martes, 4 de octubre de 2011

Otra muestra de lo que tiene que cambiar la mentalidad en España si queremos salir adelante. (Política, Economía. 388)

España sigue siendo un país de pandereta. Día tras día se demuestra que nosotros mismos somos nuestro peor enemigo, y que estamos abocados al desastre por nuestra propia manera de pensar, que incentiva el robo, la corrupción el fraude y el vivir del cuento y a cuenta de otros por distintos medios, y una sociedad así no puede acabar de otra manera que no sea mal.

Hoy sale publicada esta sentencia en relación a una baja laboral:

Resulta qeu un juzgado de Cádiz ha estimado improcedente la decisión empresarial de despedir a un empleado que fingía una cojera con la intención de seguir en situación de incapacidad temporal.

El empresario había demostrado con la intervención de un detective que su empleado simulaba la cojera,
y en su informe el detective, dejaba constancia que el empleado caminaba con normalidad durante tiempo prolongado varios días. Además, cargaba con bolsas del supermercado, incluso introducía material infantil en un vehículo que, después, conducía. También indicaba cómo, cuándo acudía a la empresa, salía de su domicilio caminando con normalidad y que sólo cuando llegaba al centro de trabajo y al salir de él cojeaba. Posteriormente, cuando regresaba a su casa y bajaba del coche la dolencia o lesión desaparecía, andando sin problema alguno.

Pues todo esto no ha encontrado el respaldo ante el tribunal, que solamente lo ve como una irregularidad pero que no es algo grava como para despedir.

La sentencia, que no es firme, obliga además a la compañía a optar bien por readmitir, bien por indemnizar al trabajador con 9.190,50 euros más los salarios de tramitación (Juzgado de lo Social 2 de Cádiz, 13/09/2011, Sª 270/11).

No solamente incentiva la picaresca, supone un abuso y falta de respeto hacía el resto de trabajadores, sino que además supone no solo un coste laboral y económico para la empresa y compañeros cobrando íntegramente su sueldo dicho elemento, sino que puede suponer un gasto extra para la empresa para sustituirle con otra persona, y que en la situación actual puede suponer poner en peligro el trabajo del resto de compañeros si dicho negocio está al límite.

Si este señor fuera despedido, se lo pensaría muy mucho éste sinvergüenza y los que van detrás, permitiendo así ese trabajo a gente honrada que está sin trabajo y reduciendo sobremanera el sobrecoste empresarial que supone este fraude, ciertamente muy extendido en España, así como la productividad.

Como este país no empiece a cambiar muy seriamente su mentalidad y leyes en muchísimos ámbitos, lo vamos a pasar mucho peor durante mucho más tiempo...

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