Elentir sobre la ola de prohibiciones que reclama el partido PACMA y sus consecuencias, así como la pretensión de equiparar personas y animales, empezando por la semántica.
Artículo de Contando Estrelas:
Ayer el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) se pronunció sobre los miserables comentarios escritos en redes sociales por fanáticos antitaurinos sobre Víctor Barrio.
El PACMA critica los insultos pero luego dice que los toreros torturan
En una nota publicada por Europa Press, Laura Duarte, portavoz del PACMA, afirma: “Rechazamos la tauromaquia pero no nos alegramos de su muerte (la del torero Victor Barrio el pasado sábado) porque tampoco ganamos nada con ello”. Así mismo, afirma que “rechazamos algunos comentarios porque son de mal gusto”. Pero al mismo tiempo el PACMA arremete contra la tauromaquia calificándola como una “tradición enmarcada en la violencia, la tortura y la muerte”. A mí no me gusta la fiesta de los toros, pero el fanatismo animalista aún me gusta menos, no sólo por sus formas, cada vez más zafias y extremistas, sino también por su fondo, basado en la absurda pretensión de equiparar a los animales con los seres humanos. En esa nota de Europa Press, por ejemplo, se habla de “tortura”, término que la RAE define así: “Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo.” Por si algún lector lo desconoce, el pronombre indefinido “alguien” se usa en español exclusivamente para rererirse a personas, es decir, a seres humanos.
En 2015 el PACMA dijo entender a quienes llaman ‘asesinos’ a los toreros
En la misma línea, en agosto de 2015 el PACMA declaró que entiende “a quienes definen como asesinos a los toreros”. Entonces Europa Press recogió unas declaraciones de Silvia Barquero, cabeza de lista del PACMA por Madrid en las Elecciones Generales del 26 de junio, afirmando que “es diferente considerar asesino a un torero a desear la muerte de un torero”. Nuevamente el PACMA o bien ignora o bien manipula el lenguaje, pues según la RAE asesinar es lo siguiente: “Matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa.” Y como acabamos de ver, el pronombre “alguien” sólo se aplica a personas. Si hablamos en términos legales tenemos otro tanto: el Código Penal español sólo considera asesinato matar a otra persona, no a un toro.
Una ola de prohibiciones que amenazaría la lucha contra enfermedades
En su confusión entre animales y seres humanos, atribuyendo a los primeros características propias de los segundos, los animalistas aspiran a lo que en la práctica sería un régimen autoritario repleto de prohiciones y con desastrosas consecuencias. A modo de ejemplo, en su programa, el PACMA pide prohibir la venta de animales (es decir, adiós a tener mascotas en casa y adiós a la compra de ganado), prohibir las corridas de toros (lo que supondría la desaparición del toro de lidia: su subsistencia se debe a su cría para la tauromaquia, cría de la que sólo una mínima parte de los animales acaban en las corridas), prohibir “cualquier tipo de deporte, espectáculo o festejo donde se utilicen animales” (es decir, adiós a los circos, a la equitación, a las carreras de caballos, etc.), prohibir la caza y la pesca deportiva (las plagas de conejos y de diversas alimañas serían espectaculares y de efectos desastrosos al no poder cazarlos), e incluso prohibir la experimentación con animales, sin duda el más disparatado y perjudicial de todos los puntos de ese programa. De hecho, el año pasado, y ante las presiones animalistas, la Confederación de Sociedades Científicas de España publicó un documento señalando lo siguiente:
“Los avances en los tratamientos para males tan comunes y debilitantes como la diabetes, el cáncer, el SIDA, las enfermedades respiratorias o del corazón y las neurodegenerativas, como el Parkinson, por poner algunos ejemplos, no habrían sido posibles sin el uso de animales para investigación. Por otra parte, los avances que proporciona la investigación biomédica benefician directamente a los propios animales y la mayoría de los tratamientos veterinarios modernos son el resultado directo de la utilización de modelos animales en experimentación.“
Adiós a la pesca y al consumo de carne
El PACMA también reclama limitar las explotaciones ganaderas y avícolas, pues apoya el vegerarianismo y el veganismo, alegando que “el consumo de animales supone la muerte de miles de millones de éstos en todo el mundo”, y como ya hemos visto, para estos señores matar a un animal tiene la misma dimensión ética que matar a un ser humano. Sobre esta base. el PACMA dice cosas como éstas refiriéndose a cazadores y pescadores:
“Más de 30 millones de animales son asesinados durante la temporada de caza en todo el país y se dispersan 6.000 toneladas de plomo que contaminan el medio ambiente y provocan intoxicaciones.En España tienen licencia para matar aproximadamente 900.000 cazadores y 600.000 pescadores.“
Es decir, que para el PACMA cazadores y pescadores también son asesinos, pues dice que los animales que matan son asesinados, a pesar de que esta palabra sea sólo para seres humanos. Con lo de “licencia para matar” no está hablando de lo que hace el agente 007, sino de personas que simplemente se van a un río o a la costa con su caña de pescar, o se van a un monte a cazar con licencia para ello. Pero los alegatos del PACMA no van sólo contra la pesca deportiva. En 2012 su Twitter oficial dijo que la pesca, en general, “quita la vida a millones de animales cada año”. También arremetió contra la pesca del atún rojo. El tema lo sacó en 2012 la presidenta del PACMA, Silvia Baquero, en su cuenta de Twitter:
Molestos con Pablo Iglesias porque cenó una langosta
En fecha mucho más reciente (el pasado mes de junio), uno de los motivos de desacuerdo entre el PACMA y Podemos es que Pablo Iglesias había cenado una langosta. En su página sobre alimentación, el PACMA señala esto: “es responsabilidad política del Partido Animalista – PACMA defender la necesidad de reducir o abandonar el consumo de productos de origen animal, tanto por razones éticas como medioambientales.“ Yo como a menudo diversos productos de origen animal (salchichas, chorizo, bonito del norte, milanesas de pollo, filetes de ternera…), y desconocía que estuviese haciendo algo éticamente reprobable, y lo seguiré haciendo por supuesto: no pienso ayudar a que algunos impongan una visión absurda de la sociedad en la que la vida de los animales importe más que la salud, el bienestar y la libertad de las personas.
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