A ver a quién se le ocurre tirar el dinero mejor. (Política, Economía. 81)

Yo no salgo de mi asombro escuchando que político dice o quiere hacer la mayor estupidez. Resulta ahora que el Grupo parlamentario Socialista ha planteado que se compense a los descendientes de los moriscos, expulsados hace 400 años de España, «víctimas de la intolerancia religiosa».


Así, Pérez Tapias (diputado por Granada, el gran ocurrente) considera que la propuesta responde a «un acto de memoria y a un ejercicio de responsabilidad con los descendientes y herederos culturales de la tragedia». Es gracioso observar, simplemente por comparar, que fueron los antecesores de esos moriscos, los distintos imperios islámicos, los que intentaron hacerse con Hispania mediante la espada y la sangre (almorávides, almohades, benimerines) durante siglos produciendo muchas muertes.

Por esa regla, lo que habría que hacer es reclamar una indemnización a los países árabes que nos invadieron previamente, lo que es algo absurdo e irrealizable, casi tan absurdo como dar dinero y subvenciones (es que se les llena la boca a los políticos con esta palabra) a los descendientes de cada tribu que ha vivido aquí, incluidos los descendientes de los caníbales de Atapuerca, que todo llegaría.

Pero es sencillo, subimos un poco más los impuestos y ya está, será por dinero. Así es como gasta nuestros impuestos el Estado, con subnormalidades, y es que hay tantas. Eso sí, pidiendo créditos para pagar a los parados, porque no hay dinero. Pero sería mejor que se compense con el dinero que nos debería dar Italia por la invasión de los romanos, o Francia por la invasión de Napoleón, o mejor, deberíamos pedir a EE.UU, ahora que nos llevamos tan bien con Obama, una fuerte indemnización por los Estados de Colorado, Florida o California. Pero me extraña que alguien acepte semejante idiotez, excepto nosotros claro.

La única explicación es que al ser los mediadores de esa compensación, algo se quedarían ellos o que la concesión de la nacionalidad española (no solo hablan de compensación económica, sin también social y cultural) de miles o cientos de miles, les supondrían nuevos votos por el detalle.