Jaled Abu Toameh analiza la inquietud mostrada por la Autoridad Palestina por la infiltración de grupos yihadistas (incluido el ISIS) en campos de refugiados palestinos en el Libano.
Es gracioso las alarmas, preocupaciones y sorpresas planteadas, tras alimentar continuamente dicho monstruo...
Artículo de Elmed.io:
El ISIS está en la mente de los líderes de la Autoridad Palestina (AP). Altos funcionarios de la misma han expresado su inquietud por que los grupos yihadistas, incluido el ISIS, hayan logrado infiltrarse en los campos de refugiados palestinos del Líbano.
Las autoridades libanesas también están preocupadas; tanto, que han lanzado una dura advertencia a los palestinos: frenen a los terroristas o nos ocuparemos de la seguridad nosotros mismos.
Según fuentes de las fuerzas de seguridad libanesas, un número creciente de palestinos del Líbano se está uniendo al ISIS y al Frente al Nusra (FaN), una milicia islamista suní vinculada a Al Qaeda que lucha contra las fuerzas gubernamentales sirias. Las fuerzas de seguridad libanesas han tomado una serie de medidas para intentar controlar el problema y evitar que las dos organizaciones terroristas islamistas establezcan bases de poder en los campos de refugiados palestinos del país.
Algunas informaciones hablan de decenas de palestinos del Líbano que se han unido al ISIS y al FaN y que han muerto o resultado heridos en Siria en los últimos meses. La mayoría de los que murieron han sido enterrados en Siria, según las informaciones.
Alarmados por el éxito del ISIS y del FaN en la captación de palestinos, los líderes de la AP enviaron recientemente a Beirut a Azam al Ahmed, asesor del presidente Mahmud Abás, para tratar urgentemente con los funcionarios libaneses las posibles maneras de frenar la escalada. El liderazgo de la AP teme que la intensificación de las actividades de los dos grupos terroristas en los campos de refugiados obligue al Ejército libanés a lanzar una operación militar masiva para librarse de los terroristas, que representan una amenaza directa para la seguridad nacional de su país.
Al Ahmed, responsable de la cartera libanesa en la Autoridad Palestina, mantuvo una serie de reuniones con funcionarios del Gobierno libanés para intentar evitar un enfrentamiento entre el Ejército del país del Cedro y los palestinos que viven en los campo de refugiados del mismo. Tras una reunión con el ministro del Interior libanés, Nihad al Mashnuk, el enviado palestino dijo que las conversaciones se habían centrado en la necesidad de tomar “medidas conjuntas para garantizar una seguridad estable en los campos de refugiados palestinos”. Según Al Ahmed, también se habló de cómo evitar que determinados grupos, especialmente el ISIS y el FaN, utilicen los campos de refugiados palestinos para amenazar los intereses del Líbano.
Fuentes de la seguridad libanesa han informado de contactos directos entre los líderes del ISIS en Siria y algunos dirigentes islamistas en el campo de refugiados de Ain al Hilweh, el más grande del Líbano, con una población de más de 120.000 personas, la mitad de ellas refugiados que huyeron de Siria a partir de 2011. Dichas fuentes dijeron que uno de los comandantes del ISIS en Siria, Abu Jaled al Iraqi, ha multiplicado sus contactos con los palestinos en Ain al Hilweh en las últimas semanas para preparar ataques terroristas contra objetivos libaneses. Los libaneses han mencionado a una serie de palestinos de Ain al Hilweh que actúan claramente como representantes del ISIS en el Líbano: Emad Yasmin, Helal Helal, Abed Fada, Nayef Abdulah y Abú Hamzeh Mubarak.
La semana pasada, fuentes palestinas revelaron que uno de los líderes yihadistas de Ain al Hilweh, Omar Abu Jarub, apodado Abu Muhtaseb al Maqdisi, murió luchando junto al ISIS en Siria. Las fuentes dijeron que era sólo uno de los cientos de palestinos del Líbano que se han unido al ISIS y al FaN.
El Gobierno libanés ha informado a los líderes de la AP en Ramala de que al menos 300 terroristas yihadistas están atrincherados en Ain al Hilweh. “La situación se ha vuelto inaceptable y no podemos seguir cerrando los ojos ante esta amenaza”, advirtieron los libaneses a la AP.
Los terroristas islamistas que han encontrado refugio en Ain al Hilweh han advertido repetidas veces a las autoridades libanesas de que no ataquen militarmente el campo de refugiados.
En un reciente sermón del viernes, el jeque Abu Yusef Aqel condenó el maltrato del Líbano a su población palestina. Señaló que, según la ley libanesa, los palestinos tienen prohibido ejercer 72 profesiones. Aludiendo a las noticias de los medios libaneses sobre las amenazas que provienen de los campos de palestinos, el jeque Aqel dijo:
Si los medios estuviesen del lado de la resistencia, como afirman, se habrían centrado en el sufrimiento de un pueblo que fue desplazado de su patria natal hace más de 70 años. También se habrían centrado en el hecho de que el Líbano prohíbe a este pueblo trabajar en 72 oficios.
