miércoles, 21 de marzo de 2012

Brasil, el paraíso amenazado. (Mercados financieros, Bolsa. 61)

Interesante artículo de Kike Vazquez al respecto de las potenciales amenazas que sobrevuelan Brasil, donde no es oro todo lo que reluce:


"Han pasado unos años desde que Jim O’Neill coronara a Brasil como uno de los cuatro “BRIC”, Brasil – Rusia – India – China, la lista de países emergentes con más futuro según el “goldmanita”. Recientemente se dice que han superado a Reino Unido como la sexta mayor economía del mundo cuando en el año 1980 eran la 16. Unas reformas adecuadas en el pasado han obrado el milagro y sentado las bases de un largo camino de crecimiento, pero los recientes coqueteos con la recesión levantan incertidumbres sobre el futuro. Hoy hablamos de Brasil, un paraíso actualmente amenazado.
Estamos ante uno de los países más ricos del mundo, no sé si en términos económicos, pero desde luego sí en términos de riqueza natural. Café, mineral de hierro o petróleo, azúcar o carne de res e incluso el Amazonas. Las materias primas que ostentan son innumerables, por lo que no es extraño que desde el año 2009 China se haya convertido en su mayor socio comercial superando a Estados Unidos. La dependencia del gigante asiático es creciente, no solo por las compras directas, también porque China es una de las principales responsables del aumento de precios en las commodities, así que sin ella nada habría sido lo mismo.
Pero, a pesar de todo ello, estamos ante un país que actualmente tiene la cuenta corriente negativa. Puede parecer contra intuitivo que una zona con tal riqueza natural en materias primas, que además disfruta de unos precios altos gracias a la “voracidad” de los emergentes, pueda tener una cuenta corriente negativa. Generalmente los países con materias primas tienen una fuerte balanza comercial y compensan la cuenta corriente. Así fue en los últimos años, pero ya no.
En la imagen podemos ver la balanza comercial. El ciclo inmejorable de la última década, con niveles nunca vistos de exportación, creó un espejismo en el cual Brasil reducía su dependencia exterior llegando a ser en 2008 un acreedor neto internacional, es decir, sus deudas con el exterior son menores que las deudas que otros le deben, sumando las reservas de 355 mil millones de dólares que posee el Banco Central.
No obstante este dato esconde dos cosas. La primera que gran parte del dinero que entra en el país es “Hot Money”, el crecimiento de las reservas depende en parte de estos fondos. La segunda que a pesar de ser “acreedores” si miramos la posición internacional inversora, que además de deudas tiene en cuenta los activos, vemos que estamos ante un país que tiene numerosas obligaciones con el exterior, no en deuda pero sí en activos.
El favorable ciclo internacional, con una demanda voraz por las materias primas y un aumento de precio de las mismas, oculta una gran dependencia de que todo siga girando igual de bien. Si algo falla la peonza pierde el equilibrio. Esto podemos comprobarlo fácilmente mirando por ejemplo a la balanza de pagos, especialmente en dos cuestiones:
La primera es la balanza de servicios. Podríamos pensar que Brasil genera miles de millones gracias al turismo, como le ocurre a España, pero esto no es así. Aun siendo una actividad importante no consiguió compensar la balanza de servicios, que registró un déficit de 38 mil millones de dólares en 2011. Comparemos los 5 millones de turistas extranjeros del país con los más de 50 millones de España, China o Estados Unidos, o los más de 20 millones de México para tener una primera impresión del porqué.
La segunda es la balanza de rentas. En 2011 obtuvieron un superávit de 30 mil millones de dólares en la balanza comercial compensando parcialmente los -38 mil millones en servicios. Lo que ya resulta insostenible son los -47 mil millones de déficit pagados en rentas a los acreedores internacionales, aproximadamente un 2-3% del PIB, cifra que ejemplifica lo difícil que les resulta tener una balanza equilibrada, ya que solo en un “superciclo” favorable para las materias primas lo han conseguido.
Existe una gran controversia en los últimos meses por la que el Ministro Mantega llamó “currency war”, el Real Brasileño no deja de apreciarse lastrando la exportación. No voy a quitarle la razón, el rio anda muy revuelto en el mercado de divisas, pero en cualquier caso podemos intuir que detrás de lo que vemos no solo hay una “currency war”, también existe una necesidad de reformas estructurales porque un país no puede depender de que todo vaya realmente bien con las materias primas. O dicho de otro modo, sí están siendo perjudicados por los movimientos en las divisas pero su economía tiene también otros males.
