Carlos Rodríguez Braun analiza la falsa apropiación por parte del socialismo de la bandera de la "igualdad", y la distorsión del término que han hecho.
Mises recuerda el liberalismo clásico y la idea de que las personas nacemos iguales en derechos. Eso no era así antes del capitalismo, cuando los hombres poderosos subyugaban a las masas y había una jerarquía servil en la que los de arriba se servían de los de abajo.
El capitalismo cambia todo esto, porque en el capitalismo las personas más dotadas no pueden aprovecharse de su superioridad sin servir a los demás, porque es la mayoría del pueblo la que, con su libertad, decide quién se beneficia más y quién menos. Las personas corrientes son los seres superiores en el capitalismo, que por eso siempre suscitó la inquina de los intelectuales, que desprecian a la gente corriente.
Por eso el capitalismo no explota a los ciudadanos. El anticapitalismo, sí."
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