domingo, 1 de enero de 2017

Mitos sobre la Unión Soviética

Pablo Otero analiza mitos sobre la Unión Soviética y el rotundo fracaso a todos los niveles que supuso y sus causas. 

Como bien dice, una obligación intelectual y moral ante la "nueva ola de partidarios y propagandistas que sienten nostalgia de esta larga y triste dictadura que no tuvieron que sufrir". 


Veinticinco años después de la victoria del mundo libre sobre el Imperio del Mal es una fecha tan buena como cualquier otra para revolver en la sopa soviética. Como todo régimen que ha fracasado históricamente no llama la atención que aparezca una nueva ola de partidarios y propagandistas que sientan nostalgia de esta larga y triste dictadura que no tuvieron que sufrir.

Más allá del análisis histórico que para una época tan larga todavía nos reserva descubrimientos, podemos apuntar de forma superficial algunos "puntos del debate" sobre el juicio histórico que se merece la más longeva dictadura del siglo XX. Es importante hacer este tipo de análisis y recordarlo no sólo como una obligación intelectual que separe el grano de la paja, sino como una obligación moral ya que no debemos olvidar jamás que estos fueron los tíos que inventaron el totalitarismo: una forma extrema de tiranía política que además no podía surgir en otro país que no fuera la Rusia que ya tenía práctica en deportaciones masivas a la salvaje Siberia y en el uso de su policía secreta.

Revolución

En muchos análisis históricos sobre la llamada Revolución de 1917 se pone el acento en exactamente lo que la propaganda bolchevique ponía el acento en aquella época y durante los setenta años siguientes. La revolución bolchevique vendría a ser la venganza de un pueblo que se alza en armas contra la tiranía de un obsolescente zar o la emancipación de las masas trabajadoras contra los poderes arcaicos que las mantenían oprimidas.

Es triste que todas las revoluciones (menos la neolítica) sean pintadas así porque ésta es una forma estrictamente marxista de describir los fenómenos históricos. Esta no es la forma "normal" de contar la historia porque la historia del hombre no es la historia de la lucha de clases.

Respecto a esta Revolución de 1917 hay que decir principalmente dos cosas:

  1. Los bolcheviques no fueron vanguardia de un movimiento de revuelta "contra el zar".
  2. No fue una revolución sino el inicio de una larguísima y sangrienta guerra civil.
Para febrero de 1917 el cansancio de guerra había destruido los mercados interiores y la economía doméstica de la mayoría de la población. Con el ejército en el frente y el emperador ocupado personalmente en la dirección de la guerra, la emperatriz (alemana, no lo olvidemos, durante una guerra profundamente nacionalista) resolvía disolver las protestas por el efectivo método del siglo XVI: mandar cargar a la guardia.

Llega un momento en que las deserciones masivas del ejército ruso alcanzan un punto crítico: en la guarnición de la capital se producen deserciones y cuando se ordena disolver una manifestación que pedía comida la guardia se encuentra delante a algunos de esos soldados desertores. La incapacidad para contener la revuelta deja de facto al gobierno imperial sin poder y miembros de la Duma tienen que improvisar un gobierno.

El nuevo gobierno provisional ruso hace promesas de reforma política, libera a los presos políticos, aprueba la libertad de reunión y de prensa, prohíbe la pena capital y proyecta una constitución democrática pero decide continuar la guerra contra Alemania. Durante el verano de 1917 las deserciones del ejército ruso se cuentan por decenas de miles al mes. Al final del verano Rusia se encuentra con cientos de miles de tipos armados cazando ardillas en los bosques, asaltando pueblos y poniendo en evidencia la capacidad del gobierno provisional para gobernar. Al mismo tiempo estos soldados se exponen a la propaganda de los socialistas que estaban en contra de la guerra.

