Para reflexionar un poquito. Las
elecciones han pasado. Muchas cosas se están diciendo hoy,
especialmente por las redes sociales, y muy gratuitas y
contradictorias por otra parte.
En primer lugar, por mi parte, ni voté,
primero porque mi voto no tiene valor alguno, segundo porque el coste
del viaje (20km) era mucho más alto en tiempo y dinero que la nula
rentabilidad de un voto, que lejos de dotarme (la que me pertenece de
manera natural) de más libertad y respeto hacia mi y el fruto de mi persona,
me la quita en mayor o mucha mayor medida, porque desgraciadamente es
una cuestión de grados, todos para mi extremadamente insultantes,
pero alguno de ellos simplemente letal. Y peor aún sabiendo que mi
identificación es nula con cualquiera de las opciones que tienen
representación o capacidad de la misma.
Dicho esto vayamos a las muchas
incongruencias y frases divertidas (aunque dichas muy en serio), para
justificar los resultados y las consecuencias:
-Para los que se arrogan la voz del
pueblo, la de la mayoría social…mientras no son mayoría de nada
ni primera, ni segunda fuerza siquiera, pero que ya se la arrogaban
antes de existir.
-Para los que hablan de legitimidades
otorgándose la legitimidad para hacer y deshacer, para decidir sobre
esto o aquello, para opinar sobre una cosa u otra, mientras se la
quitan a los que tienen o la misma legitimidad, o más legitimidad
(si no atenemos al respaldo en las urnas por una mayoría de gente
que le otorga dicha legitimidad).
-Para los que hablan de irse del país,
pero o bien no se van, o bien cuando se van o dicen al lugar donde se
quieren ir, lejos de ser los “paraísos” socialistas tan alabados
y defendidos por sus opciones de voto, se van a los países más
capitalistas, tan odiados y desacreditados por ellos y por los mismos
partidos a los que votan.
-Para los que hablan de borreguismo por
votar a opciones distintas a la suya, que encarna el borreguismo por
bandera, con la demagogia más barata y las promesas más absurdas,
contraproducentes e incumplibles.
-Para los que enarbolan la bandera de
la democracia, y no respetan las opiniones distintas e insultan a
todo aquel que no piense ni vote igual.
-Para los que hablan de la gran tarea
de los “mayores”, desde luego no solo para ayudar a muchos
familiares en problemas, mientras maldicen y desean que mueran pronto
todos los pensionistas, porque no votan lo que él.
-Para los que desprestigian a los más
adultos, al rechazar los cambios radicales (hacia mal) que ellos
defienden, que son quienes tienen la memoria, la experiencia y el
conocimiento de lo duro que es la vida y lo difícil que es sacar
adelante un país, y las obligaciones y esfuerzo que requiere, y que
no vienen dadas de la nada, mientras que ellos por el contrario eligen opciones que “regalan”
todo, “dan derechos” sin obligación alguna, y votan opciones que juegan con la
ilusión del joven idealista e inocente que se ha criado con todo
hecho y dado, pensando que la vida es jauja, y que ignora que toda prestación
tiene su contraprestación, y todo derecho tiene su obligación.
-Para los que hablan y se quejan de la corrupción política y la connivencia presente entre políticos y empresas, mientras defienden y apoyan partidos que lejos de acabar con los incentivos y la arbitrariedad política para que hace pasar todo por sus manos, los aumentan enormemente en sus distintas formas. Parecen desconocer también que precisamente aquellos países con mayores burocracias, mayor arbitrariedad política, menor respeto a la propiedad privada, menor seguridad jurídica y menor libertad económica son los más corruptos del mundo, como así lo indican los distintos índices de corrupción internacional.
-Para los que hablan y se quejan de la corrupción política y la connivencia presente entre políticos y empresas, mientras defienden y apoyan partidos que lejos de acabar con los incentivos y la arbitrariedad política para que hace pasar todo por sus manos, los aumentan enormemente en sus distintas formas. Parecen desconocer también que precisamente aquellos países con mayores burocracias, mayor arbitrariedad política, menor respeto a la propiedad privada, menor seguridad jurídica y menor libertad económica son los más corruptos del mundo, como así lo indican los distintos índices de corrupción internacional.
