miércoles, 26 de junio de 2013

El 80% del aumento de nuestra deuda pública no se debe al rescate de la banca. (Política, Economía. 1.696)

Juan R. Rallo desmonta artículos y afirmaciones como el de E. Garzón con el que pretende convencer que el incremento de la deuda es debida al rescate de la banca y no al gasto público, faltando radicalmente a la verdad, para intentar hacer ver que no hay un problema de gasto público en España (algo que no se sostiene bajo ningún dato).

Y esto es independiente de estar en contra de los rescates a la banca, que por supuesto, pero lo que no se puede hacer es mentir y manipular de esa manera:

Artículo de su blog personal:

"Eduardo Garzón ha escrito un artículo cuya tesis desde luego tiene mucho de populista pero muy poco de rigurosa: “el aumento de la deuda pública se debe a las ayudas a la banca, no al gasto público”.

Como digo, el titular es falaz. Garzón sostiene que desde 2009 nos hemos endeudado en 136.083 millones para rescatar a la banca, en concepto de inyecciones directas de capital (59.130 millones), adquisición de activos por parte del banco malo y del fondo de adquisición de activos financieros (71.821 millones), líneas de crédito y conversión de instrumentos híbridos (5.132 millones): el 41% de toda la deuda pública emitida desde 2009.

Sólo hay dos problemas. El primero,  deuda de la Sareb con la que se han financiado los activos tóxicos de la banca (50.449 millones), si bien está avalada por el Estado (muy mal hecho), no está incluida dentro de la deuda pública de España. Por tanto, la asistencia total se reduce a 85.634 millones.

Segundo, y más serio: entre diciembre de 2008 y diciembre de 2012 se ha emitido una deuda pública (computable para Bruselas, dejamos fuera los verdaderos pasivos en circulación) de 447.000 millones de euros. Ni siquiera cuando tomábamos la cifra inflada de 136.083 millones de euros de ayudas a la banca salía la cifra del 41%; pero si tomamos la verdadera cifra de 85.634 millones, nos vamos al 19%.

Luego, Garzón totaliza los pagos en intereses entre 2009 y 2012 en 96.848 millones. En realidad, sólo una pequeña fracción de esto es imputable al rescate a la banca: 60.000 millones de los 85.000 dirigidos a rescatar a la banca se han solicitado desde mediados de 2012 a tipos del 4% (es decir, habremos pagado un 2% de 60.000, o 1.200 millones en intereses).De los restantes 25.000 millones, podemos asumir generosamente un 5% anual desde 2009, lo que incluso a tipo de interés compuesto arroja 5.500 millones de euros. En resumen: el coste hasta 2012 del rescate a la banca, incluidos los intereses, alcanza los 92.000 millones de euros siendo muy generosos: menos del 20% del total de deuda emitida. En definitiva: el titular es más falso que un billete de dos euros. El aumento de la deuda no se debe, ni en una cuarta parte, al rescate de la banca.

Pero es que, incluso aunque sumemos el total de intereses pagados por la deuda acumulada al coste del rescate de la banca (algo que no tiene ningún sentido, pero bueno, concedámoslo), llegamos a unas emisiones totales de 182.482, el 40% del total de la deuda emitida. O dicho de otro modo, el 60% de toda la deuda que hemos emitido desde 2009 (alrededor de 265.000 millones de euros) se ha dirigido a financiar el gasto público distinto de los intereses y del rescate a la banca: no 96.875 millones como afirma Garzón. Por consiguiente, lo que esta desmesurada emisión de deuda acredita es, nuevamente, que tenemos una Administración Pública gigantesca e infinanciable sin machacar a impuestos a una economía privada que ya está excesivamente debilitada. Es decir, lo que acredita es que tenemos que reducir enormemente el gasto público para salir de la situación de insolvencia en la que nos hallamos.

Postdata: Probablemente convenga recordar que me he opuesto y me opongo radicalmente al rescate a la banca y a la socialización de pérdidas hacia el contribuyente (tal como he defendido en numerosas ocasiones en la prensa nacional o en la internacional). Pero para mostrar mi oposición al rescate no tengo por qué inventarme las cifras ni inflar su coste. Es más, no tengo ninguna intención de instrumentalizar mi oposición al rescate a la banca como cortina de humo para ocultar los problemas financieros de una administración pública absolutamente sobredimensionada."

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