En Petrogrado, la capital, los socialistas habían creado un soviet que supuestamente representaba las aspiraciones de "los trabajadores". En realidad el soviet era una asamblea tan elitista como la Duma pero monocolor. Los alemanes viendo la situación de cansancio de guerra y las demandas de dejar la guerra de parte de la clase política rusa, envían a Lenin —conocido azuzador ruso exiliado en Suiza— a Petrogrado. Este Lenin había pensado en la manera de establecer el comunismo de forma profesional. Cuando llega a Petrogrado se enfrenta directamente al gobierno provisional. Aunque los socialistas estaban de acuerdo con el gobierno en las reformas democráticas que se estaban haciendo, Lenin sospechaba que si el gobierno tenía éxito se podría crear una república burguesa-democrática y el comunismo perder su oportunidad. Viendo que la guerra era el mayor tema de separación, su bando, los bolcheviques, comenzó a azuzar a los soldados desertores en este sentido. Soldados desertores=gente armada con hambre. Los bolcheviques eran ladrones y homicidas, pero no tontos.

Alegoría del comunismo según los rusos blancos. Bastante exacto, a mi entender.
Finalmente para noviembre del 17 y tras una primera fracasada intentona en julio, los bolcheviques deciden dar un golpe de estado contra el gobierno provisional. El problema era que los bolcheviques eran muy minoritarios y aunque contaban con apoyos en puestos clave de los sistemas de comunicaciones y transportes, tenían que apoyarse en una masa de soldados desmoralizados, temerosos de ser enviados al frente, que apenas eran indistinguibles de delincuentes. De ahí que se encontraran con una gran oposición y comenzara una guerra civil que duraría unos ocho años.

La guerra civil rusa fue el tercer conflicto armado del siglo XX en número de muertos. En ella participaron potencias aliadas de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Pero el bando del "ejército blanco" era a su vez muy heterogéneo, parte de sus miembros querían restaurar el imperio y otra parte defendía el regreso del gobierno provisional y la continuación de las medidas democratizadoras. En Extremo Oriente y Siberia había señores de la guerra con ejércitos particulares que eran bandos en sí mismos. Los bolcheviques, con la base de su poder en las ciudades de Petrogrado y Moscú, contaban con mayor capital humano y las principales armerías del ejército.

El final de esta guerra civil (ocho años, tres millones de muertos) fue una pírrica victoria de los bolcheviques porque aunque lograron establecer su poder en la mayor parte del territorio, no pudieron evitar la pérdida de Finlandia, las repúblicas bálticas y la independencia de Polonia.

Segunda Guerra Mundial

El pacto entre la Alemania nazi y la Rusia roja garantizó una rápida y temprana victoria alemana en Europa Occidental. Como los acuerdos de Munich esta es una de esas cosas gratis que tuvieron los nazis y a la que deben un éxito que hizo pensar a los aliados que la máquina de guerra alemana era imparable. En realidad el ejército alemán dejaba mucho que desear: de no ser por robar gratis las fábricas checoslovacas y por posponer la guerra en el este otro gallo hubiera cantado.

El pacto entre estos dos países liderados por psicópatas homicidas consistió principalmente en un acuerdo comercial en el que en términos prácticos los rusos proporcionaban combustibles y avituallamiento al ejército alemán y los nazis prometían pagar en un futuro en divisa fuerte. Este pacto contenía un protocolo secreto sobre el reparto de los países bálticos y Polonia. Una vez que los alemanes invaden Polonia y llegan a la frontera pactada, los rusos invaden a su vez estos países.


La Wehrmacht y el Ejército Rojo llegan a desfilar juntos y se van de copas. La NKVD y la Gestapo se reúnen con frecuencia e intercambian información sobre la resistencia polaca. Llega a haber una propuesta para que la Unión Soviética se adhiera al Eje. Los rusos, pese a haber entrado en guerra con los japoneses en 1939, con su acercamiento al Eje echan pelillos a la mar y firman un pacto de neutralidad con Japón. Stalin llegará a publicar en el Pravda que Inglaterra y Francia fueron las causantes de la guerra. Rusos y alemanes intercambiarán presos, trágicamente en los envíos rusos habrá judíos alemanes que habían buscado asilo huyendo de la persecución racial.