Recientemente el Banco Central de Brasil (BCB) rebajó los tipos de interés en 75 puntos básicos, sorprendiendo a la mayoría de analistas que esperaban un recorte menor. Es cierto que la inflación está bajando, aunque sigue por encima del objetivo del 4.5%, y que los últimos datos del crecimiento del PIB, -0.1% qoq en 3Q2011 y +0.3% qoq en 4Q2011, parecen dejar margen para bajadas. No obstante esto junto con las compras de dólares y las medidas del gobierno para limitar la apreciación, muestran claramente cuál es el objetivo prioritario de las autoridades: evitar la apreciación del Real. De hecho parece haber una línea ficticia que lo delimita como pueden ver en la anterior imagen. El círculo representa el efecto de las medidas.
No voy a decir que no sea necesario que el Real vuelva a una valoración más acorde con sus fundamentales, en España tenemos una divisa sobrevalorada y sabemos lo duro que es, pero esa no puede ser la excusa para no aplicar medidas estructurales. Brasil está perdiendo competitividad y no es simplemente debido al tipo de cambio, un ejemplo es que actualmente fabricar en Brasil bienes industriales es más caro que en Estados Unidos. Una sobrevaloración de, digamos un 20%, no explica eso. Una parte sí, pero no todo.
Así que, aquí existe un problema y de no solucionarlo lo que empezaremos a ver es un país que se endeuda para crecer porque no sabe cómo hacerlo de otra forma. Actualmente se dan contrasentidos como que los brasileños son los turistas que más gastan en EEUU, unos 5.400 dólares por persona y año, superando a los japoneses con 4.300 dólares, mostrando un Real sobrevalorado pero también un afán consumista. De hecho el consumo ha sido y es el verdadero motor de la economía.
Aquí vemos como en los últimos años el consumo ha tenido una gran importancia en el “milagro” brasileño, es más, actualmente es lo único que tira de la economía. A la vez que esto ocurría el Real Estate empezaba a calentarse, siendo Brasil y ciudades como Sao Paulo, uno de los puntos más vivos del momento. Según Knight Frank la vivienda habría subido un 26% en los últimos 12 meses.
¿Burbuja? Así es como surgen las dudas de si ya actualmente se puede hablar de burbuja en el Real Estate, sobre los créditos al consumo que en Brasil parecen ser la última moda y sobre la sostenibilidad de todo esto. A principios del año pasado cuando el Banco Central trató de contener la inflación subiendo tipos, muchos analistas valoraron la posibilidad de que el incipiente endeudamiento se viniese abajo por un aumento en la morosidad. No ocurrió aunque es cierto que los bancos se están preparando con mayores provisiones.
La peonza sigue girando pero las dudas no se han esclarecido. Según las cifras oficiales de endeudamiento, aunque el crédito ha crecido rápidamente, seguimos en niveles aparentemente sostenibles que son inferiores a cualquier comparación con un país desarrollado. En la imagen pueden ver que según su Tesoro se trata de un 46.6% sobre el PIB, 42.5% de crédito al consumo y 4.1% a Real Estate. Pero algo no va bien.
No va bien que los créditos al consumo hayan crecido tanto en tan poco tiempo y que sus intereses ronden el 50%, de ahí las provisiones de los bancos. No va bien que, a pesar de la cifra irrisoria de deuda en el Real Estate, el 70% de las compras sean para inversión y solo un 30% para su uso. No va bien que existan partidas consideras “shadow banking system” que no aparecen en la contabilidad oficial. Pero sobre todo no va bien que el “debt service” que pueden ver en la imagen anterior se sitúe en el 26% de los ingresos, alrededor del 30% actualmente. Es más, se calcula que entre la “clase media”, que ya supone la mitad de la población del país, esta cifra subiría hasta casi el 50% de los ingresos.
Comparen dicha cifra con algunos ratios europeos de 2009 ofrecidos en la página 16 de este informe del BCE. Los pagos de deuda sobre ingresos tan solo superan ligeramente el 20% en España, siendo inferiores en los demás países mostrados. Asimismo este ratio no superó el 15% en la generación de la burbuja de las subprime en Estados Unidos. ¿Sostenibilidad?
Quizá todo esto tenga una lógica explicación, quizá, o quizá sea lo que parece. Ante los errores estructurales la solución suele ser la deuda, da igual que hablemos de una excesiva inversión, de un excesivo consumo o de una excesiva concentración de la riqueza, la deuda es un fantástico mecanismo para generar crecimiento y ocultar los problemas. En el caso de Brasil es cierto que el Real los está perjudicando, y mucho, pero también parece existir una falta de reformas para ser más competitivos que podría derivar en cualquiera de las conductas antes mencionadas. E incluso en un brote proteccionista, algo de lo que ya se está hablando en América Latina. Una curva de rentabilidad invertida en la deuda soberana parece indicar que algo no va bien, no obstante como dice el refrán “nunca es tarde si la dicha es buena”. Esperemos que Brasil lo ponga en práctica, un paraíso está en peligro."
 

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