martes, 23 de julio de 2013

El Supremo rebaja la pena a Matas a 9 meses y le evita ingresar en prisión. (Política, Economía. 1.769)

Es genial. Es lo que tiene el creciente peso del Estado y por tanto poder en manos de los políticos. La independencia de las instituciones brilla por su ausencia, y por supuesto, también la judicial, ya sea con casos de una u otra parte. Hoy por ti, mañana por mi.

Lógico observar la tremenda corrupción presente en España en todos aquellos partidos instalados en el poder (ya sea en Andalucía, Valencia, Cataluña o dónde sea). Los beneficios son tan altos y los costes o riesgos tan pequeños...

Mientras tanto, la sociedad sigue desangrándose, pero los ciudadanos como muestran las exigencias populares y las encuestas, pretenden darle aún más cuota de poder y recursos para gestionar a los políticos, lo que lleva a más corrupción, más favores a amigos, empresas, más grupos de presión (lobbies) para que regulen a su favor (lo que implica monopolios, menos competencia, más costes, menos mejoras de productos y precios más altos para el ciudadano)...

Artículo de La Vanguardia:

"El Tribunal Supremo ha confirmado la condena por un delito de corrupción que la Audiencia Provincial de Palma impuso, en el caso Palma Arena, al expresidente balear Jaume Matas, pero ha rebajado la pena de 6 años de prisión a 9 meses, lo que muy probablemente evite que el político ingrese en prisión.

La Sala Segunda del Supremo he hecho pública hoy su sentencia sobre el caso, en la que elimina los delitos de malversación y prevaricación y mantiene la condena por tráfico de influencias. El Supremo mantiene únicamente la condena por tráfico de influencias impuesta a Matas y por este delito le impone una pena de nueve meses y un día de prisión y multa de 6.000 euros.

Las penas de menos de dos años de cárcel permiten el cumplimiento fuera de prisión siempre que así lo decida el tribunal (cosa que sucede casi siempre) y que no pesen sobre el reo antecedentes penales anteriores, además de que no se produzca ninguna otra condena posterior. Es decir, con toda probabilidad, Matas no ingresará en prisión por esta causa, según fuentes jurídicas. Es muy probable, según las mismas fuentes, que suceda lo mismo con los otros condenados en el Caso Palma Arena.

Esto es así porque el Supremo absuelve al periodista Antonio Alemany de algunos los delitos y porque, aunque mantiene varias condenas por prevaricación, malversación y falsedad en documento mercantil, le impone por ellas una sola condena de dos años y tres meses de prisión, además de inhabilitación por cuatro años y siete meses.

Al ex director general de Comunicación del Govern de Matas, Joan Martorell, le condena por prevaricación y malversación y le impone una pena de siete meses y un día, además de inhabilitación por tres años; y al publicista Miguel Romero le absuelve de todos los delitos. Las condenas a Alemany y Romero se producen por el llamado Contrato Menor, en el que no está implicado Matas.

La sentencia, de la que ha sido ponente Carlos Granados, cuenta con un voto particular del magistrado Alberto Jorge Barreiro, quien considera que debió condenarse a Matas por delitos de prevaricación y falsedad, aunque no por malversación, ni tampoco por fraude.

La Audiencia de Palma consideraba probado que Matas benefició con dinero público al periodista que escribía sus discursos, Antonio Alemany con actos producidos entre 2003 a 2007.

En ese tiempo Matas concedió a Alemany, mediante un concurso pantalla a favor de su empresa Nimbus, 200.000 euros por escribir sus discursos y asesorarle en materia informativa, al tiempo que influyó para beneficiarle con una subvención de 450.000 euros para crear una agencia de noticias.

Matas fue condenado por estos hechos a penas diferenciadas: 5 años, 3 meses y 1 día de cárcel en calidad de inductor por los delitos de fraude a la Administración, falsedad en documento oficial y mercantil, prevaricación y malversación, y 9 meses y 1 día de prisión por el de tráfico de influencias. El Supremo, que mantiene la última pena (tráfico de influencias), no discute los hechos probados, pero sí la consideración delictiva que les atribuyó la Audiencia.

En cuanto al concurso, dice el Supremo, se adjudicó a una sociedad, Nimbus, que realizó trabajos -como redacción de discursos y otros- por los que cobró, todo lo cual "en modo alguno" puede ser considerado prevaricación, ya que hubo un servicio prestado a cambio del dinero pagado.