Desaparecido el frente occidental y asegurado el suministro de combustible rumano, los alemanes atacan a la Unión Soviética para cumplir su programa político, social, económico, agrario, de vivienda y acabar con la pobreza energética, el Generalplan Ost, un plan que suponía la colonización del este europeo a imitación de la expansión estadounidense hacia las Grandes Llanuras (en este caso los rusos serían los nuevos indios). Los rusos se ven metidos en el problema de la guerra de dos frentes ya que los japoneses estaban en Manchuria y los rusos tenían que estar al sopesquete de una invasión por el este. Con parte del Ejército Rojo desplazado al Extremo Oriente los alemanes avanzan sin gran oposición y demasiado rápido como para tener el control efectivo del territorio conquistado. Enormes bolsas de unidades del Ejército Rojo son rodeadas y sobrepasadas en la guerra relámpago alemana. Muchos serán capturados como esclavos por las SS pero otros se dedicarán a la guerra de guerrillas, afectando a las líneas de suministro alemanas. La Wehrmacht finalmente parará su avance a las puertas de Moscú y en Stalingrado. Sitiarán Leningrado durante años de canibalismo. Nuevas remesas del Ejército Oriental reforzarán las líneas rusas.

La propaganda rusa habitual nos habla del sacrificio del pueblo soviético, de su arrojo y de cómo Stalin se niega a abandonar Moscú. Lo cierto es que Stalin no abandona Moscú porque no tenía otro sitio a donde ir: Moscú era una ciudad que controlaba, su desplazamiento al interior del país no era seguro. Prueba de esto es que cuando se acercan los alemanes por fin ordena a Zhukov proteger Moscú —o sea, a él— con veinte divisiones siberianas preparadas para la guerra en invierno que son capaces de hacer frente a los alemanes en mejores condiciones.


La propaganda también nos cuenta cómo la industria soviética se traslada al este de los Urales y ahí empieza a levantar fábricas en descampados que construirán una cantidad descomunal de tanques y aviones. En parte esto es cierto: se crearán nuevas ciudades alrededor de nuevas fábricas de armamento, pero esta producción tardará dos años en estar lista para una contraofensiva. Mientras tanto los soviéticos dependerán del envío de material de guerra americano, detalle que no se suele subrayar en los libros de historia rusos.

El ejército soviético durante la Guerra Fría

Tras la Segunda Guerra Mundial el Ejército Soviético se convirtió en un escaparate. Los rusos participaron indirectamente en los conflictos de Corea y Vietnam para no obtener ninguna ganancia. Tuvieron un choque armado con la China roja en 1969 que no sirvió para nada y finalmente matarían a decenas de miles de chavales que enviaron a hacer la mili a Afganistán.

¿Grandes hazañas del ejército ruso durante la Guerra Fría? Aplastar con blindados a panaderos húngaros en 1956, aplastar con blindados a oftalmólogos checos en 1968, instalar baterías de misiles en Cuba que luego tuvieron que desmontar y regalar armas y enseñar a disparar a millones de africanos a partir de la década de los 70, provocando así la espiral de violencia y pobreza en el continente negro que dura hasta nuestros días. Curiosamente este quizás haya sido su mayor logro: convencer a todo el mundo de que la pobreza africana se debe al robo de recursos naturales que hacen multinacionales capitalistas malvadas y no a la lluvia de armas con que condenaron a la guerra interminable a varias generaciones de africanos.

MiG 21 somalí.
Fábrica soviética de tanques abandonada en Ucrania.
Cementerio de tanques en Asmara, Eritrea.
El sobredimensionado, ineficiente y costoso ejército soviético era la principal garantía de existencia del estado soviético. Como toda dictadura ésta se basaba en el poder militar, un poder militar que pese a las innovaciones de los años 60 (cohetería, transporte de infantería) nunca llegó a estar a la par con occidente por sus carencias tecnológicas y en capacidad aeronaval y anfibia. La doctrina soviética siempre fue una doctrina basada en el ejército de tierrasus planes para invadir Europa Occidental se basaban en lo que creían era la debilidad intrínseca de la democracia: la opinión pública. Sus columnas blindadas superarían numéricamente la oposición de la OTAN en la Brecha de Fulda, rota la defensa aliada en Turingia sus columnas avanzarían por las autopistas occidentales hasta llegar a Lisboa en cuestión de semanas. La única forma que tendrían los aliados de detener el avance sería mediante el uso de armas atómicas, armas cuyo uso rehazaría la opinión pública occidental. Es decir, su doctrina se basaba en que el enemigo no quería que desapareciera la vida en la Tierra. Dicho de otro modo, su estrategia era una estrategia suicida.

El programa espacial

Los rusos ganaron los primeros pasos de la carrera espacial al colocar al primer satélite artificial en órbita y al llevar y traer de vuelta a un esclavo tres semanas antes de la primera órbita de un hombre libre. El secretismo del programa espacial (un programa dedicado al perfeccionamiento de la capacidad estratégica del mando de misiles soviético) nos impide conocer con detalle el número de víctimas que provocó. Al contrario de lo que ocurría en Estados Unidos, donde por ejemplo los tres astronautas muertos en una prueba del Apolo 1 fueron reconocidos por el público, o en los dos accidentes del transbordador que fueron transmitidos a todo el planeta, en la URSS las muertes se mantuvieron en secreto.

Y es que el repetido éxito del programa espacial soviético se basa en el secretismo sobre sus fallos. Tuvimos que esperar décadas hasta saber que la perrita Laika no murió plácidamente tras tomar un veneno relajante después de orbitar durante una semana en su cápsula, sino que murió de un ataque de pánico, con sus pulsaciones cuatro veces más rápidas de lo normal y a cuarenta grados de temperatura sólo cinco horas después del lanzamiento. El cadáver de la perrita Laika tiene el récord de ser el cadáver perruno que más tiempo ha estado en el espacio, seis meses y más de 2.500 órbitas antes de ser incinerado en la caída órbital.

Programa espacial soviético: prueba y error sin importar el coste humano.
Como ella otros cosmonautas murieron de forma horrible sin que nadie lo supiera (alguno no murió en una horrible explosión química o asfixiado en el espacio sino que fue purgado). Es ya célebre la historia de los hermanos italianos radioaficionados que captaron señales de cosmonautas rusos no identificados que viendo inminente su muerte no decían cosas bonitas del mando espacial ruso.

En el Vosjod 2 Leonov realizó el primer paseo espacial de un esclavo tres meses antes de que lo realizara un hombre libre (Ed White en el Gemini 4). Este es también vendido como un gran éxito y una heroicidad a la que se suma el detalle de que en el paseo espacial la presión del traje espacial le impidió regresar al interior de la nave, con lo que tuvo que expulsar aire de su traje y entrar casi muerto. La heroicidad del Vosjod 2 se acaba ahí porque lo cierto es que acabaron aterrizando 1.200 kilómetros fuera de su ruta. En mitad de los Urales Leonovo y su compañero tuvieron que esperar dos días a ser rescatados haciendo una fogata para ahuyentar a los lobos.

Mientras que en 1965 los rusos tardaban dos días en localizar a unos astronautas, los americanos podían rescatarlos en cuestión de horas en cualquier punto del océano. No diría que es algo de lo que estar orgulloso.

Lograda la órbita y el paseo espacial la siguiente fase de la carrera hacia la Luna es el acoplamiento. De las diez misiones Soyuz que hubo hasta 1971 para lograr el acoplamiento, sólo tuvo éxito una y de dieciocho cosmonautas implicados, murieron cuatro. Los rusos tuvieron que olvidarse de la Luna.

El colapso económico de la Unión Soviética se produjo antes de su desaparición


La opinión convencional, es decir, la opinión que parte de la propaganda antiamericana en la que se insiste desde la academia europea, nos cuenta cómo la caída de la URSS fue un desastre económico y después humanitario. La célebre tesis de Chomsky —la "doctrina del shock"— explica de forma imaginativa cómo un proceso apurado de privatizaciones y de apertura del mercado llevó a la ruina a la economía rusa.

La verdad está muy lejos de esa propaganda. Yo entiendo que es una propaganda fácil de deglutir porque se basa en presunciones previas que partían de las mentiras que los rusos contaban sobre sí mismos. La idea de la Guerra Fría era la de un mundo bipolar donde existían dos superpotencias que competían por la hegemonía mundial. Bueno, poco a poco se fue descubriendo que eso no era cierto. De esas dos superpotencias sólo una podía tener el título, la otra era una especie de México con armas atómicas.

