lunes, 8 de abril de 2019

Hitler, líder de la izquierda

José Carlos Rodríguez analiza a Hitler, líder del partido nacional-socialista, al que se pretende atribuir a otra parte ideológica que no sea la izquierda o el socialismo, del cual provenía y llevó a cabo multitud de políticas (enemigo acérrimo del capitalismo y del individuo, sometido al colectivismo). 
Sobre todo esto, Ludwig von Mises ya lo desarrolló muy bien acerca del socialismo de Hitler. Así, se suele errádamente o interesadamente decir que Hitler fue capitalista porque no derogó la propiedad privada de los medios de producción (como reclama el marxismo), si bien esto fue así solo en términos nominales, no en términos reales, puesto que la misma producción estaba toda bajo sus manos. Los "empresarios" eran títeres bajo el mandato del gobierno, estando a su dictado de qué producir, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se iba a distribuir, así como qué precios se cobrarían y qué salarios se pagarían. La posición de los propietarios privados se reducía a la de "pensionistas" del gobierno, que decidía su renta a cobrar. 

La propiedad de los medios de producción estaba bajo principios colectivistas adoptados por los nazis. El bien común estaba por encima del bien privado y de la misma manera, el individuo estaba al servicio del colectivo, siendo un medio para los fines del Estado. El Estado poseía al individuo, así como a sus propiedades. 
Y lo mismo es extensible a otras tantas medidas económicas (monopolio de la oferta monetaria, políticas inflacionistas, controles de precios y salarios...)
Era otra vertiente o patrón de socialismo (y que ideológica y académicamente disputó su hegemonía como verdadero socialismo al socialismo de tipo soviético) distinta del patrón soviético o bolchevique. 
Otra argucia que se pretende emplear para decir que no era socialismo es que se enfrentó a marxistas o a la URSS comunista. Pero es ciertamente un argumento endeble. Es como decir que como dos estados feudales o coloniales se enfrentan entre sí, no pueden ser ambos de la misma tipología (o reinos cristianos, sin dejar de serlo...). O a nivel interno, luchas entre facciones dentro de la misma ideología que se consideran más puristas al diferenciarse en elementos concretos o estrategias para implementar su mismo fin (el día a día en política y formación de partidos). 

Se podría decir que el marxismo era socialismo internacionalista y el nazismo socialismo nacionalista, pero posiblemente a nivel teórico, pues en la práctica ni en la Internacional Socialista ni en la URSS se dio este internacionalismo (a no ser que contemplemos el imperialismo soviético militar como internacionalismo), pues el fracaso en la Internacional (hablo de memoria pero creo que fue en la segunda) se debió también por los conflictos por los distintos intereses nacionales de los trabajadores, mientras que en la URSS se llevaron a cabo masacres por cuestiones no solo de clase social, sino también de religión y étnia, mientras que a nivel de política nacional (España es un buen ejemplo), la izquierda es aliada o defensora de los intereses nacionalistas en cada región. 


Resulta bastante chocante que un movimiento llamado nacional socialismo se haya atribuido a la derecha, pero eso sólo es debido a que el comunismo reclamaba para sí el título de ser la verdadera izquierda y porque los planes expansionistas de Hitler le llevaron a romper el pacto de no agresión con Rusia, que meses antes le había servido a las dos partes para repartirse Polonia.
Hitler fue modelando su ideología con los años. Pero no la llegó a cambiar del todo desde que, en su juventud, mostraba una sincera simpatía por las organizaciones de trabajadores y esa mezcla de indignación y odio hacia productores y empleadores que es distinción de tantos en la izquierda. Hitler explicaría, ya como líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores que "nosotros somos socialistas; somos enemigos del actual sistema económico capitalista por su explotación de quien es económicamente débil, con sus salarios injustos, con su indecorosa evaluación del ser humano según su riqueza y propiedad en lugar de su responsabilidad y sus logros. Y estamos todos dispuestos a destruir este sistema bajo cualquier circunstancia".
Esa voluntad de crear un nuevo orden, de erigirlo con todo el poder del Estado, de transformar la sociedad, son señas de identidad de la izquierda. También ese antiindividualismo expresado por Hitler en sus palabras así: "El interés común frente al propio; ese es el espíritu del programa. Romper la servidumbre de los intereses, ese es el corazón del nacional socialismo". En su programa exigían "la abolición de todos los ingresos no ganados por el trabajo", esto es, "la ruptura del esclavismo del interés".
Sus políticas fueron pioneras de varias obsesiones de la izquierda. Especialmente el control de armas, pero también la legislación antitabaco, a favor del aborto y de la eutanasia, la discriminación positiva y su obsesión por los derechos de los animales. Otro rasgo esencial del nacional socialismo que comparte con otros izquierdismos es su odio inextinguible por el cristianismo. El hecho de que los nazis coquetearan con el neopaganismo y el gnosticismo tampoco es circunstancial.
Por otro lado muchos pensadores y políticos de izquierda han adoptado posiciones que, aunque se pueden rechazar desde la izquierda, son en verdad propias de esa ideología y rasgos claramente identificables del nacional socialismo. La obsesión por la relación entre la población y los recursos, que llevó a los nazis a acuñar el concepto del espacio vital o lebensraum. En nombre de esas ideas, la izquierda internacional promovió la esterilización masiva de poblaciones enteras en el tercer mundo, décadas después de vencido el nazismo en la guerra, aunque no en las ideas. En Suecia, el matrimonio Gunnar y Alva Myrdal, premios Nobel de Economía y de la Paz respectivamente, escribió en 1934 Crisis en la Cuestión de la Población. Al año siguiente, y hasta los 70, el Gobierno sueco esterilizó a decenas de miles de mujeres con razones como su incapacidad económica para mantener a los hijos, o el ser de una "raza mezclada" o "gitana" o "imbécil".
¿Denigra a la izquierda contar con Hitler entre sus líderes? No más o menos que los Lenin, Pol Pot o Stalin. Quizás no despierten ahora las pasiones de antes, pero un par de hombres de progreso como Willy Toledo, aquél que se presentó en una gala de los Goya con una camiseta de Ho Chi Minh, y no habrá totalitario que quede en el olvido de cierta izquierda.

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