Las subvenciones siguen siendo millonarias en España, y sus efectos son tremendamente negativos para el desarrollo económico del país, y enormemente injustas e inmorales.
-Suponen pagar y mantener negocios improductivos a costa de los productivos (volviéndolos en muchos casos también improductivos, lo que destruye la economía y la riqueza).
-Supone crear competencia desleal y una gran injusticia al favorecer a B en lugar de C, por lo que C no podrá competir en igualdad de condiciones que B y tendrá que cerrar.
-Supone mantener empleo artificial (y caro) en el negocio o sector A, a costa de destruirlo en el negocio o sector B, con la diferencia que destruye a medio plazo mucho más al hacer dependiente a A (que mantiene un negocio en sí ineficiente y con pérdidas reales sin dichas subvenciones), mientras que hace cada vez menos productivo al eficiente B (al incrementar los impuestos en mayor medida para pagar a A), provocándole mayores pérdidas de empleo.
-Desincentiva la competencia y crea barreras de entrada, al proteger a A con subvenciones, provoca que B no pueda competir con A pese a ser más eficiente o mejor, lo que lo expulsa del mercado (o no le permite entrar en dicho negocio al ser más barato para A) y el cliente sale perdiendo.
-Incrementa los precios de los productos, no permitiendo bajadas naturales de los mismos. Al dar dinero de terceros a A, A puede cubrir costes gracias a ello, lo que incentiva que no baje costes (al no verse obligado no haciendo ajustes o mejoras) y traslade esa mejora al cliente vía menores precios para aumentar la demanda y ser más eficiente y atractivo.
-Desincentiva las inversiones y mejoras productivas. Al exigir más recursos (impuestos) a la economía productiva, minora los recursos disponibles para la inversión y las mejoras productivas, lo que afecta negativamente en nuevos avances (ya sea con nuevos o mejores productos o con mejores precios de los mismos productos al mejorar su coste).
-Implica y genera corrupción, despilfarro, tráfico de influencias y fraudes masivos. Corrompe porque se le da poder a un individuo (político), en lugar de al consumidor (con sus decisiones libres de compra), lo que implica que el dinero de los ciudadanos pase por sus manos, y el poder y el dinero corrompen, lo que le llevará a tomar decisiones interesadas. Esto llevará a las empresas y grupos de interés (lobbies) a presionar al poder político para que les de e incremente las subvenciones (con pagos de distinta manera, votos...), y al político a beneficiar interesadamente a negocios propios, a gente afín, familiares...
Por otra parte, este proceso llevará al absoluto despilfarro, motivado por el interés partidista del político, y su interés por mantenerse en el poder, empleando dicha herramienta para la compra de votos y de voluntades intentando así contentar a mayor cantidad de gente, haciéndoles en muchos casos dependientes del poder y creando un grave hábito a la dependencia y a la irresponsabilidad personal, haciendo la "bola" cada vez más grande y más insostenible (con consecuencias muy graves para el medio plazo, como podemos observar ya hoy en día). Y por supuesto, crea graves incentivos al fraude, tanto para obtener dichas subvenciones, como para evitar las subidas impositivas relacionadas con las mismas y que acaban ahogando al contribuyente.
-Y por último, y que debiera estar por encima de todo, es éticamente reprobable e inmoral. Supone extraer (robar por muy legal que quieran hacerlo) a la fuerza recursos de A para dárselos a B. Y nadie puede tener la autoridad moral y emplear el uso de la fuerza para decidir quitar dinero (ganado con su esfuerzo y trabajo) a unos para dárselos a otros (que no lo merecen).
Estos son los sectores que más subvenciones reciben en España:
-Suponen pagar y mantener negocios improductivos a costa de los productivos (volviéndolos en muchos casos también improductivos, lo que destruye la economía y la riqueza).
-Supone crear competencia desleal y una gran injusticia al favorecer a B en lugar de C, por lo que C no podrá competir en igualdad de condiciones que B y tendrá que cerrar.
-Supone mantener empleo artificial (y caro) en el negocio o sector A, a costa de destruirlo en el negocio o sector B, con la diferencia que destruye a medio plazo mucho más al hacer dependiente a A (que mantiene un negocio en sí ineficiente y con pérdidas reales sin dichas subvenciones), mientras que hace cada vez menos productivo al eficiente B (al incrementar los impuestos en mayor medida para pagar a A), provocándole mayores pérdidas de empleo.
-Desincentiva la competencia y crea barreras de entrada, al proteger a A con subvenciones, provoca que B no pueda competir con A pese a ser más eficiente o mejor, lo que lo expulsa del mercado (o no le permite entrar en dicho negocio al ser más barato para A) y el cliente sale perdiendo.
-Incrementa los precios de los productos, no permitiendo bajadas naturales de los mismos. Al dar dinero de terceros a A, A puede cubrir costes gracias a ello, lo que incentiva que no baje costes (al no verse obligado no haciendo ajustes o mejoras) y traslade esa mejora al cliente vía menores precios para aumentar la demanda y ser más eficiente y atractivo.
-Desincentiva las inversiones y mejoras productivas. Al exigir más recursos (impuestos) a la economía productiva, minora los recursos disponibles para la inversión y las mejoras productivas, lo que afecta negativamente en nuevos avances (ya sea con nuevos o mejores productos o con mejores precios de los mismos productos al mejorar su coste).
-Implica y genera corrupción, despilfarro, tráfico de influencias y fraudes masivos. Corrompe porque se le da poder a un individuo (político), en lugar de al consumidor (con sus decisiones libres de compra), lo que implica que el dinero de los ciudadanos pase por sus manos, y el poder y el dinero corrompen, lo que le llevará a tomar decisiones interesadas. Esto llevará a las empresas y grupos de interés (lobbies) a presionar al poder político para que les de e incremente las subvenciones (con pagos de distinta manera, votos...), y al político a beneficiar interesadamente a negocios propios, a gente afín, familiares...
