Es lo que pasa cuando los discursos vacíos y la demagogia barata se enfrentan a la realidad.
Discursos simplones, maniqueos y que apelan a los sentimientos que tanto éxito tiene para los populistas, pero que tantos fracasos conllevan para quienes son seducidos por los mismos.
La ignorancia sobre el funcionamiento de los precios y su generación, y sobre los efectos de múltiples medidas de intromisión (decisiones políticas sobre el mix, los impuestos, las regulaciones, las subvenciones...) llevan a consecuencias "no deseadas" para los consumidores que dejan en evidencia constantemente a sus promulgadores.
Y lo peor de todos, es que lejos de corregir dichos actos e instromisiones distorsionadoras, huyen hacia adelante en nuevas vueltas de tuerca (tanto discursivas como de políticas intromisivas) que agravan o pueden agravar (de llevarse a cabo más y más algunas de sus propuestas siempre presentadas como la definitiva para acabar con un problema que nunca es resuelto, y si acaso agravado, con las promesas y medidas previas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario