martes, 17 de septiembre de 2019

'Smart cities': el próximo paso hacia el turismo del futuro

Juan Manuel López-Zafra analiza la evolución y retos de las "smar cities", un paso importante hacia el turismo (y no turismo) del futuro. 

Artículo de El Confidencial: 
Foto: La luna llena, tras los rascacielos de la City de Londres. (Reuters)
La ciudad es el centro de la transformación social. De acuerdo con las previsiones de Naciones Unidas, alrededor del 70% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050. Esto supone aproximadamente 6.300 millones de personas, que es más o menos los habitantes que tenía la Tierra en 2005. De acuerdo con la OCDE, en España dedicamos casi media hora diaria en los desplazamientos al trabajo, frente a los 50 minutos de Japón o EEUU (con enormes variaciones entre los poco más de 30 minutos de Dakota del Sur y los más de 90 de Washington DC), los 55 que dedican los chinos o los 75 que emplean los coreanos.
Para el caso español, eso supone más de dos horas semanales y más de 100 anuales, equivalentes a más de dos días y medio de trabajo. Siempre, en media y solo para los trabajadores por cuenta ajena que utilicen transporte privado. En transporte público, la media en Nueva York o Los Ángeles alcanza prácticamente las dos horas diarias.

Congreso acerca de las 'smart cities' en México. (EFE)
Congreso acerca de las 'smart cities' en México. (EFE)
Evidentemente, la ciudad que nos gusta no es una boa gigante que se llena por las mañanas y se vacía por las noches, sino que es una combinación adecuada de trabajo y ocio. Las ciudades europeas continentales, en general, y las mediterráneas en particular, son un ejemplo en ese sentido, si bien la actividad laboral va desproveyendo a la ciudad de su sentido original de lugar de encuentro, de foro cultural y económico.
Así pues, la tendencia creciente en los entornos urbanos es su transformación en espacio más amables, que aúnen la seguridad, la sostenibilidad, el ocio y la productividad. Eso es lo que persigue, desde hace unos años, el movimiento 'smart cities', o ciudades inteligentes. La búsqueda de una mejora en la calidad de vida de los habitantes y de los visitantes es clave para lograr el objetivo.
En ese sentido, los avances tecnológicos son el pilar sobre el que reposa esa transformación. La referencia actual, en España, del diseño de esta nueva ciudad es el Libro Blanco editado hace ya siete años por Enerlis, Ernst and Young, Ferrovial y Madrid Network, que señala que “el propósito final de una 'smart city' es alcanzar una gestión eficiente en todas las áreas de la ciudad (urbanismo, infraestructuras, transporte, servicios, educación, sanidad, seguridad pública, energía, etcétera), satisfaciendo a la vez las necesidades de la urbe y de sus ciudadanos”.
Como quiera que el turismo es uno de los mayores dinamizadores de la economía actual, la Unión Europea lanzó en 2018 la iniciativa de la capital europea del turismo inteligente, que descansa sobre cuatro pilares básicos: accesibilidad, sostenibilidad, legado y digitalización. Con esos elementos en mente, concedió el galardón en su primera edición a Lyon, en Francia, y Helsinki, en Finlandia. Durante el mes de octubre, se conocerán las ciudades ganadoras de 2020, entre las que se postula Málaga.

Firma del convenio tecnológico en México para favorecer la proliferación de 'smart cities'. (EFE)
Firma del convenio tecnológico en México para favorecer la proliferación de 'smart cities'. (EFE)
Ambas ciudades han apostado claramente por un modelo que combina el respeto a los habitantes con la amabilidad hacia el viajero. Son conscientes de los problemas de sobredimensión de Barcelona y la toman como ejemplo de lo que no quieren alcanzar. En Lyon, por ejemplo, existen unas callejas, las 'traboules', que atraviesan las tripas de los edificios conectando calles perpendiculares, y que se edificaron para que los comerciantes pudiesen ganar tiempo en sus desplazamientos.
Todas son propiedad de los edificios que las comparten, y el ayuntamiento está cerrando acuerdos para colaborar en su mantenimiento y que los turistas, bajo el compromiso de respecto de la propiedad privada, puedan conocerlas, pues es quizás el elemento que, junto con la gastronomía, hace única a la ciudad.
Helsinki, con un área metropolitana de más de un millón de personas, es pionera en el concepto de Mobility as a Service, MaaS, o movilidad como servicio. Sampo Hietanen fundó Whim en 2015, bajo una idea sencilla: no es tan importante lo que tienes como lo que necesitas. Así, perseguía integrar en una misma plataforma todos los servicios de transporte, y de esa forma permitir al ciudadano replantearse la necesidad del vehículo privado, posiblemente el mayor lujo del habitante de una ciudad.
La empresa mantiene acuerdos con seis compañías distintas de alquiler de coches, con las tres principales de taxis (el pasado año, el Gobierno finlandés liberalizó completamente ese servicio, permitiendo que cualquiera pudiera darse de alta como taxista, sin adquirir licencia de ningún tipo), con la empresa municipal de transportes (que gestiona líneas de autobuses, de metro, de tranvías, de ferris y las bicicletas) e incorporará, en las próximas semanas, a alguna de las compañías de patinetes eléctricos que prestan el servicio en la ciudad.

Segunda jornada del Smart Island Congress, celebrado este año en el municipio mallorquín de Calviá, donde se abordaron el desarrollo económico y social, la eficiencia y la planificación urbanística. (EFE)
Segunda jornada del Smart Island Congress, celebrado este año en el municipio mallorquín de Calviá, donde se abordaron el desarrollo económico y social, la eficiencia y la planificación urbanística. (EFE)
De esta manera, y de acuerdo con las necesidades de cada cual, los usuarios de la plataforma pueden sacar billetes en transporte público para las distintas zonas de la ciudad, reservar taxis (bajo tarifa plana de 10 euros para todos los recorridos dentro de un radio de cinco kilómetros desde el centro, que para una ciudad como Helsinki es una distancia importante) o alquilar coches con tarifas especiales, todo en una misma aplicación.
Resulta muy aleccionador que los gestores de la empresa pública de transporte no hayan tenido problema alguno en abrir sus datos (que son de los ciudadanos) y compartirlos, para que empresarios privados pudieran emplearlos, consiguiendo, de ese modo, una auténtica toma de decisiones completa y responsable.
Aunque es mejorable, la experiencia del usuario es notable y la aplicación tiene cada vez más aceptación, pues no compromete a nada y la privacidad está garantizada, en palabras del fundador y CEO de la compañía. Ya está presente en Birmingham, en el Reino Unido, y en Amberes, en Bélgica; está a punto de lanzarse en Viena, y en conversaciones con alguna otra ciudad, al menos una japonesa.
Si algo nos enseñan estas dos primeras capitales europeas del 'smart tourism' es que el turismo urbano del futuro requiere la colaboración entre las entidades públicas, absolutamente comprometidas con la transparencia y la rendición de cuentas, y los empresarios privados. Entenderlo es esencial para evitar que nuestras ciudades se conviertan en parques temáticos.

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