9 reducciones al absurdo políticamente muy incorrectas:
De Cristian Campos:
"1. Tienes derecho a que sea lo que dios quiera.
Los que defendemos el derecho de gays y lesbianas a adoptar deberíamos ser coherentes y decir que los niños no tienen derecho a un padre y una madre. A un padre de sexo masculino y a una madre de sexo femenino, quiero decir. Y una vez grabado en mármol que los niños carecen de ese derecho, dejemos que los adopten solteros, solteras, parejas gays, lesbianas, tríos, cuartetos o el Orfeón Donostiarra en pleno en cómodo régimen de copropiedad.
2. Por guapa.
Los sindicalistas y funcionarios que han decidido bonificar a las mujeres con un 10% en la puntuación de las pruebas de acceso al Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid deberían ser coherentes y redactar las bases de la convocatoria en lenguaje recto: “Los hombres serán penalizados con un -10%”. Porque premiar con un 10% a alguien que no se lo ha ganado es fácil; sólo hay que carecer de escrúpulos y estar 100% seguro de que ese alguien es un ser inferior incapaz de valerse por sí mismo. Pero quitarle un 10% a quien se lo ha bregado... eso ya cuesta más de verbalizar. Y tranquilos, que el Tribunal Constitucional ya se encargará de decirnos al revés para que lo entendamos que un 10% de más para una mujer no es lo mismo que un 10% de menos para un hombre.
3. Llo lo qe qiero es ser hastronauta.
Continuando con el punto anterior: los que en nombre de la igualdad defienden el derecho de determinadas personas a acceder a puestos de trabajo para los que no reúnen las condiciones que dicta el sentido común deberían ser coherentes y extender ese derecho al resto de los ciudadanos. ¿Por qué no pueden los cojos jugar en el FC Barcelona? ¡A ver si los vamos a discriminar sólo porque tardan tres horas y 47 minutos en cruzar al área de punta a punta! ¿Y por qué no puede un rastafari alérgico a la ducha trabajar en un quirófano acompañado de su leal chucho pulgoso si así le place? ¡A fin de cuentas, eso de la higiene es una convención social occidental que no rige en amplias regiones del planeta! ¿Y por qué no puede un analfabeto funcional ser ingeniero de caminos y puentes? ¡Siempre podrá leer los planos gracias a un código de topitos de colores! Y para los analfabetos funcionales daltónicos, que fabriquen planos con rugosidades. Y para los analfabetos funcionales daltónicos y con callos en los dedos, que fabriquen planos con chip de voz. Eso sí: los analfabetos funcionales daltónicos, con callos en los dedos y duros de oído lo tienen bastante crudo. Aunque siempre pueden ser bomberos.
4. La realidad no es optativa.
Los científicos, blogueros, intelectuales y periodistas que defienden el método científico y que critican la proliferación de la superstición, la credulidad y las seudociencias deberían empezar a aplicar ese mismo método científico a los debates sociales y políticos. Por ejemplo: es un hecho 100% reproducible y falsable que ningún ciudadano de la democracia capitalista y de libre mercado estadounidense ha sido visto jamás lanzándose al mar para huir hacia la socialista Cuba. Y eso a pesar de esos increíbles hospitales cubanos capaces de almacenar más roña en sus paritorios que una casa okupa barcelonesa. Pero es que ya se sabe que los americanos son así de idiotas. También es un hecho reproducible y falsable que decenas de miles de seres humanos han arriesgado sus vidas para huir del régimen socialista cubano en dirección a los EE UU (estos no son idiotas porque son de genética socialista, pero sí parecen estar un poco ofuscados). La paradójica conclusión de muchos científicos, blogueros, intelectuales y periodistas ante este hecho es que el socialismo es libertad y el capitalismo, opresión. Según estos racionalistas a tiempo parcial, el socialismo ha logrado que los tiburones del Estrecho de Florida crezcan sanos y rollizos gracias a una dieta de tierno solomillo cubano, mientras que si por el capitalismo fuera los escualos ya habrían muerto todos de hambre. Es una manera de verlo, aunque quizá deberíamos recordar que el método científico no está puesto ahí sólo para darle gusto a las partículas subatómicas. El método científico es un sistema de disciplina intelectual aplicable a todos los aspectos de la realidad. Incluidos nuestros prejuicios políticos y sociales.
