miércoles, 6 de febrero de 2019

Comunistas dicen ‘no a la guerra’ para salvar a Maduro: en 1940 lo dijeron por Hitler y Stalin

Elentir expone la hipócrita y despreciable instrumentalización por parte de la extrema izquierda de la bandera del pacifismo con Venezuela con ejemplos históricos y actuales (siguen siempre el mismo patrón y estrategia) en función de sus intereses políticos e ideológicos.

El cada vez mayor aislamiento internacional contra el régimen de Nicolás Maduro y la crisis humanitaria que sufre Venezuela hacen crecer la posibilidad de una intervención exterior.
Tras invadir Georgia y Ucrania, ahora Putin se hace pacifista
Motivos no faltan para esa intervención. Maduro ha llevado a su país a una situación de grave ruina y de opresión que ha llevado a huir a millones de venezolanos, lo que está provocando una crisis migratoria en Hispanoamérica. De todas formas, debería ser el presidente interino del país, Juan Guaidó, el que la solicite. Lo que resulta francamente hipócrita es la actitud de algunos hacia la posibilidad de esa intervención. Por ejemplo, Rusia ha advertido que una intervención en el país provocaría un “baño de sangre”El gobierno de Putin no fue tan cauteloso cuando en el verano de 2008 invadió Georgia, inmiscuyéndose en un conflicto interno entre el gobierno de ese país y los separatistas de Osetia del Sur, ni cuando se anexionó por la fuerza la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014, saltándose en ambos casos el Derecho Internacional.
El silencio de la ultraizquierda ante las invasiones rusas, el ISIS y los crímenes de Maduro
A propósito de esas invasiones rusas contra otros países, entonces no vimos a la extrema izquierda haciendo gala de pacifismo y gritando “no a la guerra”. Por lo visto, cuando es Rusia la que utiliza sus fuerzas militares para agredir a sus vecinos, la ultraizquierda no encuentra ningún motivo de reproche. Los comunistas tampoco clamaron contra la guerra cuando el ISIS dirigió su ejército terrorista contra cristianos y yazidíes, masacrándolos. Es más: cuando en octubre de 2014 el Parlamento español votó a favor del simple envío de asesores militares para adiestrar al Ejército de Irak para combatir al ISIS, con permiso del propio Gobierno de Irak, la ultraizquierda se opuso. Su concepto de los derechos humanos consistía, por lo visto, en dejar que el ISIS los violase a su antojo. De igual forma, cuando el régimen de Maduro envió a sus fuerzas militares a acribillar a manifestantes desarmadosla ultraizquierda se negó a condenarlo hasta en tres votaciones parlamentarias. Los comunistas y sus nuevas tapaderas políticas siguen usando el pacifismo como un discurso hipócrita orientado exclusivamente por motivaciones geopolíticas.
El Partido Comunista de España recupera la pancarta del ‘no a la guerra’
Un caso clarísimo de esa hipocresía de la extrema izquierda lo podemos encontrar en el Partido Comunista de España (PCE). Ayer publicó este mensaje en su cuenta de Twitter gritando “¡No a la guerra!”:



Suspendemos cualquier colaboración con el gobierno del @PSOE por su apoyo el golpe de estado en Venezuela.

Pedro Sánchez es cómplice de la estrategia de EEUU que contempla la agresion militar. ¡No a la guerra!

COMUNICADO 📃🔗 https://www.pce.es/condenamos-el-apoyo-del-gobiero-del-psoe-al-golpe-de-estado-en-venezuela/ 

427 personas están hablando de esto

No es la primera vez que el PCE usa falsas consignas pacifistas para cumplir los deseos de un dictador. El 23 de agosto de 1939 los ministros de asuntos exteriores de Hitler y Stalin firmaron en Moscú el Pacto Ribbentrop-Molotov, donde el Tercer Reich y la URSS se repartieron Polonia y las Repúblicas Bálticas. Poco después, tras la invasión de Polonia por Alemania y la URSS, la Internacional Comunista (KomIntern), controlada por Stalin desde Moscú, dio orden a todos los Partidos Comunistas de oponerse a la guerra declarada por Francia y el Reino Unido contra Alemania. En 2015 publiqué aquí los telegramas enviados por Moscú al Partido Comunista Francés con esas órdenes. La consigna oficial fue calificar esa guerra como una “guerra injusta imperialista provocada por la burguesía de todos los países beligerantes”El grueso de las críticas de los comunistas se dirigió contra Polonia, Francia y el Reino Unido, justificando abiertamente la agresión contra los polacos por parte de las dos potencias totalitarias. Es decir, que ese “no a la guerra” sólo se aplicaba a la respuesta anglofrancesa a la invasión de Polonia, y no a la invasión en sí, hecha por la fuerza y perpetrando -tanto alemanes como soviéticos- crímenes atroces.
En 1939 el PCE justificó la invasión de Polonia, y en 1940 se hizo pacifista
Uno de los partidos que siguió esas consignas de Moscú fue el PCE. El 18 de febrero de 1940 el partido publicó en México el primer número de su periódico “España Popular” (se puede leer aquí). En portada incluía un artículo de Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, dirigente del PCE exiliada en la URSS, tachando la contienda de “guerra imperialista”. En su artículo, la dirigente comunista clamaba contra el “imperialismo inglés y francés” y contra “la Polonia reaccionaria, desaparecida sin honor y sin gloria”En el colmo de la desfachatez, Ibárruri justificaba la invasión de Polonia apelando a los judíos, afirmando que en Polonia “ni siquiera tenían el derecho de hablar libremente su idioma, y vivían en condiciones de parias”, lo cual es una colosal mentira (de hecho, la amplia mayoría de los judíos polacos antes de la guerra hablaba habitualmente en yiddish y una parte considerable de ellos gozaba de buenas posiciones económicas). Tras la invasión, muchos de esos judíos serían encerrados en guetos y luego masacrados por los nazis, y en la zona soviética muchos acabaron ejecutados o deportados por los comunistas junto a otros polacos.
Los comunistas llamaron a sabotear el esfuerzo bélico contra la Alemania nazi
En su artículo, obedeciendo las mismas consignas de Moscú que llevaron a muchos comunistas franceses a sabotear incluso la fabricación de armas para defender a su país de la invasión nazi -un caso clarísimo y escandaloso de alta traición-, Ibárruri afirmaba: “los comunistas deben declararse en contra de la guerra, dejar al descubierto su carácter imperialista, votar en contra de los créditos militares, informar a las masas de que la guerra traerá miseria y agravará las cadenas de la explotación”Con estas palabras se refería al ultimátum que dieron Francia y el Reino Unido a Alemania (cabe preguntarse por qué no hicieron lo mismo con la URSS) tras invadir Polonia. La posición de los comunistas cambió radicalmente el 22 de junio de 1941, cuando Alemania invadió la URSS: entonces se volvieron más belicistas que nadie. Es curioso comprobar que tantos años después, pero incluso con los mismos actores políticos, la ultraizquierda sigue actuando con el mismo cinismo, agitando la bandera del pacifismo sólo cuando les viene bien en términos políticos y cuando eso beneficia a tiranos y criminales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twittear