Aqel se refiere a la circunstancia de que, hasta hace una década, un total de 72 profesiones estaban restringidas exclusivamente a los libaneses. El Gobierno libanés emitió un memorando el 7 de junio de 2005 por el cual se permitía a los refugiados palestinos trabajar en 50 de esas 72 profesiones. No obstante, los palestinos siguen estando vetados en varios tipos de trabajos, especialmente en los ámbitos de la medicina y el derecho. Los 450.000 palestinos que viven en el Líbano consideran estas restricciones como medidas de apartheid.
Las medidas de apartheid libanesas contra los palestinos son rara vez mencionadas por los medios y las asociaciones internacionales pro derechos humanos de Occidente. A Naciones Unidas no parece preocuparle demasiado esta discriminación, aparentemente porque la está ejerciendo un país árabe contra árabes.
El Líbano nunca se ha sentido cómodo con la presencia de palestinos en su territorio. Precisamente por eso, las autoridades han convertido en guetos los doce campos de refugiados palestinos. Estos guetos están vedados para las fuerzas de seguridad libanesas. En consecuencia, se han convertido en las últimas décadas en bases de innumerables milicias y grupos terroristas. Hasta hace pocos años, la principal facción palestina de Fatah era el grupo dominante que controlaba los campos de refugiados libaneses. Pero ya no. Hoy, ha quedado patente que muchas otras organizaciones, como Hamás, la Yihad Islámica, el ISIS y Al Qaeda, han establecido bases de poder en ellos.
Vale la pena apuntar que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés) es la responsable oficial de los campos de refugiados en el Líbano, incluidos los que ahora están dando cobijo a terroristas islamistas.
Volvamos a la ansiedad de la AP. Sin duda, a los dirigentes de la Autoridad Palestina les preocupa que muchos de sus antiguos fieles en Fatah hayan desertado a los distintos grupos yihadistas. Estos grupos representan ahora una gran amenaza no sólo para la seguridad y la estabilidad del Líbano, también para la AP y su presidente, Mahmud Abás, que se ve impotente frente a ese tsunami islamista.
Abás y su AP han perdido claramente el control sobre los millones de palestinos que viven en los países árabes vecinos, entre ellos el Líbano, Siria y Jordania. Esto se suma al hecho de que Abás y la AP no tienen prácticamente control sobre los campos de refugiados palestinos en la Margen Occidental y la Franja de Gaza, donde varios grupos yihadistas y otras milicias y bandas seculares tienen ahora el mando.
Los líderes de la Autoridad Palestina se encuentran ahora con las manos atadas: no pueden recuperar el control sobre los campos de la Margen Occidental, Gaza y los países árabes. Tampoco Abás puede hacer nada para impedir que los habitantes de esos campos se unan al ISIS, Al Qaeda, Hamás o la Yihad Islámica. Lo único que puede hacer por ahora es intentar evitar que se cierna una catástrofe sobre los palestinos en esos campos, especialmente en el Líbano, donde la creciente amenaza islamista está acabando con la paciencia de las autoridades libanesas.
“El Ejército libanés no permitirá que ningún terrorismo encuentre un lugar seguro en Ain al Hilweh o cualquier otra parte del Líbano”, advirtió una fuente de la seguridad libanesa. “No permitiremos que Ain al Hilweh se convierta en caldo de cultivo del terrorismo ni que sea utilizado como plataforma de lanzamiento para aprovecharse de la coyuntura en el Líbano. Nos enfrentaremos a cualquier intento con fuerza y firmeza”.
Ahora, el mayor temor de los palestinos es que Ain Al Hilweh corra la misma suerte que el campo de refugiados de Nahr al Bared, que fue prácticamente destruido por el Ejército libanés en 2007: la presencia de terroristas islamistas pertenecientes a la organización Fatah al Islam desencadenó fuertes enfrentamientos, en los que el Ejército libanés utilizó artillería y helicópteros armados para atacar el campo, habitado por unos 40.000 palestinos. Al menos 158 personas murieron o resultaron heridas en la batalla, que también dejó a muchas familias sin techo.
Ocupado con otros asuntos más apremiantes, Abás no ha sido capaz de viajar al Líbano. ¿Qué asunto tan urgente es el que le ha impedido personarse allí para intentar evitarle a su pueblo una catástrofe? Su gran gira, un intento desesperado de ganar apoyos para una conferencia internacional de paz sobre Oriente Medio que aboque a Israel a la sumisión.
Abás se disponía a viajar a continuación a París, donde el 22 de julio se reunió con el presidente Françoise Hollande para hablar sobre la última iniciativa francesa para resolver el conflicto israelo-palestino. Mejor sería que Hollande se concentrara en sus asuntos domésticos y viera cómo gestionar la última ola de terrorismo islamista que padece su país.
Abás se disponía a viajar a continuación a París, donde el 22 de julio se reunió con el presidente Françoise Hollande para hablar sobre la última iniciativa francesa para resolver el conflicto israelo-palestino. Mejor sería que Hollande se concentrara en sus asuntos domésticos y viera cómo gestionar la última ola de terrorismo islamista que padece su país.
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