"Los Reyes Magos suponen una figura muy relevante para los niños, así como una época de ilusión para ellos. La manera en que viven estas fechas, en que esperan que lleguen los regalos, y la ilusión que les genera constituye uno de los momentos más felices de su infancia. Para ellos supone muchas cosas, que suelen compartir con sus amigos y con sus familiares, pero ante todo esa alegría común es algo que nunca más van a poder vivir en su vida.
Por eso no es recomendable adelantar el momento en que terminan siendo conscientes de la situación. Llega un instante en que surgen las dudas, en que comienzan a pensar que hay algo raro. ¿Cómo es posible que puedan repartir tantos regalos a tantos niños en una sola noche? ¿Cómo es posible que haya tantos Reyes Magos en tantas cabalgatas? Cuando eso se produce, y si todavía son pequeños, esto es, si tienen cinco, seis, siete años, es recomendable decirles que como los Reyes son magos, tienen montones de ayudantes en todo el mundo que les echan una mano para que puedan realizar su trabajo. Entre ellos, los Reyes que ven en los centros comerciales, que no son tales, sino emisarios y pajes que se visten como ellos para echarles una mano. Además, ahora que Papá Noel es una figura ya presente en nuestra sociedad, viene bien decirles que se reparten el trabajo entre ellos, que hay casas a las que llevan la mitad de los regalos cada uno, y otras que visitan sólo los Reyes o sólo Papá Noel.
Normalmente, pasadas estas épocas, serán los compañeros de colegio (o hermanos o primos más mayores) quienes les cuenten qué ocurre. Es el grupo de iguales el que les hará llegar esas noticias que no queríamos que oyeran. Sin embargo, si son todavía pequeños, es bueno protegerles. Lo lógico es decirles que con tanto trabajo como tienen los Reyes, y tantos niños a los que atender, no se paran en las casas de quienes no creen en ellos. Los Reyes no existen para quien no cree en ellos, pero sí para los demás.
Si tiene diez años y...
Es a partir de cuarto o quinto de Primaria cuando los niños empiezan a ser conscientes. Antes de esas edades no es recomendable hablar del asunto, ya que les quitas dos o tres años de ilusión sin que ganen nada a cambio. Pero, a partir de entonces, lo lógico es que los compañeros de colegio comenten y que ellos acaben enterándose. Si un niño tiene diez años y no da muestras de haber caído en la cuenta, es bueno decírselo, sobre todo para que no le hagan daño sus iguales burlándose de él.
Hay que advertir, no obstante, que el hecho de no haberse enterado no tiene nada que ver con la inteligencia, sino con el grado de madurez. Hay padres que se preocupan porque piensan que su hijo/a no da muestras de ser muy listo/a, pero eso no es cierto. Un niño puede tener altas capacidades y ser muy inocente.
En todo caso, la llegada de esta nueva etapa no significa que, a partir de entonces, las cosas tengan que cambiar. Hay que seguir con las mismas rutinas, con la carta por Navidad, con el secreto respecto de los regalos que les esperan, con la sorpresa de la mañana del seis de enero. Los Reyes les quieren mucho y van a seguir haciéndoles felices."
* Menchu Pascual es psicóloga infantil.
Fuente: El Confidencial
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