domingo, 6 de diciembre de 2015

Occidente y el colapso socialdemócrata

Luís Riestra analiza el colapso socialdemócrata en Occidente y su choque con la civilización islámica, a través de la Teoría del Choque de Civilizaciones de Huntington.
Artículo de Voz Pópuli:
La semana pasada, cuando explorábamos la demografía y la yihad, concluimos que era necesario contener a la Civilización Islámica, tema que dejaremos pendiente pues conviene analizar antes la situación de Occidente, cosa que haremos basándonos en la Teoría Generacional de Howe y Strauss y la del Choque de Civilizaciones de Huntington, aclarando, dado el clima de adoctrinamiento reinante, que son teorías que nos ayudan a entender la realidad, no doctrinas al gusto del pensamiento único.
Zeitgeist socialdemócrata
Howe y Strauss hablan de ciclos generacionales o Eras, que duran casi cien años, en que los países tienen un orden cívico dominado por un “espíritu”, que a mí me gusta llamar “zeitgeist” o genius seculiese orden y su “pensamiento hegemónico” degeneran llevando a la nación al borde mismo de la desaparición. Aunque sus conclusiones son para países, mi tesis es que, dada la sincronización de los ciclos generacionales en Occidente, su modelo también es aplicable a nuestra civilización cuya crisis cerrará un ciclo socialdemócrata.
Afortunadamente, en Voz Populi contamos con una pensadora, Almudena Negro, que ha diseccionado de forma excelente el credo socialdemócrata (enlace a conferencia-diálogo), tanto en sus orígenes como desarrollo, así como su particular tratamiento del terrorismo y hoy, no pudiendo mejorar su trabajo, solo añadiré lo siguiente:
La Socialdemocracia es una doctrina política europea que se impone en Occidente ante la necesidad de contener el Comunismo y, más allá del caso sueco, siempre una excepción (que vimos), ya antes, con Roosevelt, un grupo de liberales de izquierda, principalmente, pero también marxistas, comunistas y algún tonto útil como Henry Wallace, dan un fuerte impulso al aspecto social de la democracia americana; por cierto, allí si se puede hablar de Democracia, pues tienen representatividad del elector y división de poderes, aquí eso no existe.
¿De Roosevelt al coletas?
Pasando por Zapatero, ese “pensador” que tuvo la ocurrencia de enmendar a Huntington e incluso a Jesucristo; si eso no es degenerar, ya me dirán. Pero no nos adelantemos y vayamos al principio de las cosas.
Cuando los norteamericanos promueven su orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial, el equipo de Roosevelt empieza a actuar según su ideario, definiendo instituciones mundiales, de la que ya hay una verdadera inflación y una verdadera casta burocrática global (caso ONU), colocando a sus afines ideológicos; a ellos le siguen sus aliados, dándose en Europa la peculiaridad de que la gestión pública cumplió un rol fundamental en su reconstrucción y re-industrialización, así como en la educación. En España la Socialdemocracia entra tarde, pero con fuerza, pues nuestros conversos conocían mejor las oportunidades de pillaje desde “lo público”.
Aunque entre los primeros “socialdemócratas” había verdaderos genios en distintas áreas, como el mismo Wallace en agricultura, la degeneración, como sus destrozos, ha sido de libro y, si hablamos del área económica, se ha llegado a encumbrar pirómanos como Larry Summers, responsable de derogar el Acta Glass-Steagal, o Varoufakis, con su corralito griego, a quien sigue en España una multitud de fans.
Adoctrinamiento, sectarismo y degeneración
Veamos un ejemplo: un premio literario. Se le da a un “camarada” con bombo y platillo multimedia tras simular una competición justa, los medios públicos y privados miman al ganador, se le introduce en el canon educativo, del que la industria editorial que da los premios es dependiente, lo apoyan los artistas del régimen, se le hace una película subvencionada y, si hace falta, algún cómico de la casta le hace un chiste oportuno mientras raja contra la puertas giratorias cuando él es parte de la noria. Todos conocemos la farsa pero se acepta por ser parte del orden cívico imperante, hasta que pete, entonces echaran la culpa al capitalismo (¿?) de amiguetes y sigue “la noria”; de lo que no hablan es de la socialdemocracia de amiguetes, claro.
Es solo un ejemplo sectorial, pero se podría aplicar a otras áreas, como el encumbramiento de nuestros políticos de cabecera, la mayoría de los cuales se declara… socialdemócrata. Así implantan su credo y, como decíamos la semana pasada, “un Credo, más o menos racional, determina la Moral de los individuos y las sociedades y ésta, a su vez, determina la Política,…”. Objetivo: mantenerse en el Poder disfrutando de sus privilegios a costa del contribuyente, y que siga “la noria” y su degradación gubernativa.
Como ese carrusel necesita economistas y la degeneración no para, de la última camada socialdemócrata no conozco ninguno que haya hecho el menor análisis potable de su país, que se supone es España, o de otros temas básicos; aún así pontifican sobre Roosevelt, el euro, Globalización, Demografía, Islam, etc. sin tener ni idea; casi diría, dadas las malas bases de las que parten, que he olvidado más de los temas tratados hoy de lo que ellos aprenderán en su vida, en caso de que quieran aprender algo, claro, que lo dudo.
La degeneración es tal, que ya solo recitan fanáticamente su credo radical con tal de pillar de lo público, como se vio en las elecciones municipales y autonómicas; luego aparecen los gastos “peculiares”, sospechosos (uno de tantos), el 3% etc. En fin…
Por otro lado, la Socialdemocracia siempre ha tenido un tufillo hispanófobo y es, sin duda, decididamente francófila (en lo que pueden, cantan La Marsellesa ostensiblemente) y pro-islámica, y así, a nuestra casta socialdemócrata le parece muy bien la industria nuclear, un ejército fuerte y una industria potente, si es en Francia, en España no; en cuanto al Islam, si la inmigración es de allí sí, si es de Latinoamérica, molesta y así vamos.
Modernización, “civilización” y crisis de Occidente
Desde las instituciones globales creadas, ONU, UNESCO, Banco Mundial, FMI, UE, etc., con sus “misiones” y “misioneros”, que sin duda tienen acciones benéficas, se promovió el bienestar global en la ilusión de que una Moral común llevaría al entendimiento pacífico. Pero ese invento y su política antinatalista no cuajó en el Islam, con lo que hoy los desequilibrios globales anuncian un desastre para Occidente y Rusia, cabeza de la civilización ortodoxa, que, para colmo de males, están enfrentados en Ucrania y Siria cuando deberían coordinarse ante las amenazas comunes.
Hay una acepción jurídica de “civilizar” que consiste en sacar del ámbito militar o religioso un litigio y, en cierta forma, todas las civilizaciones se han ido “modernizando” pero “civilizarse”, estar gobernadas por “civiles”, “occidentalizarse”, poco o nada, tal como previó Huntington hace más de veinte años. En la siguiente tabla tienen una escala de “incivilidad”, de mayor a menor empezando por la columna izquierda; solo es una guía inicial, que seguro el lector mejorará incluyendo otros criterios, útil para empezar.


