jueves, 10 de diciembre de 2015

Las asquerosas mentiras de Greenpeace con ayuda de la prensa

Plazaeme denuncia otra nueva y patética manipulación de Greenpeace respecto al tema del calentamiento global, en su intención de desacreditar a los críticos, no mediante argumentos y ciencia, sino mediante la mentira y la crítica personal.



Artículo de Plazamoyua: 

mentiras-greenpeace-prensa
Como la crítica del cuento del Calentamiento Global Acojonante es demoledora, tanto desde el punto de vista de los datos y argumentos como desde la calidad científica de los críticos, los alarmistas del clima necesitan (1) convertir en datos a favor lo que son datos en contra, y (2) desacreditar personalmente a los críticos. Y en este segundo aspecto, el meme (la memez) favorita es asegurar -mintiendo- que todo aquel que critica el cuento está pagado por oscuros intereses. Generalmente petroleros, o políticos.
Claramente se trata de una derivada de la estupidez posmoderna, en la que todo se basa en los sentimientos y las buenas intenciones. El llamado “buenismo”. Con lo que consiguen quitarse de encima la ciencia y la racionalidad. Porque si dependen de las intenciones, ya no son ni ciencia ni racionalidad. Ya no hay datos ni argumentos, sino ser bueno o malo. Basta con escuchar a los nuevos frailes, como Suzanne Goldemberg.
Y nos cuenta la historia de unos miembros de Greenpeace que engañan a dos “escépticos”, como si fueran a ser “alquilados” por una empresa desconocida, para sembrar dudas sobre el cuento del Calentamiento Global Acojonante.
– ¿Estamos hablando de científicos del clima críticos con el IPCC?
No, no señor. Hablamos de un notable físico recién jubilado, no especializado en el clima, y de un desconocido sociólogo, también retirado.
– ¿Estamos hablando de investigación científica?
No, no señor; hablamos de opinión.
– ¿Y se trata de que promuevan la opinión de quien paga?
En absoluto. Consta muy claro que se trata de la opinión que ya tenían los articulistas por sí mismos, y que ya habían publicado un montón de veces.
– ¿Y les pagaban realmente?
En el caso del físico, que ha publicado el intercambio de emails [–>], no estaba dispuesto a cobrar nada. Pero si el falso contratante estaba empeñado en pagar, podía hacerlo a una ONG sin ánimo de lucro, de gusto del autor.
– ¿Y dónde está el escándalo?
En la imaginación de la monja posmoderna. Alega que el físico estaba dispuesto a no declarar quién era la supuesta empresa … que no le iba a pagar a él, sino a la ONG.
– ¿Mande?
Tal cual. El empeño de los falsificadores de Greenpeace era pagar, y pagar de incógnito. Y el físico les contesta que si no le van a pagar a él, no tiene que declarar que le están pagando. Y tras consultar con la ONG, les explica que las ONG no tienen obligación de revelar sus fuentes de financiación. O sea, que sí; que si están empeñados en que él escriba otro artículo más con su propia opinión, lo puede hacer de mil amores. Que de hecho siempre lo hace por afición. Y que si están empeñados en pagar por que escriba un artículo más, que también vale. Pero no pagándole a él, que no cobra por eso. Que su tarifa de consultor es 250 dólares a la hora (más gastos, si fuera el caso), y que le pueden pagar a la ONG si están obsesionados por pagarle a alguien.
Toda la movida de Greenpeace estaba preparada para desacreditar al físico, William Happer, que iba a declarar ante un comité del senado USA. Para montarle el pollo en el comité. Y se lo montaron. Por mucho que nadie hubiera “alquilado” su opinión, y por mucho que no hubiera cobrado un céntimo.

En el mismo comité del senado, tenemos un buen ejemplo del otro truco de los alarmistas que mencionábamos. El convertir en datos a favor lo que son datos en contra.


La canción de siempre. El nivel del mar está subiendo, los glaciares se están encogiendo, hay un calentamiento. ¿De verdad? ¿Y desde cuándo ocurre eso? ¿Desde que empezamos a emitir CO2 a lo bestia, o desde mucho antes? La pena es que los escépticos tuvieran que contestar sólo de palabra. Podían haber preparado unos gráficos oportunos, porque la canción siempre es la misma.
– ¡Los glaciares disminuyen!
¿De verdad? ¿Y desde cuándo? ¿Y qué tiene que ver  con el CO2?
– ¡El nivel del mar está subiendo!
¿De verdad? ¿Y desde cuándo?
¿Y qué tiene que ver eso con el CO2?
– ¡La temperatura está subiendo!
¿De verdad? ¿Desde cuándo? ¿También desde 1.850 más o menos? ¿Y cuándo no está subiendo o bajando? ¿Y cuál es exactamente la relación con el CO2?
La audiencia completa del senado USA, ¿Datos o dogmas?, se puede ver en este vídeo (son más de dos horas):

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