés de muchos (como ha ocurrido en todas las sociedades a lo largo de la historia) en mantener dicho tinglado.

Y es que a lo sumo, a lo que aspiran muchos es sencillamente sustituir a unas élites extractivas para ponerse en su lugar beneficiándose de la misma manera, no a eliminar las causas que provoca esa extracción continua a los ciudadanos.

Este ejemplo es una nueva demostración más que contundente de que los bienes públicos no responden al interés general (esa es la milonga que nos quieren hacer crecer para mantener su poder y privilegios sin que se rechiste lo más mínimo), sino al de aquellos viven de ellos beneficiándose a costa del resto de ciudadanos vía impuestos quitados a la fuerza.

Como bien comentaba Rallo, "Que colabore o no yo es anecdótico. La importancia es que los organismos públicos, aunque nos intentan vender la idea de que velan por el interés general y el bien común, en realidad son mantenidos por los contribuyentes para el beneficio privativo de una casta, y no me refiero sólo a los sindicatos, sino a todos los que capitalizan esos bienes públicos en su provecho".

Y es que al día siguiente, se producía el final de su colaboración por la presión sindical:  "La cosa ha tardado poco: TVE cancela mi colaboración con @LaMananaTVE. Ya sabemos quién manda en la televisión de todos."

Te obligan a la fuerza (y sino te multan y en última instancia te expropian o vas a la cárcel) a pagar por algo que no quieres, pero tampoco tienes libertad de participar o de opinar de manera distinta a los que viven de ese dinero que te quitan a la fuerza, y muy bien además. Y además de usarse en su propio beneficio cobrando por ello, lo emplean para el adoctrinamiento al resto del ciudadano, que no es otro motivo de por qué existen hoy los medios estatales: colocación de familiares y afines, retiro dorado de miembros del partido, adoctrinamiento y autopromoción del partido que lo gestiona, y dádivas y poder a los sindicatos.

Pero es de TODOS...sí...pero solo para obligarte a pagarla...



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