viernes, 28 de febrero de 2014

España, una de las economías ricas con menor capacidad de adaptación

Diego Sánchez de la Cruz se hace eco del informe de KPMG sobre la capacidad de adaptación al cambio de las distintas economías del mundo, evidenciando la evidente falta de capacidad de adaptación al cambio de España.

Este es el ranking y las causas de por qué España no está mejor situado.

Artículo de Libre Mercado:
"La consultora KPMG publica anualmente un informe dedicado a estudiar la capacidad de adaptación al cambio de las distintas economías del mundo. Este índice, conocido como el CRI, estudia la forma en que un país responde y evoluciona a los desafíos de la era de la globalización. La clasificación incluye noventa países y jurisdicciones.
Para ponderar la capacidad de adaptación al cambio, KPMG estudia tres factores: la flexibilidad del entorno empresarial, el dinamismo de la sociedad civil y el desempeño de las Administraciones Públicas. ¿Qué aspectos incluyen estas categorías? Veamos:
- Entorno empresarial: analiza el mercado laboral, la diversificación de la producción, la apertura económica, la capacidad de innovación, el clima de negocios, el sector financiero, las infraestructuras, el alcance de la "economía sumergida" o las relaciones comerciales.
- Sociedad civil: pondera el capital humano, el emprendimiento, el asociacionismo, la igualdad hombre-mujer, la evolución demográfica, la salud, el acceso a la información, la tecnología o las redes de apoyo para las personas necesitadas.
- Administraciones Públicas: incluye el cuadro macroeconómico, las relaciones entre el Estado y los negocios, el clima regulatorio, las políticas fiscales, el sistema jurídico o las políticas medioambientales.
Según KPMG, "llama la atención que países como España, Grecia, Italia y Portugal registren tasas muy bajas en el informe, sobre todo en comparación con los demás países de altos ingresos".
¿A qué se debe este mal resultado? Según KPMG, "las puntuaciones de estos países son especialmente flojas en los pilares dedicados al entorno empresarial y el desempeño de las instituciones. Identificar estas carencias es necesario para apoyar el proceso de recuperación de la economía y configurar una economía más resistente".

El 'top 5', liderado por Singapur y Suecia

La tabla de los 90 países estudiados por KPMG sitúa en primer lugar a Singapur, que consigue el mejor resultado posible en cuanto a entorno empresarial y desempeño de las Administraciones. Las restricciones a las libertades civiles explican que la puntuación sea más baja en el pilar dedicado a la sociedad civil. A continuación, encontramos a Suecia, líder en cuanto al dinamismo de la sociedad civil, segunda en la tabla de desempeño institucional y número cinco en la variable del tejido empresarial.
El top 5 lo cierran Catar, Nueva Zelanda y Alemania. El caso de Catar recuerda al de Singapur en la medida en que los buenos resultados de las variables empresariales e institucionales se ven corregidos a la baja por el menor dinamismo de la sociedad civil, también explicado por los límites a las libertades.
Entre el puesto 6 y el 10 figuran Israel, Japón, Arabia Saudí, Australia y Reino Unido. Justo después, en el número 11 de la tabla, nos topamos con Chile, la primera economía de América Latina que figura en el ranking. Para encontrarnos con el siguiente país de la región tendríamos que bajar hasta el puesto 20, en el que se ubica Panamá.

España, fuera del 'top 20'

Tras Chile, la lista de KPMG identifica a países como Estados Unidos, Taiwán, Corea del Sur, Francia, Tailandia, Lituania… España se queda fuera de las veinte primeras posiciones, ocupando el puesto 21, por detrás de Panamá y por delante de Uruguay.
España sale especialmente bien parada en lo tocante a la sociedad civil, pero tanto la evaluación del entorno empresarial como la de las Administraciones Públicas arroja resultados preocupantes. En estas dos categorías, España ocuparía los puestos 30 y 32, respectivamente.
¿Cómo explicamos entonces que nuestro país suba al número 21 en la clasificación? En esencia, porque la capacidad de adaptación de la sociedad civil consigue el número 14 de la clasificación, un resultado bastante satisfactorio en comparación con los otros dos campos de estudio del índice. Detrás de España, pero dentro del 'top 30' encontramos a países como Polonia (24), Portugal (26) o China (28).

América Latina ante el cambio

Ahora que las tensiones financieras parecen desplazarse de los mercados desarrollados a los países emergentes, numerosos países en vías de desarrollo se preparan para enfrentar situaciones menos amigables que las vividas durante los últimos años. En el campo comercial y monetario, estas tensiones ya se están manifestando con cierta intensidad desde la segunda mitad del 2013.
Por eso, ahora que se habla cada vez más del enfriamiento de los emergentes, es importante analizar la capacidad de adaptación de estas economías. En lo tocante a América Latina, ya hemos subrayado los buenos resultados de Chile y Panamá. Fuera del "top 20" pero dentro de las treinta primeras posiciones también encontramos a Uruguay (22), Colombia (27) y México (29). Ligeramente detrás están Perú y Costa Rica, encaramados a las posiciones número 30 y 35.
Mientras que otros países latinoamericanos ocupan lugares intermedios, la situación es especialmente mala para Nicaragua, Honduras, Paraguay y Argentina, que ocupan los puestos comprendidos entre el 70 y el 75. Peor aún si cabe es la evaluación que reciben Bolivia y Venezuela, ambas entre las diez economías con menor capacidad de adaptación al cambio.
El país gobernado por Nicolás Maduro consigue el número 54 del ranking en cuanto a su sociedad civil. Sin embargo, el entorno de negocios es el peor de toda la clasificación de dicha variable (puesto 90) y el desempeño de las instituciones también se encuentra a la cola (puesto 88). En suma, el país latinoamericano está por detrás de Zimbabwe y Sudán del Sur, superando solamente a la República del Congo y a Afganistán.
No está mucho mejor Bolivia. Mientras que Venezuela ocupa el antepenúltimo lugar del índice (puesto 88), el país gobernado por Evo Morales apenas consigue llegar al número 84 de la clasificación. La puntuación obtenida en la variable de la sociedad civil (puesto 70) ayuda a que la media final sea mejor."

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