viernes, 23 de diciembre de 2011

La corrupción sistémica de las instituciones españolas. (Política, Economía. 473)

Efectivamente, la corrupción está metida en todos los niveles de la administración y afecta a todos los partidos en el poder. Es la grave consecuencia de la gestión pública de los recursos y de la intervención estatal, cada vez mayor, en todos los ámbitos de la sociedad, con las implicaciones que ello tiene en la ecomía y el desarrollo de una sociedad:

"Los últimos casos que ocupan las portadas de todos los diarios son la Operación Campeón y el del Instituto Nóos. Mientras se van conociendo los datos de la auditoría externa de la SGAE, que confirman la desnaturalización de la verdadera razón de ser de la institución –la gestión de los derechos de autor de los artistas– para convertirse en el lucrativo negocio particular de sus dirigentes, con la complicidad de los poderes públicos.

La corrupción se extiende como una mancha de aceite por todo el entramado institucional de una Nación que tiene que soportar además las peores cifras de paro del mundo desarrollado y debe emprender un fuerte ajuste presupuestario que afectará a servicios especialmente sensibles como la Sanidad y las pensiones.

Los escándalos se reproducen a todos los niveles, desde la administración local a las más altas instituciones del Estado. En este momento, el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno en funciones, José Blanco está siendo investigado por los delitos de tráfico de influencias y cohecho en la Operación Campeón. La Fiscalía ha pedido al Supremo que se abra procedimiento contra quien fue durante todos estos años el ‘número dos’ y verdadero factotum del PSOE, el partido en el Gobierno.

Paralelamente, otro escándalo golpea de lleno a la Casa Real. Las corruptelas del Instituto Nóos que presidía el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, por el amaño concursos públicos para obtener contratos con las administraciones y todo tipo de subvenciones, a través del tráfico de influencias en determinados círculos de poder. Un mal sistémico, en el que poco importa el color político de las administraciones, como muestran los diferentes contratos obtenidos por Urdangarín en varias autonomías.

El Nóos era, como la SGAE, una institución sin ánimo lucro. Las dos entidades investigadas tenían además relaciones entre sí. En concreto, el Duque de Palma facturó a Teddy Bautista –gracias a sus buenas relaciones– unos 750.000 euros. El instituto del marido de la Infanta Cristina tenía como una de sus principales misiones la promoción del deporte, hasta el punto que Urdangarín aspiró a presidir el Comité Olímpico Español. La corrupción está presente en todos los sectores de la sociedad y el deporte y la cultura no se escapan.

Lejos de tratarse de casos aislados que marcan la actualidad por una mera coincidencia temporal, en los últimos años encontramos multitud de ejemplos más. La Gürtel del PP, los ERES en Andalucía, el nepotismo que marcó la gestión del Tripartito en Cataluña son solo algunos."

Fuente: Libertad Digital

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