Obama es otra de esas personas que se ha hecho multimillonaria viviendo del ciudadano. Se enriquece con la política y se hace multimillonario con las conexiones y réditos otorgados por ésta.
Es otro ejemplo de pura hipocresía denunciando una cosa y haciendo hasta el extremo dicha cosa que denuncia como una lacra social.
Por supuesto, no hay nada de malo en ser millonario, y disfrutar de dicho dinero. Eso solo lo ven mal aquellos que viven ideológicamente de trasladar un mensaje hostil sobre dichas personas, como es el caso de Obama o su partido político (cuya formación lo componen élites multimillonarias, como el propio Obama o el candidato actual Bernie Sanders -en este artículo se muestra su privilegiada situación y su manifiesta hipocresía-).
Y es que por supuesto, hay que diferenciar en el origen del dinero para ser denunciable o no su acumulación. Un millonario que se hace por su éxito empresarial, por servir con éxito a la gente o por satisfacer necesidades ajenas vendiendo productos no solo no es inmoral ni criticable, sino que es loable, pues su dinero obtenido es fruto de intercambios libres y voluntarios (sin ejercer violencia ni imposición alguna) e implica que ha generado riqueza en toda la sociedad y satisfecho necesidades (el recibe dinero por sus bienes o servicios ofrecidos y millones de personas reciben dichos bienes o servicios a cambio de dinero).
Y por otra parte, su origen puede venir de la estafa o de medios no voluntarios ni libres, esto es, a través de la política, y de legislación impuesta que extrae recursos del ciudadano para otorgárselos arbitrariamente a otro (élite empresarial, sindical, funcionarial, política, asociación...). Esto es inmoral y tiene un origen denunciable, pues gente se enriquece sin satisfacer voluntariamente a una contraparte, sino a la fuerza.
El caso de Obama, por supuesto proviene de la segunda opción, ha hecho dinero con la política, y ha decidido con su creciente intervención que se den muchísimo más casos de la segunda opción, y menos de la primera. Y luego, ha aprovechado su paso por el gobierno para enriquecerse aún más (en este caso por vías ni impuestas, pero gracias a sus conexiones e influencia ganada).
Y vivir y ganar dinero diciendo una cosa y haciendo y comportándote de la manera totalmente contraria a la que denuncias es precisamente inmoral, hipócrita y patético. Porque para más inri, es que él no solo denuncia una parte de los ricos, sino que los mete (e ideológicamente la izquierda trata de inculcar esto en la mente de todos los ciudadanos para obtener rédito electoral de ello) a todos en el mismo saco, lo cual hace aún más patético, inmoral e hipócrita su discurso.
D.S.C informa de su constante hipocresía de la que tan bien vive (de cara a la galería viviendo de lo políticamente correcto y en su vida personal haciendo todo lo contrario a lo que critica).