Realmente, es impresionante hasta donde llega la pésima gestión pública de los recursos.
No hay día que no se muestren ejemplos de cómo dilapidar la riqueza creada y el ahorro, con las negativas consecuencias que tiene sobre el empleo y el bienestar de la sociedad.
El último caso es el de la Torre de Calatrava, un regalito que se han encontrado en el Ayuntamiento de Madrid, tras la marcha de Gallardón. La sorpresa o lo indignante no es solo ya el coste de la misma torre, sino, el coste de mantenimiento, a razón de 150.000€ anuales, un auténtico despropósito. En concreto, 312.000€ hasta el 2014.
El proyecto fue la primera gran obra de Calatrava en Madrid y constituía un regalo de Caja Madrid, que entonces estaba presidida por Miguel Blesa, a la ciudad con motivo del tercer centenario del nacimiento de la entidad, ahora integrada en Bankia.
Luego pasa lo que pasa...
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