5. La libertad no está en los 120 km/h: está en los 110 km/h.
Los que defienden que la diferencia entre libertad e intervencionismo no está en diez kilómetros por hora de más o de menos deberían ser coherentes y aceptar que la diferencia entre libertad e intervencionismo tampoco está en un par de horas de más o de menos. Obliguemos entonces a los españoles a apagar las luces de su casa entre las 21:00 y las 23:00 horas. ¡Serán igual de libres que antes! Porque si ninguna prohibición parcial acarrea perdida de libertad alguna, ancha es Castilla para las ocurrencias de taxi del político de turno. ¿Por qué no prohibimos a los españoles pintar las paredes de sus casas de color blanco, que no retiene tanto el calorcillo como los colores oscuritos? A fin de cuentas les queda el 99,99% del Pantone para pintarlas como les dé la gana.
6. Alemania: el nuevo paraíso socialdemocrajeta.
Esta es de cajón: si pagas pensión, la custodia se comparte. Y, por supuesto, tienes voz y voto a la hora de decidir colegio, actividades extraescolares y vacaciones. ¡Y es que hay tantas maneras de boicotear a una pareja de jetas lesbianas! Por ejemplo: puedes manipular al niño haciéndole creer que comer tofu y brócoli deshidratado en polvo repele a las chicas guapas. Y más concretamente, a las rubias de pelo largo que visten de rosa y andan con la barbilla levantada. En menos de 0.0001 femtosegundos el niño está pidiendo a gritos a sus madres hamburguesas con patatas y ennoviándose con la más cursi (y femenina) de su colegio.
7. El pan, para el que se lo trabaja.
Yo también soy partidario de limitar… qué carajo limitar… de prohibir los bonus de los directivos de banca. Es más: creo que debería imponerse una tasa del 99% sobre las ganancias derivadas de actividades financieras especulativas no ligadas a la economía productiva, y perdón por la redundancia. Así que ya están pasando por caja todos los ciudadanos que hayan depositado sus ahorros en un banco; los que hayan invertido en deuda del estado; los premiados en loterías, quinielas y rifas de la comunidad de vecinos; y los asalariados que disfrutan de una paga de beneficios, es decir de un bonus conceptualmente idéntico al de los banqueros. Por no hablar de los beneficiarios de la ganancia especulativa por antonomasia: la subvención. Porque si hay algo menos ligado a la economía productiva que una subvención, que venga dios y lo vea.
8. Tú primero.
Las revoluciones dan muy bien en foto y todos queremos una para nosotros. Sólo hay que echarle un vistazo a los comentarios de los lectores en los diarios españoles para darse cuenta de que cuórum, haberlo haylo. Pero eso sí: a ver quién es el coherente que se presenta voluntario para el cargo de Mohamed Bouazizi patrio.
9. Lo que cuenta es la Denominación de Origen de Pringao.
Leo en El Mundo de ayer una de esas entrevistas tontorronas que los diarios colocan siempre en la última página, en plan “y ahora, para descansar de tanta desgracia, ¡el circo!” Para los que leemos el diario al revés esto es terrible: empiezas a leer y piensas que te has comprado por error El Jueves en vez del diario. Pero a lo que íbamos: el entrevistado de ayer era Miguel Lorente, hombre de confianza de Bibiana Aído y Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género. Casi que con la presentación que se hace el tipo a sí mismo ya está todo dicho: “Hijo de médico en un pueblo, resultón, estatus, buen estudiante… Yo podía haber sacado partido a ser hombre, pero nunca he sabido serlo”. Una fascinante mezcla de narcisismo y de autoodio filo-gay, como puede observarse. El tipo indicado para el puesto, en resumen. El tema es que a media entrevista el periodista le pregunta a Lorente “¿Por qué un hombre mal tratado no es un hombre maltratado?” Y Lorente responde: “Lo dice el Constitucional: no se puede discriminar a poblaciones (sic) históricamente no discriminadas”. ¡Tócate las narices! Ahora resulta que hasta para que te jodan la vida hay que tener solera de víctima. “¡Eh, oiga, señor policía, que desciendo de una noble familia de calzonazos! ¡Hágame caso, por favor! ¡Mi bisabuelo era un bragazas, mi tatarabuelo un meapilas y mi tatatatararabuelo un gurrumino que recibía collejas hasta del tonto del pueblo! ¡Que le juro que estoy discriminado de verdad! ¡Que lo mío viene de largo, señor policía!”
muy bueno lo de obligar a pintar a los españoles de colores para retener el calorcillo
ResponderEliminartotalmente de acuerdo con la crítica a la economía de la subvención... o popularmente sopa boba.
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