Debate en El Programa de Ana Rosa (30/4/2018) sobre si es posible subir las pensiones en el importe prometido por el Gobierno.
Decir la verdad y hacer ver la realidad a la gente es doloroso. Y absolutamente ningún político va a decir la verdad de la situación a un potencial votante, pues manifiesta en primer lugar la estafa a la que ha sometido a la gente durante tanto tiempo y en segundo lugar, reconoce su manifiesto fracaso así como una pérdida futura de poder adquisitivo imposible de compensar. El voto es el voto, aparecer como héroe a corto plazo para situar como villano a quien venga en el futuro es muy jugoso y rentable políticamente, y el chantaje y el incentivo a la mentira y utilización política de cualquier político que no esté en el poder (obligando a ceder al que esté en el poder o a quemarse en la hoguera para intentar alcanzar el poder es enorme.
Como bien dice el dicho, son preferibles mentiras piadosas a verdades incómodas, y hay una tendencia general explicada por la psique a creer aquello que es afín a sus prejuicios previos o ideas insertas y rechazar aquello contrario. A creer en lo que uno quiere creer y no en lo que rechaza y le disgusta, pues psicológicamente es mucho más satisfactorio.
Y decir las verdades del barquero suele ser antipático y poco gratificante. Lo sencillo es decir lo que quiere oír cada uno. Mostrarse como el mesías que lo va a lograr (según su demagogo razonamiento, todo es una sencilla cuestión de voluntad) y exponer una sencilla forma resolverlo aludiendo a algún tópico (con números de fantasía).
Por eso es tan necesario dosis de realidad como la mostrada en este debate, para concienciar a la gente de la situación real en la que están y a la que se enfrentan, lo que irá en beneficio de la sociedad, provocará medidas reales para enfrentar la situación cuanto antes (y no seguir empeorándola en cuantía y cantidad de gente afectada) y hará huir a los falsos mesías que se intentan aprovechar electoralmente de la inocencia/ignorancia de la gente.
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