José Carlos Rodríguez analiza a Hitler, líder del partido nacional-socialista, al que se pretende atribuir a otra parte ideológica que no sea la izquierda o el socialismo, del cual provenía y llevó a cabo multitud de políticas (enemigo acérrimo del capitalismo y del individuo, sometido al colectivismo).
Sobre todo esto, Ludwig von Mises ya lo desarrolló muy bien acerca del socialismo de Hitler. Así, se suele errádamente o interesadamente decir que Hitler fue capitalista porque no derogó la propiedad privada de los medios de producción (como reclama el marxismo), si bien esto fue así solo en términos nominales, no en términos reales, puesto que la misma producción estaba toda bajo sus manos. Los "empresarios" eran títeres bajo el mandato del gobierno, estando a su dictado de qué producir, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se iba a distribuir, así como qué precios se cobrarían y qué salarios se pagarían. La posición de los propietarios privados se reducía a la de "pensionistas" del gobierno, que decidía su renta a cobrar.