Por lo que se refiere a la malversación, el tribunal acepta la tesis de la defensa de los reos, pues mientras la Audiencia condenó porque del dinero pagado a Nimbus se dedujeron comisiones para terceras personas, ahora el Supremo considera que se trataría, en todo caso, "de un acuerdo entre particulares".

En otras palabras, se hizo un concurso abierto y se firmó un contrato con Nimbus (del periodista Antonio Alemany) que se pagó a cambio de servicios prestados. Si luego, de ese dinero, el perceptor pagó una comisión, ya no se trataba de dinero público, por lo que no puede haber malversación, dice el Supremo.

En cuanto al fraude, el Supremo señala que pudo existir, en el concurso sobre el que Nimbus pudo disponer de información privilegiada, una irregularidad administrativa o incluso otra figura delictiva, pero no fraude, ni tampoco falsedades en documentos público y mercantil.

Por lo que se refiere al tráfico de influencias, el Supremo sí considera que Matas "utilizó su autoridad jerárquica para presionar" en favor de que se favoreciera la solicitud de Alemany para obtener una subvención pública a su Agencia Balear de Noticias, algo que hizo "con pleno conocimiento de que influyó con prevalimiento".

El expresidente balear Jaume Matas (PP) es el cuarto presidente autonómico desde la Constitución de 1978 que ha sido condenado penalmente. Matas fue responsable del Govern balear entre los años 1996-1999 y 2003-2007 y ministro de Medio Ambiente de 2000 a 2003.

Se libra de la cárcel por ahora Matas no pisará la cárcel, al menos por ahora. 

El fallo del Supremo culmina el primer "cara a cara" de Matas ante la Justicia, pero el expresidente del PP balear está implicado en 19 de las 29 piezas del caso Palma Arena, origen también del caso Noós, donde además de él están imputados Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres.

Jaume Matas, palmesano de 56 años y miembro de una conocida familia de exiliados republicanos, basó su gestión en Baleares en el impulso de grandes obras como el metro de Palma, nuevas autopistas, el proyecto de la ópera de Calatrava y la apertura del referido y famoso velódromo.

Otras iniciativas fueron hospitales públicos, centros de salud y colegios, depuradoras, el patrocinio del equipo ciclista profesional "Illes Balears" y el concurso de famosos como Michael Douglas, Catherine Zeta Jones, Rafael Nadal y Claudia Schiffer para la promoción de las islas. Fue un presidente que vivió el éxito.

Funcionario de alto rango de la administración autonómica y conseller de Economía y Hacienda en 1993, llegó de casualidad a la presidencia del Govern en 1999 cuando, de manera sorpresiva, el PP de Gabriel Cañellas retiró el apoyo al también popular Cristófol Soler por entender que su política lingüística era propia del nacionalismo. Después, el entonces presidente español José María Aznar contó con él en el año 2000 para ser ministro de Medio Ambiente en su segundo mandato y sacar adelante el Plan Hidrológico Nacional.

Acostumbrado a ser un primer espada, Matas dejó a regañadientes Madrid para disputar Baleares al Pacto de Progreso, un gobierno de cinco partidos liderados por el PSOE.

Matas ganó con mayoría absoluta en 2003 y gobernó con modos presidencialistas, sin admitir discusión, durante cuatro años. Justo antes de acabar la legislatura en 2007, inauguró el Palma Arena con la actuación de la Fura dels Baus. Dos años después, la Policía Nacional detuvo a cinco personas en relación con la construcción de esta infraestructura que costó casi 100 millones de euros, el doble de lo presupuestado. Nacía así el caso Palma Arena, que con los años se ha convertido en una maraña de casi 30 piezas -una de ellas es el caso Noós- instruidas todas por el juez José Castro.

En marzo de 2010, Matas declaró como imputado durante quince horas por la construcción del velódromo y descargó toda la responsabilidad en su exdirector general de Deportes y medallista olímpico, José Luis "Pepote" Ballester. A día de hoy, la mayoría de sus consellers están imputados en distintos casos judiciales.

Quedan lejanos los días en que los nombres de Palma y Mallorca estaban asociados principalmente a su condición de destino turístico privilegiado, sus compañías hoteleras pujantes, el verano, las regatas y la tradicional estancia de la Familia Real de vacaciones en la isla."

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