"La crisis actual hay que explicarla en parte por el desconocimiento de la historia financiera, y no sólo entre la gente normal.
 
Niall Ferguson
 
El New Deal se presenta como el paradigma de la correcta intervención pública en economía. Una intervención que busca corregir los errores y abusos del mercado mediante la introducción en el proceso de decisión y asignación de los recursos de un tercero, el Estado, representado por los gobernantes que, carentes de ideología y guiados por la pureza de sus intenciones de servicio público, conocen mejor que los agentes directamente implicados en el proceso cuáles son las necesidades, los defectos y la virtudes de los gobernados. Un proceso erróneo desde su fundamento más preciado, pues olvida que es la oferta la que crea la demanda y no al contrario.

Las medidas del New Deal son perfectamente conocidas por todo aquel que haya dedicado una mínima parte de su vida al estudio de la economía, no digamos si ha sido o es estudiante universitario de esta disciplina. Y posiblemente dé igual el país en que haya estudiado, porque seguramente incluso en los países comunistas sea el del New Deal el único ejemplo estudiado de cómo el capitalismo dio un paso atrás en su sistema de garantías constitucionales de la propiedad privada para acercarse al socialismo.

En su estudio de 2004, apoyado entre otros por el nobel de Economía de 1995 y profesor de la Universidad de Chicago Robert Barro, y los profesores Cole y Ohanian de la Universidad de California en Los Ángeles concluyen que las medidas de FDR consiguieron la recuperación económica… 7 años más tarde que la ausencia de intervención hubiese logrado. De acuerdo con el pensamiento del presidente de los EEUU y de su equipo económico, la competencia excesiva había erosionado los precios y los salarios hasta unos niveles intolerables, para así acabar generando la Gran Depresión. El análisis establece que si todas las pautas que la mayor parte de los economistas creen que dieron lugar a ella (shocks negativos de productividad, monetario y bancario) se habían dado la vuelta a los cuatro años de su inicio (coincidiendo con la llegada al poder de Roosevelt), la recuperación debería haber sido, de acuerdo con los modelos de equilibrio general al uso, bastante rápida y desde luego efectiva hacia finales de los años treinta. Sin embargo, las medidas impuestas por el Presidente Roosevelt y su equipo económico coartaron la libertad, provocaron la aparición de cárteles de oferta, elevaron los salarios de los trabajadores por encima de lo que las condiciones económicas demandaban e impidieron de forma clara el incremento del empleo. Tal y como señala Lacalle en su próximo libro, Viaje a la libertad económica, de la editorial Deusto,

En los años 30, la tasa de paro nunca bajó del 15%. A los cinco años de iniciar su “New Deal”, la política económica de Roosevelt había disparado el desempleo de tal forma que uno de cada cinco estadounidenses activos estaba en el paro, el 20%. Si en 1937 había 6 millones de parados, en 1938 esa cifra ascendió a 10 millones. Tuvo que ser la guerra mundial la que acabara con el paro. ¿Cómo? Reclutando a la fuerza al 20% de la población activa para trabajar en la industria de la guerra, y gastando el equivalente al 42% del PIB en el esfuerzo. El problema es que en esos años la inflación era altísima, cercana al 20% e incluso con un 1% de paro había racionamiento de productos básicos. EEUU salió realmente de la depresión cuando al terminar la guerra recortó de golpe un tercio de los impuestos y se propuso empezar a pagar la deuda.
 
Efectivamente, y muchos autores lo avalan, fue el abandono de las políticas del New Deal lo que realmente recuperó la economía norteamericana, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. El que fue secretario del Tesoro con Roosevelt desde 1934 hasta 1945, Henry Morgenthau, llegó a declarar en 1939 que:

"Lo hemos intentado gastando dinero. Estamos gastando más que nunca lo hemos hecho y no funciona… Tras ocho años tenemos el mismo desempleo que cuando llegamos… ¡y una enorme deuda que sufragar!"