En los años 60 la economía soviética crecía más rápidamente que la americana, que era tres veces más grande que ella. Después de 1975 el crecimiento soviético se estancó, siendo rebasado por los americanos.

En 1985 la CIA encargó un informe que comparaba las economías de los dos países porque las estadísticas oficiales rusas ya se habían alejado excesivamente de la realidad como para siquiera tenerlas en cuenta. En él nos cuentan cómo sólo un 8% de las fábricas con más de 500 trabajadores tenían ordenadores mientras que en Estados Unidos todas las empresas con más de 100 empleados contaban con esas máquinas. El retraso comparativo en la robotización industrial era así mismo flagrante: la mayoría de las fábricas rusas no solo no estaban robotizadas sino que no podían estarlo debido a la deficiente formación del personal y a la carencia de una industria nacional de informática capaz de proporcionar componentes y repuestos. Los americanos calculaban que esta diferencia tecnológica suponía que el trabajador soviético apenas alcanzaba un 38% de la productividad del trabajador americano.

Una constante histórica es que el control político de la economía produce escasez.
No todo era malo, claro, la URSS era líder en la producción de cemento, acero, máquinas herramientas y petróleo en el momento en que empezaba a importar cereales de Estados Unidos y Canadá. El 1% de la tierra cultivable soviética en manos de campesinos particulares producía el 28% de la producción agraria, las granjas cooperativas y las granjas estatales, que trabajaban el 99% de la tierra cultivable, el 72% restante, lo que da una idea de la ineficiencia del sistema.

La CIA identificaba tres fallas fundamentales en la economía soviética que nos deben sonar de algo:

  1. Carencia de la información que dan los precios para guiar las decisiones económicas (a veces se cuenta como un chiste aquello de que en el Gosplan estaban suscritos al Wall Street Journal para saber si una tonelada de plomo costaba más que una tonelada de cebada. Trágicamente no se trata de un chiste).
  2. Escasa influencia que los consumidores tienen sobre los productores (sin información sobre qué producir y cómo producir para satisfacer necesidades, los productos que se fabrican son de peor calidad y siempre hay escasez).
  3. Ausencia de competencia entre los proveedores (en la práctica el proveedor único era el estado, salvo para las familias de la nomenklatura que podían viajar al extranjero y acceder a productos occidentales).
En resumen se trata del viejo problema de la imposibilidad del cálculo económico socialista.

Los americanos calcularon que el tamaño de la economía soviética en 1984 era similar al de los americanos a comienzos de los años 60. Tras la guerra de Vietnam el gasto militar americano se redujo del 10% del PIB al 5% y en 1983 se aumentó una barbaridad hasta el 6%. Por su parte los rusos durante todo el periodo invertían en balas y misiles entre un 12% y un 13% de su PIB, frenando la disposición de inversión en mejoras tecnológicas y aumento de la calidad de los productos así como en seguridad alimentaria.

No es de extrañar que mientras la economía soviética se iba a pique estuviéramos más cerca que nunca de la completa aniquilación termonuclear..
El plan quinquenal de 1981-1984 preveía un aumento de la producción industrial que era la mitad del previsto en el plan de 1966-1970, que a su vez era la mitad del previsto (un 10%) del de 1951-1955. Durante tres décadas cada nuevo plan quinquenal reducía las previsiones de crecimiento, McDonald's y la General Motors no han tenido nada que ver en esto, por mucho que se insista. En 1985 la CIA tenía una explicación para la grave crisis económica que se avecinaba en el horizonte ruso: hasta el momento sus aumentos de productividad se basaban en el uso extensivo del capital fijo: más mano de obra, más fábricas, más equipamiento, pero los costes fijos comenzaron a subir, cada vez era más dificil aumentar la mano de obra (transición demográfica) y los rusos tuvieron que aumentar su productividad por medio de la eficiencia. A partir de 1976 la inversión en producción industrial se redujo a la mitad pero las fábricas no aumentaron su eficiencia por arte de Marxia (¡perdón!) y no alcanzaron los planes de producción. Al no alcanzar los planes de producción esperados se produjo un efecto en cadena de todo el sistema: vagones de trenes llenos de cordones de zapatos no tenían zapatos que atar, barcos llenos de botones no tenían ninguna chaqueta que abrochar, etc. Os hacéis una idea.
Desfile en Berlín Oriental, 1987.
Acerca de la diferencia tecnológica se exponen varias razones:
  • Gasto militar prioritario. Casi todo el I+D soviético era militar y no redundaba en la economía civil, al contrario de lo que ocurre en las economías abiertas.
  • Incomunicación entre la industria civil y la investigación académica. La investigación civil soviética acabó centrada en estudios teóricos, sin aplicaciones prácticas para la industria. La industria civil soviética rechazaba asumir los costes (riesgos) de adoptar nueva tecnología.
  • Falta de incentivos a la innovación para aumentar la productividad. Los incentivos de la industria se basaban en las cuotas de producción, no en la productividad. No se incentivaba el mejorar sino el "hacer más".
A partir de los 70 no sólo la industria y la tecnología se quedaban atrás respecto a occidente (o mejor dicho, abrían una brecha mayor) sino que la agricultura también se vio afectada.

