martes, 19 de junio de 2018

«Efecto llamada»: Miles de migrantes marchan a Melilla tras la llegada del «Aquarius»

Javier Zabaleta analiza la situación actual de las rutas de inmigrantes ilegales hacia Europa, y cómo están variando y qué puede suponer, al calor de los últimos acontecimientos. 
Artículo de ABC: 
Cuando los subsaharianos, en su ruta hacia Europa, llegaban a la región de Agadez, en Níger, auténtico centro neurálgico de la migración ilegal, debían optar entre dos caminos. Podían dirigirse a Libia –lo que hacía la mayoría porque el viaje al continente propiciado por las mafias parecía más fácil– o hacia Marruecos y las fronteras de Ceuta y Melilla, con sus correspondientes vallados. Ésta última ruta era escogida por una minoría por las dificultades que entrañaban los saltos de dichas protecciones.
Ahora, porque las noticias corren como la pólvora, el asunto del barco «Aquarius», rechazado por Italia y admitido, en medio de una parafernalia mediática, por España, así como el anuncio de la posible supresión de las concertinas en los citados vallados, ha cambiado por completo el panorama, según han informado a LA RAZÓN expertos en la materia.
Aunque todavía es pronto para evaluar el número de subsaharianos que se dirigen ahora a las ciudades autónomas, se da por hecho que serán de muchos miles. De hecho, las mafias de tráfico de seres humanos que operan en Libia no tardarán en extender su «negocio» hasta nuestras fronteras.
En todo caso, Melilla y Ceuta se enfrentan a un grave problema a corto y medio plazo por la previsible llegada de esos miles de subsaharianos que, ante la imagen que está dando España como país de acogida sin mayores problemas, se dirigirán a las ciudades autónomas como primer paso para entrar en Europa.
La cifra de mil subsaharianos que han sido detectados en las proximidades de Melilla, la mitad de los cuales pretendían intentar la entrada ilegal por el vallado (las informaciones de que se van a suprimir las concertinas y recientes redadas realizadas por las Fuerzas de Seguridad marroquíes, pueden retrasar los saltos) y la otra mitad por mar, se puede multiplicar de una manera considerable en poco tiempo. En Ceuta, la cifra es similar, aunque es más difícil de evaluar porque gran parte de las personas están dentro de localidades como Castillejos y Tetuán, y no en campamentos.
«Efecto llamada»: Miles de migrantes marchan a Melilla tras la llegada del «Aquarius»
El asunto del barco «Aquarius» y el de las citadas concertinas va a modificar toda la estrategia de las mafias que están detrás de las migraciones de subsaharianos hacia Europa. El punto central donde se organizan las columnas que se dirigían hacia Libia o hacia Marruecos vía Argelia, para intentar pasar por Ceuta y Melilla, está en la zona de Agadez, en Níger.
De allí parten dos rutas. Una, la más frecuentada hasta ahora por los problemas que representaba los vallados de las ciudades autónomas, se dirigía a Libia por Bilma y Dirkou (2.000 kilómetros). La otra, que puede pasar a ser una auténtica procesión de personas, se dirigía por Arlit hacia Argelia, Marruecos y finalmente a nuestras fronteras (3.000 km).
La imagen, que con la simple consulta a Internet ya conocen los subsaharianos, de que España poco menos que va a abrir la mano a la emigración ilegal (sea o no verdad, pero la imagen que se ha dado es contundente) constituye el origen de un problema que cuando esté a pocos kilómetros de los vallados, sin concertinas y con la sola posibilidad de la contención humana que realicen los agentes de las Fuerzas de Seguridad, ya tendrá una difícil solución.
Un agente con largos años de experiencia en este asunto comenta que la actuación de Guardia Civil y Policía se va a observar (ya ocurre) con lupa y cuando alguna ONG considere que la represión para evitar la entrada ilegal ha sido excesiva, denunciará (ya lo han hecho) mediáticamente lo ocurrido. La respuesta que den en ese momento las autoridades está por ver.
La reacción de los subsaharianos de buscar la entrada en apariencia más fácil y de momento más barata, es lógica. Se trata de seres humanos en busca de una vida mejor y que se han empeñado hasta la última moneda para emprender un viaje no exento de peligros y que termina en manos de mafias antes de iniciar la parte final del trayecto.
La pregunta es si España está en condiciones de convertirse en la puerta por la que, tras algunos trámites, se pueda acceder a Europa y si el resto de países del continente están de acuerdo.
La acción de las Fuerzas de Seguridad en Ceuta y Melilla en los últimos años ha estado sometida a polémicas, peticiones de investigación y procesos judiciales que han sido resueltos a favor de los agentes. Se trata de un trabajo ingrato que conlleva un considerable esfuerzo humano y que hasta ahora ha evitado lo que hubiera sido un problema de difícil solución en las dos ciudades autónomas. Un crecimiento de subsaharianos en torno a ambas ciudades, como se estima que va a suceder, requerirá un aumento considerable de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Si no se adoptan medidas que sustituyan a las que se van a retirar, el problema, insisten las fuentes consultadas, puede ser muy grave.

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