miércoles, 19 de diciembre de 2018

Los datos que demuestran que España no es ningún infierno para las mujeres

Israel Cabrera expone los datos oficiales que demuestran que España, lejos del interesado y machaconamente repetido mensaje alarmista y falso, no es ningún infierno para las mujeres, todo lo contrario. 
Y de hecho, siendo objetivos (complicado en una cuestión tan explotada electoralmente y por los lobbies, y donde se apela tanto no a la razón, sino al sentimiento), y en función de todos los datos conjuntos sobre homicidios, robos, lesiones o agresiones sexuales o intentos de todo ello, la principal victima es el hombre. 
Pero obviamente, no vive en ningún infierno (como tampoco lo hace la mujer, por más que demagogos intenten instrumentalizar el dolor de casos aislados que siempre van a ocurrir, tratando de generalizar creando alarmismo), sino en uno de los países más seguros del mundo bajo cualquier ranking estadístico en cualquier variables analizada, y más seguro que nunca también desde una perspectiva histórica. 

Artículo de El Debate: 
Si uno atiende a los mensajes feministas propagados por los medios -medios bien regados de publicidad institucional-, las mujeres en España viven en un estado de miedo continuo. El problema es que la realidad es muy diferente. En los siguientes gráficos figuran las víctimas de los principales tipos de delitos violentos.
Se computan datos provenientes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policía Foral de Navarra y policías locales que proporcionan datos al Sistema Estadístico de Criminalidad. No se incluyen datos de la Ertzaintza ni de los Mosos d’Esquadra.
No conviene olvidar que España tiene la segunda tasa más baja de homicidios de la UE (0,63 por cada 100.000 habitantes) solo por detrás de Austria (0,47). La media de la UE es de 0,99 homicidios por cada 100.000 habitantes. Y muy lejos de la media mundial que es 5,4.
España es el tercer país de la UE-15 con el índice de criminalidad más bajo, aquí se cometen 44,3 infracciones penales por cada 1.000 habitantes frente a las 61,3 de media de la UE, o las 147,9 de Suecia el “primero” del ranking.
Si atendemos a los delitos violentos solo en los casos de agresiones sexuales las mujeres son las grandes perjudicadas.
En cuanto a violaciones, España tiene una tasa de 2,69 violaciones por cada 100.000 habitantes, muy lejos de las 64,06 que registra Suecia, las 42,89 de Noruega o las 29,42 de Dinamarca, países nórdicos que la izquierda en general suele usar como ejemplo para todo.
Con los datos en la mano, no parece que la mujer deba tener una especial protección, muy al contrario, si alguien debería pasear con miedo por la calle son los hombres y no lo hacen, porque se sienten razonablemente seguros. Se sienten seguros porque tal y como demuestran los datos, cada vez se producen menos delitos, las tablas muestras una clara mejoría en el período seleccionado, mejoría que es aún mayor si retrocedemos 20 o 30 años.
Y sin embargo las subvenciones a asociaciones y fundaciones bajo el pretexto de ayudar a las mujeres, se han convertido en un próspero negocio. Negocio mantenido desde nuestros pequeños reinos de taifas a los que cariñosamente llamamos comunidades autónomas. Un negocio al que han dedicado 103.867.476,73€ en 9.712 subvenciones desde 2014.
Dinero que sin duda habría sido mejor empleado dotando de más y mejores medios a la policía y la justicia, porque no son solo esos más de cien millones en subvenciones, es el coste que tienen los organismos creados para repartirlas. Las comunidades autónomas han creado a tal efecto los siguientes organismos:
  • Institutos de la mujer.
  • Institutos de igualdad.
  • Direcciones generales de igualdad y mujer.
  • Direcciones generales de participación y equidad.
  • Direcciones generales de economía social.
  • Consejerías de igualdad.
  • Consejerías de libertades públicas.
  • Consejerías de participación ciudadana.
  • Agencias de la igualdad.
  • Secretarías autonómicas de inclusión.
Entre todos esos organismos destaca el Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha. Él solito ha destinado 35.191.940,57€ a estas subvenciones. Sí, sí, has leído bien, más de 35 millones de euros en 5 años. Dicho organismo cuenta con un presupuesto para 2018 de más de 18 millones de euros, donde más de 12,5 millones se van en transferencias a corporaciones locales y a entidades sin ánimo de lucro. Aunque esos 18 millones se quedan cortos frente a los casi 43 millones que gastará en 2018 el Instituto Andaluz de la Mujer, concretamente 42.926.773,00€ de los cuales, más de 20 millones se van en transferencias y otros 7 millones en sueldos. O la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, con un presupuesto de poco más de 23,5 millones de euros, (23.572.547,00€). Donde más de tres millones se van en sueldos, y tienen una partida de “Promoción de la mujer” dotada con 900.514€ y otra de “Prevención y sensibilización en materia de violencia de género” dotada con 1.124.060€.
Al final todos estos organismos consumen una cantidad ingente de recursos destinados a mantener grandes plantillas y regar de subvenciones a asociaciones y fundaciones amigas.

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