Los datos sobre creación de empleo en las regiones donde se incrementó la libertad horaria de los comercios eran más que patentes al respecto. De hecho, las regiones que las adoptaron fueron las beneficiadas, saliendo perjudicadas aquellas en las que no se adoptó. (Comunidad valenciana o Madrid frente a Andalucía y Cataluña fundamentalmente).
La adopción de dichas normativas en favor de una mayor libertad de horarios acabó con más de tres años de caída del empleo en las ventas del comercio (desde finales del 2013), se produjeron niveles récord del gasto turístico sabiendo aprovechar este gran activo que tiene España.
Los nuevos gobiernos ("los del cambio"), lejos de ir en la buena dirección aprovechando esta dinámica, pretenden dar marcha atrás perjudicando al conjunto de la sociedad.
-Perjudican al contribuyente pues la actividad económica es menor y por tanto la recaudación vía mayor actividad económica, lo que implica mayores subidas de impuestos para TODOS ante el salvaje gasto público de las administraciones).
-Perjudican al servicio público, pues la intromisión de la Administración, repercute negativamente sobre el crecimiento económica y la creación de riqueza, recaudando menos recursos con los que cubrir servicios públicos.
-Perjudican al consumidor, puesto que la intromisión de la Administración reduce la capacidad de oferta de bienes y servicios, lo que conlleva menos oportunidades capacidad para satisfacer sus necesidades, que sí encontraba de esta manera (la demanda y el empleo en dichas franjas horarias con establecimientos abiertos es indicativo de ello).
Además menos oportunidades de competencia, implica menos oferta y precios más caros.
-Perjudican al trabajador en general (que recordemos también son consumidores), creando una bolsa de trabajadores privilegiados frente a una mayoría perjudicada. El beneficiado es aquel que puede mantener su puesto de trabajo, y trabaja las horas que a él le vienen mejor. La mayoría silenciosa que se ve perjudicada son todos aquellos que primero no encontrará un empleo, pese a buscarlo y necesitarlo, al reducir la oferta comercial (menos horas, menos rentabilidad, menos beneficio o entrada en pérdidas, menos contrataciones..., en segundo lugar aquellos que ya tenían un empleo y lo perderán puesto que las mayores limitaciones provocarán menos aperturas y horas, y en consecuencia menos rentabilidad y contrataciones. En tercer lugar, se ven perjudicados los trabajadores del resto de comercios, pues menos empleo en otros sectores implica menos capacidad adquisitiva por parte del ciudadano y menos compras o gastos en otros sectores, por la menor demanda, lo que lleva a otros sectores a incrementar menos el empleo, y a subir menos los salarios (aún más perjudicado porque redirecciona a más gente a otros sectores, aumentando la demanda de trabajo, que reduce los salarios (precios) de mercado, pues hay más gente solicitando empleo). Es decir, salarios y empleo del trabajador se ven perjudicados frente a un grupo aislado a corto plazo que es donde se fijan las miradas apoyadas por la demagogía y los análisis simplistas.
-Perjudican a las empresas, puesto que reducen las oportunidad de negocio, la competencia, el incentivo a crear nuevas empresas, la capacidad de aumentar la rentabilidad (y con ello, la inversión, la capacidad de bajar precios...).
En definitiva, un desastre que en lugar de ahondar en beneficio de la sociedad, va en su dirección contraria.
La última noticia al respecto ha sido las medidas de reducción de plantillas (alrededor del 20%) que se llevarán a cabo en el Centro comercial Arena (Valencia) tras la pérdida de libertad horaria en la ciudad, adoptado por Compromís en el tripartito que mantiene con PSOE y Podemos.
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