En el caso triste de Venezuela, niña devota de la Socialdemocracia, la involución ha sido dramática y, como otros neocomunistas latinoamericanos, colaboran con un islamismo; allí se entrenaron los lideres de Podemos, demostrándose también que no por ser expertos en redes sociales, o porque los mime “la noria”, se es incivilizado. 
Aunque con Huntington no hemos podido hacer un ejercicio de falsacionismo similar al realizado con la Teoría Generacional, donde la verificamos para casi todos los países de la tabla, encuentro evidente su conclusión sobre el choque de civilizaciones, que ocurrirá a medida que el PIB mundial se vuelva más “incivilizado” y Occidente sea incapaz de mantener su orden mundial, ese será el momento de la puntilla a la Era Socialdemócrata que padecemos.
Huntington también mantiene la hipótesis de que los estados-nación serán los principales actores del conflicto, pero como aquí queremos ser más socialdemócratas que nadie, padecemos un verdadero experimento social por parte de unos aprendices de brujo que desconocen, incluso desprecian, las verdades elementales de las Ciencias Sociales  e insisten en su “proyecto de país” y de “transformación social”, algo que, como todo experimento, tiene sus cobayas, Usted y yo, víctimas de una partitocracia ruinosa. Ahora vayan y voten las listas de partido con la ilusión del “cambio” y sigan con su futbol, que la “casta” les necesita animados para que “la noria” siga girando, hasta que descarrile. Pásenlo bien.

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