Los problemas agrarios eran similares a los del sector secundario: altos costes de capital fijo, dirección política arbitraria de la producción, baja calidad de materiales y herramientas... Según los investigadores de la CIA en 1983 un campesino americano alimentaba a 66 personas mientras que uno soviético apenas llegaba a nueve. Por esas fechas el sector primario estadounidense constituía aproximadamente el 3% de su economía mientras que en la URSS era aproximadamente el 20% y empleaba una proporción similar de trabajadores. Cada nuevo plan quinquenal exigía mayores inversiones por unidad producida al tiempo que la eficiencia caía sostenidamente desde comienzos de los 70.

Esto hay que verlo sabiendo que a finales de los años 60 el aumento de producción agraria en la URSS superaba al de EEUU, Canadá y Europa Oriental. Una década después estaba por detrás de todos estos países. De ser un exportador neto de carne y cereal, pasó a ser el mayor importador del mundo. El Gosplan, incapaz de aumentar su producción, decidió aumentar sus importaciones.

Se esgrimen varias causas de esto:

  • Ineficiencia incremental y pobre gestión debidas al cuello de botella de las industrias auxiliares (recordad que toda la cadena de producción estaba planificada).
  • Incremento del tiempo en que la maquinaria no funcionaba y esperaba reparaciones. Reparaciones que cada año eran más lentas y más costosas.
  • Interferencia política en la toma de decisiones de producción.
  • Falta de información sobre la calidad del producto y del coste.
  • Pobres condiciones de vida en el campo: los trabajadores más cualificados migraban a las ciudades.
  • Rechazo a reformas orientadas a obtener mejor información: los líderes soviéticos temían que una reforma debilitara su control sobre la economía y sobre el país aun a costa de perder eficiencia y sufrir mayores costes.
Puedo seguir hablando de cómo los rusos tenían más vagones de mercancías que los americanos pero eran incapaces de transportar más. Cómo sólo la mitad de las carreteras estaban más o menos asfaltadas (una proporción similar a la de los Estados Unidos en los años 40). Respecto al comercio internacional la Unión Soviética tenía el perfil de un país subdesarrollado: exportación de materias primas, principalmente combustibles fósiles (a sus estados satélites). Téngase en cuenta que el periodo analizado es el posterior al de la Crisis del Petróleo de 1973, es decir, cuando más ingresos del exterior disfrutaron, peor emplearon el dinero.
No estaba todo tan mal: había gente con ropa.
Podría extenderme hablando de la demografía (las increíbles pérdidas de vidas humanas durante las guerras mundiales, la guerra civil, las purgas de Stalin y la colectivización agraria afectaron de forma dramática a su demografía, con consecuencias sólo perceptibles en el largo plazo), de la salud, de la educación y de tantas cosas que se dicen sobre la URSS veinticinco años después de su desaparición y quizás algún día hable de ello. Por el momento con esto es suficiente.
La moraleja es que el desastre que es Rusia no se debe a la caída del comunismo sino a una lenta y constante crisis que dio comienzo en la década de los setenta. 

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