sábado, 21 de agosto de 2021

¿Por qué todos atacan a Madrid?

Juan R. Rallo analiza y explica por qué todos atacan a Madrid, valiéndose de falsas acusaciones (pero muy repetidas para que cale en el imaginario colectivo y justifique ciertas políticas extractivas) de la insolidaridad de Madrid. 

Artículo de El Confidencial:


El 'president' de la Generalitat valenciana, Ximo Puig (d), y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE)


Las quejas del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, contra la Comunidad de Madrid tienen un objetivo último: ir preparando el terreno para obtener más fondos en la venidera renegociación del sistema de financiación autonómico. El refranero español es claro al respecto, “quien no llora, no mama”, y la estrategia de Puig es llorar y llorar hasta mamar todavía más de la teta de los contribuyentes madrileños.

 

La estrategia podría resultar incluso legítima siempre que se partiera de premisas no falseadas, como que Madrid es una región que lo absorbe todo y que no redistribuye nada en favor del resto (motivo por el cual sería necesario ese impuesto específico que defiende Puig contra los contribuyentes específicamente madrileños). En artículos anteriores, ya explicamos que cada año los madrileños redistribuyen hacia el resto de España 20.000 millones de euros de sus impuestos, tanto a través de los Presupuestos Generales del Estado (impuestos recaudados por la Administración central en Madrid pero no gastados en Madrid) como a través del llamado sistema de financiación autonómico (mecanismo de redistribución entre autonomías de los propios impuestos recaudados por las administraciones autonómicas).

Esta misma semana, el economista Ángel de la Fuente ha publicado su estimación del resultado de la liquidación del sistema de financiación autonómica en 2019 para así conocer cuáles son los flujos fiscales netos entre las distintas autonomías: a saber, qué residentes son, en términos promedio, contribuyentes netos y cuáles son, en términos promedio, receptores netos. Y el resultado es incontestable: Madrid es, tanto en términos absolutos como en términos relativos y con mucha diferencia, la región que más aporta a la llamada 'solidaridad interterritorial' dentro del sistema de financiación autonómico. En particular, los ingresos tributarios homogéneos de Madrid ascienden a 24.538 millones de euros, pero de ellos su Gobierno autonómico solo retiene 18.538 millones, de modo que 6.000 millones de euros (el 24,5% de todo lo recaudado por su Gobierno autonómico en el ámbito de sus competencias) ya fluyen hacia otras regiones del país.

 

¿Con qué cara puede afirmarse que una autonomía que transfiere al resto de España 6.000 millones de euros al año (alrededor de 1.000 euros por ciudadano, el 25% del Presupuesto de su Gobierno autonómico) a través del sistema de financiación autonómico (dejemos de lado los que transfiere a través de los Presupuestos Generales del Estado) es una autonomía insolidaria que lo absorbe todo a costa del resto? ¿Cómo cabría calificar entonces a la Comunidad Valenciana, que recibe 777 millones de euros de lo que ingresa por sí sola? ¿Exacción insolidaria?

Uno debería plantearse a qué viene semejante inquina contra Madrid desde ciertas baronías socialistas. Si Madrid ya es la región que más recursos propios redistribuye, ¿por qué insultar a los madrileños negándoles el esfuerzo que ya están realizando y amenazándolos en consecuencia con nuevos tributos exclusivos sobre ellos para engordar las arcas del resto de gobiernos autonómicos? Es evidente que parte de la explicación reside en la necesidad de denigrar el modelo (moderadamente) diferencial de crecimiento de la Comunidad de Madrid (impuestos más bajos y regulaciones más flexibles que en el resto del país). Pero la otra parte de la explicación resulta claramente entendible si observamos el saldo de los flujos redistributivos interregionales: solo Madrid (6.000 millones de euros), Cataluña (2.070 millones de euros) y Baleares (462 millones de euros) son contribuyentes netas a los mismos, mientras que todas las otras autonomías son receptoras netas.

 

Por consiguiente, si la Comunidad Valenciana aspira a recibir más dinero en el próximo sistema de financiación autonómico, solo podrá hacerlo a costa de Madrid, Barcelona o Baleares: Baleares exhibe un tamaño demasiado pequeño como para convertirse en nodriza del resto de gobiernos regionales, de modo que solo quedan Cataluña o Madrid. Pero, al mismo tiempo, sabemos que la dependencia parlamentaria, así como el proceso de diálogo con el Gobierno catalán, imposibilita sangrar a Cataluña más de lo que ya se está haciendo en el presente (probablemente, de hecho, vaya a mejorarse su modelo de financiación). En cuyo caso, ¿cuál es la única región que realistamente puede ser expoliada todavía más para así incrementar las transferencias hacia el resto de burocracias autonómicas? Madrid, y contra Madrid, por tanto, se están dirigiendo injustificadamente todos los ataques de aquellos pedigüeños sin escrúpulos que aspiran a desangrar a los madrileños. Se trata de insultarlos hoy para así poder robarles la cartera mañana.


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