viernes, 18 de septiembre de 2020

Un instituto de Ibiza, a un profesor castellanohablante: el catalán prima "sobre tus derechos individuales"

Queda bien explícito que implica el nacionalismo, el sometimiento de los derechos esenciales individuales frente al arbitrario o intangible colectivo, impuesto a la fuerza por una élite política que dirige cual dictadura a las personas imponiéndoles qué, cómo y en qué medida tienen que actuar. 

El fin colectivista se impone a los derechos esenciales pues las personas son meras piezas, sacrificables para alcanzar el fin del dictador de turno. Los medios no importan, las personas individuales no importan. Esa es la misma lógica empleada por los mismos defensores de las mayores atrocidades colectivistas de la historia, llámese nazismo o comunismo. 

No se busca la libertad, no se busca la diversidad, no se busca la igualdad, no se busca la convivencia pacífica, no se busca el respeto al tercero. NUNCA es así en un colectivismo, en este caso de índole nacionalista. Se busca el poder, se busca la obediencia (no la libertad. Solo se es libre y se respeta la libertad cuando se acatan sus dictados), se busca la uniformidad y el rebaño (la diversidad ideológica se persigue y solo es empleada como artimaña y neopalabra para imponer sus ideas), se busca el igualitarismo y la igualdad, pero no ante la ley, sino mediante su ley impuesta, de la que nadie puede escapar, se busca el conflicto social para justificar sus actos violentos, y establecer chivos expiatorios sobre los que dirigir sus discursos de odio y victimismo para ganar adeptos por la vía emocional, y finalmente no se busca el respeto mutuo, sino el dominio. Solo es respetable quien obedece y somete a los dictados. Al que no le espera la persecución, defenestración, amenazas y muerte civil y laboral. 

Y eso es el nacionalismo y sus medios y consecuencias que tanta gente apoya y defiende, empezando por el nacionalismo excluyente regional. 

Artículo de Libertad Digital: 

El equipo directivo del instituto Sant Agustí de Ibiza comunicó por acta a un profesor castellanohablante que las normas del centro, entre las que se encuentra hablar en catalán, "están por encima de los derechos individuales". Según denuncia el docente, llamado Pedro, en El Mundo, "muchos compañeros reciben presiones por hablar español, pero no se quejan para no sufrir reprimendas".

Pedro cuenta en el diario de Unidad Editorial que cuando empezó a trabajar en el instituto se dio cuenta de que lo vigilaban. El docente afirma que el equipo directivo se asomaba a su clase e intentaba escuchar las conversaciones con sus compañeros e, incluso, con los padres. En noviembre, el director "me advirtió que tomaría represalias si seguía. En diciembre, la secretaria me advirtió que debía hablar en catalán pero yo seguí usando el castellano. Cuando volví en enero, el director me citó a una reunión". Entonces, le dijeron que "el catalán estaba por encima de mis derechos individuales y además lo reflejaron por escrito".

Cuando le pidieron que firmara el acta, Pedro exigió que constara en un anexo que no se le había convocado con las 48 horas previas reglamentarias, ni se le informó del asunto ni de los asistentes. Luego se dio cuenta de que ponía que hubo quejas de alumnos por hablarles en castellano, cosa que el profesor niega: "Al contrario, he notado que hay muchos estudiantes sudamericanos o de la península que no saben catalán y que te agradecen el castellano".

Las presiones alcanzan también a los padres, a quienes se deniega la documentación en castellano, y a los docentes, aunque pocos lo denuncian "por miedo a represalias, ya que los claustros están dirigidos mayoritariamente por nacionalistas e independentistas". Pedro se plantó, pero la situación le ha obligado a cambiar de centro este año.

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