Emmanuel Rondón analiza la hipocresía y cobardía de los propios futbolistas (extensible a no futbolistas) en todo lo que rodea la sanción al futbolista Cavani, otra muestra de las aberrantes consecuencias de las funestas políticas identitarias de tinte marxista, que están invadiendo todo el mundo hasta llegar al grado más absurdo, gracias a la instrumentalización política que se hacen de ella, cuya fuerza censuradora y totalitaria no tiene límite por el dominio ideológico con el que campan.
Artículo de El American:
Futbolistas hipócritas y cobardes. Esas son las palabras que tengo atragantadas desde hace tres o cuatro días, pero que las venía pensando desde hace mucho. Porque hay mucho marketing, mucha palabrería, muchas rodillas hincadas para «luchar contra el racismo»; pero al momento de demostrar coraje se ablandan, tuercen la vista indiferentes o asustados. Y no sé qué es peor.
En el ocaso del 2020 sucedió un último evento que me indignó, la sanción definitiva de la Federación Inglesa por «racismo» para con Edinson Cavani, espléndido delantero uruguayo que hoy viste los colores de los Red Devils, a mi gusto el club más importante del fútbol inglés (con el debido permiso y respeto a los grandes de Anfield).
Rápidamente describo los hechos: durante noviembre Cavani ingresó en el segundo tiempo al encuentro entre el Southampton y el Manchester. Los Diablos Rojos, estando en condición de visitante, caían 2-0, pero Edinson irrumpió como tiburón detectando sangre; primero repartiendo una asistencia al bueno de Bruno y luego clavando dos goles, uno in extremis, para remontar y darle el vital triunfo a su equipo.
Luego llegó lo que desembocó el caso y provocó este descargo: un elogio, de un amigo o seguidor, llegó a Cavani tras el partido. «Así te quiero Matador», puso el usuario en las historias de Instagram; Edinson replicó: «Gracias negrito», con tono afable.
La Federación Inglesa luego de esto activó sus alarmas policiacas, no se aguantaron. Vieron la palabra negrito y se abalanzaron sobre el uruguayo como si este fuera a detonar una bomba en la ciudad de Manchester. Abrieron una investigación por racismo y discriminación, la misma duró un mes, y antes de finalizar el fatídico 2020 dieron a conocer la sanción: 100,000 libras de multa y lo peor, tres partidos de suspensión.
Por si quiere saberlo, no es la primera vez que esto sucede, a Bernardo Silva, excelente futbolista portugués que también juega en la ciudad de Manchester, pero en el rival del United, el City, también lo suspendieron con una fecha y 50,000 libras el año pasado por publicar un «chiste negro», una broma a su compañero de equipo Benjamin Mendy. El portugués puso una imagen —no sé si alcanza para el título de meme— donde se compara a Mendy de niño con la figura de “Conguitos”, una especia de chocolate. La FA dijo tajante: esto es racismo y sanción.
Ambos casos son absurdos. El portugués hizo un chiste que indignó a la «excelencia» y el «puritanismo» de la FA; pero el caso de Cavani es mucho más grave, es el eurocentrismo sancionando las costumbres de muchos países latinoamericanos, no solo a Cavani, no solo a Uruguay.
Intrínsecamente la FA ha ejercido la potestad de llamar racista a Cavani y todo aquel que ose decir la palabra ‘negrito’. Así sin más; muerte al contexto y a los códigos culturales que nos identifican. Bullshit.
Pero no espero nada de la FA, ni de ninguna institución apoderada de la policía del pensamiento único y el correctismo político, lo que verdaderamente me indigna es la desidia, indiferencia y miedo de los futbolistas, sobre todo los sudamericanos que hacen vida en la Premier League.
No puede ser, es inaceptable, ni un solo jugador que milita en Inglaterra alzó la voz; ni siquiera del Manchester United. De repente se quedaron mudos; callaron sus bocas ante, probablemente, la mayor injusticia racial y discriminación hacia la cultura de un jugador en el último lustro.
Pero claro, ellos mismos van e hincan sus rodillas y ponen el puño arriba para ir en ritmo y sintonía con Black Lives Matter. «Es ignorancia» decía yo, no deben saber lo que representa BLM, ni su ideología, ni sus proyectos, ni el gran negocio woke que llevan. Pero nada más lejos de la realidad; los jugadores y las instituciones deportivas saben perfectamente «la buena imagen» que da poner Black Lives Matter en los carteles y las casacas. Lo que da arrodillarse antes de un partido; no es lucha contra el racismo, es imagen y marketing pura y dura.
Hipócritas y cobardes
¿Por qué? Porque al momento de apoyar a uno de los suyos, a un colega, se callan ante el miedo de la cancelación o la poca importancia. No sé qué es peor la verdad. El miedo o la indiferencia, lo que sí sé es que ambas son inaceptables y totalmente reprobables.
A Cavani la FA lo multó y le sacó tres partidos, que no son poca cosa, pero lo más grave es que la federación lo tildó de racista, y nos los dijo a todos nosotros. Pero ellos lo son en realidad, en su ignorancia y puritanismo tonto.
No me importa la FA, me importa que los hipócritas y cobardes jugadores no se manifestaron.
Y esto es porque los admiro, amo el fútbol y la figura del futbolista, ellos transmiten alegrías a cientos de millones con lo que hacen sobre el verde, pero hoy, al menos a mí, han decepcionado como nunca antes.
El mes pasado destacaba a Antoine Griezmann, estrella del FC Barcelona, por su decencia y valentía al denunciar la persecución contra las uigures por parte del régimen chino y la complicidad de Huawei. Lo mismo hizo el alemán Ozil, quien pagó varios platos rotos por apoyar a la minoría étnica musulmana. Después de sus declaraciones lo cancelaron; lo sacaron del PES, no lo patrocinaron más y tampoco está jugando. Las dos primeras se saben que son represalias del régimen chino, la última puede ser una simple coincidencia, pero hay especulaciones que sugieren que no.
Las manifestaciones de Griezmann y Ozil representan la valentía, pero son poco destacadas porque no venden, es más cool el post en Facebook de Neymar con el hashtag #BlackLivesMatter.
La injusta sanción a Cavani reclamaba (y reclama) una actitud valiente, eso sí sería luchar contra la discriminación. Espero lo hagan y me cierren la boca, pero hoy los futbolistas son unos hipócritas y cobardes.
Nota: para la fecha en la que se escribió esta columna, ni un futbolista había salido para apoyar a Cavani, para el 3 de enero del 2021, la Asociación de Futbolistas Uruguayos sacó una declaración condenando la arbitrariedad de la FA. Reconocimiento para ellos.
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