Por otra parte, este proceso llevará al absoluto despilfarro, motivado por el interés partidista del político, y su interés por mantenerse en el poder, empleando dicha herramienta para la compra de votos y de voluntades intentando así contentar a mayor cantidad de gente, haciéndoles en muchos casos dependientes del poder y creando un grave hábito a la dependencia y a la irresponsabilidad personal, haciendo la "bola" cada vez más grande y más insostenible (con consecuencias muy graves para el medio plazo, como podemos observar ya hoy en día). Y por supuesto, crea graves incentivos al fraude, tanto para obtener dichas subvenciones, como para evitar las subidas impositivas relacionadas con las mismas y que acaban ahogando al contribuyente.
-Y por último, y que debiera estar por encima de todo, es éticamente reprobable e inmoral. Supone extraer (robar por muy legal que quieran hacerlo) a la fuerza recursos de A para dárselos a B. Y nadie puede tener la autoridad moral y emplear el uso de la fuerza para decidir quitar dinero (ganado con su esfuerzo y trabajo) a unos para dárselos a otros (que no lo merecen).
Estos son los sectores que más subvenciones reciben en España:
Artículo de El Confidencial:
"Automovilismo y minería, los sectores que más subvenciones reciben del Estado.
"Automovilismo y minería, los sectores que más subvenciones reciben del Estado.
La restricción del crédito y el incumplimiento en los pagos está haciendo difícil a muchas empresas, especialmente pymes, mantener su barco a flote en un mar sometido a una contracción de demanda de dimensiones históricas. En este escenario, las ayudas públicas a empresas en forma de subvenciones puede significar, para muchas, sobrevivir en un mercado cada vez más hostil.
Tras cinco años de crisis y con las arcas públicas en mínimos, las empresas españolas se repartieron en 2012 más de 3.000 millones de euros en forma de subvenciones públicas. El 69,8 % de esta cantidad -2.122 millones- fueron a parar a manos de las pymes, y, el resto del pastel, se lo repartieron varias multinacionales, según los datos que ha recopilado la agencia de calificación de rating española Axesor cruzando los datos del Boletín Oficial del Estado y los diecisiete boletines oficiales autonómicos.
El top ten de las empresas más subvencionadas está encabezado por una automovilística, Peugeot España, que acumuló 66,7 millones de euros al ser agraciada con cinco subvenciones. Le siguen, por este orden, la minera Unión Minera del Norte, que ingresó de las arcas públicas 29,33 millones de euros; Hunosa, con otros 27,5 millones; Telefónica, con 23,9; Renault España, con 23,5; Iveco España, con 20; Coto Minero Cantábrico, con 19,8; Agroseguro, con 19,2; EADS, con 17,7; y Unión Fenosa Distribución, con 16,9 millones de euros.
El importe total de las ayudas que percibieron estas diez empresas roza los 270 millones de euros, lo que supone casi el 30% del total de las subvenciones que reciben las grandes empresas y el 8,6% de la cantidad total de las ayudas estatales otorgadas durante 2012. Más de diez millones de euros recibieron empresas tan variopintas como Indra, Iberdrola, Mercedes Benz, Abengoa o el Instituto Tecnológico de Energías Renovables.
Otras, como Galletas Guillon S. A., recibieron casi ocho millones y medio de las arcas públicas. Entre cinco y seis millones recibieron compañías comoCampofrío, Cosentino, Abengoa, Isofotón, Crea Impresiones de Catalunya, Siro Venta de Baños, Habidite Technologies Zaragoza, Iberdrola, Parque Científico y Tecnológico de Huelva, Treelogic Telemática y Logica Racional para la Empresa Europea, Ramondin Cápsulas y General Motors.
Las comunidades autónomas dan más ayudas
Por primera vez desde que empezó la crisis, el importe de subvenciones a empresas concedidas por las comunidades autónomas supera el importe concedido por la administración central, según el informe Gabinete de estudios económicos elaborado también por la agencia Axesor. En 2012, el 53% de la financiación recibida por las sociedades mercantiles fue de origen autonómico. Un año antes, el peso de la financiación autonómica se quedó en el 42%.
Pese al buen comportamiento de la financiación autonómica en materia de subvenciones, existen amplias diferencias, dependiendo de la administración autonómica. Mientras que las empresas extremeñas duplican los fondos recibidos por su administración, las empresas asturianas, valencianas, murcianas, catalanas y las de Ceuta y Melilla recibieron fondos un 10% o más superiores a los importes recibidos en 2011. Por contra, los tejidos empresariales cántabro, aragonés, canario, castellano-manchego, vasco y gallego vieron reducidos sus ayudas públicas recibidas en más de un 20%.
Financiación estatal
La mayoría de parques empresariales recibieron menos dinero de su gobierno estatal que en 2011. Solo las empresas andaluzas, murcianas, gallegas, asturianas, riojanas y, de manera muy especial, las sociedades de Ceuta y Melilla vieron incrementados en 2012 los fondos que recibían del Estado. La caída más importante en fondos estatales recibidos corresponde a los parques empresariales balear, manchego y madrileño.
La Comunidad de Madrid pasó de recibir del Estado subvenciones por 1.137 millones de euros en 2011 a ingresar 410 millones en 2012. Pese a la caída, esta cantidad representó el 28,7% del total de fondos recibidos por las empresas españolas provenientes de la administración central. "
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