-Para los que hablan de analfabetismo
pero odian cualquier cambio del sistema educativo (por supuesto lo
que exigen es más dinero, pero que salga faltaría más de debajo de
las piedras o de otro. Más dinero como ya viene ocurriendo década tras década
mientras se degrada día a día). Y que a su vez odian la excelencia
educativa, que destaque alguien, la libertad de elección (tanto en
la oferta como en la demanda), la exigencia académica y los exámenes, defendiendo y promoviendo la bajada constante de nivel (“no hay que discriminar,
viva la igualdad”), el pasar curso, no importando los suspensos con la
consecuente degradación constante del nivel de las aulas...
-Para los que hablan de que dicha
educación está así porque los políticos nos quieren borregos,
mientras defienden la educación estatalizada y suprimir toda
libertad al respecto del ciudadano a no ser adoctrinado y maleducado
por la misma.
-Para los que hablan de que ha ganado
el voto del miedo, mientras amenazaban con diversos tic-tac que el
miedo iba a cambiar de bando, amenazaban a todo el que no pensaba
igual el poco tiempo que les quedaba para “ir a la hoguera” y
mientras defienden políticas y partidos políticos que lo único que
hacen es infundir el miedo con recetas radicales que no han tenido
éxito en ningún lugar (solo hace falta observar para quien no
quiera profundizar cada uno de los ejemplos que han dado, defienden
y tienen), con políticas y formas revanchistas, con políticas
expropiatorias, con políticas que les dota a sí mismos de creciente
poder, privándoselo y arrebatándoselo a la sociedad civil, con políticas de control político de los medios y jueces y las implicaciones que tiene para el control y limitación del poder político (el cual bajo sus manos siempre les parece poco), con
políticas limitadoras de libertades de elección al ciudadano en
todos los ámbitos (al arbitrio de lo que el iluminado decida que es
el “bien común”, que solo lo es para sí mismo y sus allegados y
lobbies).
Como decía el célebre anuncio, para
todos, pero eso sí, todo con una sonrisa y entre corazones...
¿Es esto una defensa de algún partido
actual? Como ya he dicho al principio, nada más lejos, pues ni he
votado ni votaría a ninguna de las opciones actuales, muy lejanas en
la práctica a lo que considero es lo mejor para la sociedad.
La elección actual (al igual que con
otras alternativas) es una simple elección entre muerte lenta o muerte rápida. Lo
más racional no era como algunos piensan que ganara Podemos. Era sin
duda lo más irracional, por eso, en mi opinión, los resultados
actuales han sido el coste a pagar para frenar al populismo chavista.
Un precio que algunos pueden entender elevado, pero barato frente a
la potencial alternativa. Es socialdemocracia o comunismo. A mi no me
gusta ninguno, pero sin duda es preferible bajo cualquier punto de
vista el primero al segundo.
Pero esto sí es un ataque a la
constante intolerancia que muestran muchos (en tantos ámbitos) al
pensamiento distinto, a la superioridad moral que se intentar
autoetiquetar otros tantos, y que tiene mucho que ver todo esto con
la radicalización actual de la política, la instalación del odio
en la sociedad, la incitación a la envidia, el no respeto a las
libertades ajenas, sino en la imposición coactiva de mis deseos o
formas de ver las cosas, la confrontación buscada por diversos
partidos porque en la división y la confrontación está su rédito.
Son consecuencias por otra parte del
sistema actual, alimentado crecientemente por los distintos partidos
(y agravados cada vez más con alguno nuevo) que convierte la
democracia en una lucha a muerte de los distintos grupos organizados
de las prebendas que origina, una lucha por ver quién expolia a
quién, quién obtiene qué privilegio estatal a costa de que la
obligación de quién. Un sistema que se degrada e infantiliza a la
sociedad, cada vez menos libre, menos autónomo y más dependiente
del mismo.
Pero es que se puede ver como la
célebre obra de Goya, “Saturno devorando a sus hijos”...
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