Verdades como puños las palabras de esta alumna a su profesora en medio de la clase.
Son las consecuencias de la educación estatalizada, donde la misma es impuesta sin posibilidad de huida a una inmensa mayoría de la población, que no puede elegir con su dinero (se le quita a la fuerza sin posibilidad de elección) qué educación quiere y qué método de enseñanza prefiere, cambiando si no le gusta y premiando a aquellos que ofrecen una mejor educación (y más barata).
Los incentivos perversos de un sistema impuesto por obligación, con una fuerza enorme para mantener el status quo no en beneficio del alumno, sino de la burocracia político-sindical-funcionarial y mejorar sus condiciones-privilegios a cargo y en perjuicio del contribuyente, trabajadores en otros sectores y alumnos lleva a la degradación de la educación, al fracaso escolar, a un mayor abandono escolar, a la menor calidad educativa, al retraso en la enseñanza, la igualación por abajo y la reducción de la exigencia (mero trámite), al desinterés por el verdadero supuestamente fin de la educación, a la despreocupación por los resultados, a la ausencia de formación continua y desincentivo a la mejora, al fraude y corrupción interna, al encarecimiento creciente de la educación, a la desconexión de la educación con el mundo laboral (más paro, sobreoferta en determinados sectores, "sobrecualificación en muchos trabajos, y el consecuente desánimo y menor productividad, salarios más bajos...)...
Pero al parecer, la solución que dan los verdaderos interesados en que esto se mantenga (no que les guste las consecuencias, pero sí que se mantengan las causas que derivan en dichas consecuencias y pésimos resultados) es el de siempre (cómo no): MÁS DINERO. Por supuesto más dinero es que pague más de su bolsillo a la fuerza para mantener más de los mismo, en beneficio prioritario de los mismos. Porque ya se sabe, todo será siempre poco. No lo dude.
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