Juan R. Rallo analiza el negro futuro de las pensiones públicas dada la evolución demográfica en España y el sistema político al respecto.
Para ello analiza el escenario más que optimista (con registros muy alejados de los niveles actuales y los promedios históricos en cuanto a número de cotizantes dentro de 30 años y el número de pensionistas) y el escenario del INE (Instituo Nacional de Estadística), más realista.
Para facilitar los cálculos emplea un escenario promedio entre ambos. Y las cifras así exponen que teniendo un cotizante (hoy tenemos 2,2 y estamos en grave déficit) por cada pensionista y la cotización social media a la seguridad social sigue siendo del 24% de los salarios de un ciudadano (en promedio), lo que sucederá es que la pensión que el sistema de seguridad social podrá abonar en condiciones de sostenibilidad financiera equivaldrá al 24% de los salarios medios. Y hay que recordar que hoy la pensión media que el sistema puede abonar en condiciones de sostenibilidad financiera es del 53% del salario medio del país (pero hoy suponen cerca del 80% del salario medio del país, lo que hace al sistema hoy mismo insostenible y por ello está en grave déficit).
Así que estaríamos hablando de una reducción de la pensión de más de la mitad (para ser sostenible).
¿Y qué solución hay? Solo hay 3 opciones. Para mantener la actual relación entre pensiones y salarios sin endeudar adicionalmente al sistema, el porcentaje que un trabajador aporta de su salario mensual a la Seguridad Social debería más que duplicarse.
En cambio, para mantener la actual exacción en forma de cotizaciones sociales que existen sobre los salarios, sin endeudar más al sistema, las pensiones deberían recortarse en más de la mitad.
Por último, si no incrementamos las cotizaciones a la Seguridad Social a los trabajadores actuales ni recortamos la pensión a los pensionistas actuales, lo que ocurrirá es que tendremos que endeudar el sistema sobremanera. Incluso, dentro del escenario optimista de la AireF, la AireF estima que la deuda de la Seguridad Social deberá incrementarse en unos 50 puntos del PIB.
Por consiguiente, lo que nos depara el futuro es uno de estos tres escenarios. Pero muy probablemente asistiremos a una mezcla de estas tres opciones para intentar capear la crisis demográfica que se avecina durante los próximos 30 años y que va a tensionar financieramente sí o sí las cuentas de la Seguridad Social.
Los políticos no van a decirnos la verdad porque no van a querer reconocer que nos han estado estafando durante 30 años con este sistema piramidal. Pero eso no significa que debamos autoengañarnos y creernos las mentiras de los políticos para no afrontar la realidad.
Al contrario, estamos todavía a tiempo preparándonos financieramente nuestra jubilación futura y no delegarles esa crucial función a un conjunto de políticos cuya único objetivo es captar votos y mantenerse en el poder aún cuando arruinen nuestro futuro.
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