miércoles, 11 de mayo de 2016

Las nada sorprendentes declaraciones de Anna Gabriel (CUP) sobre los hijos y la familia

La diputada de la CUP, Anna Gabriel acaba de hacer una declaraciones como poco controvertidas acerca de los hijos, la familia y la tribu.


“Si pudiera formar parte de un grupo que decide tener hijos en común y en colectivo me satisfaría la idea”, mostrando su preferencia por la eliminación de la familia (tal como la conocemos) y criar y educar a los hijos "por la tribu" pues los niños criados en familias tienden en convertirse en "más conservadores" (no se si hay algo más conservador que la vida en tribu...). 

Así, la diputada anticapitalista pretende erradicar el concepto de maternidad y paternidad como conceptos individuales, de manera que los padres no eduquen ni críen al niño, sino que lo haga la tribu, ya que "así no hay sentimiento de pertenencia". No son tus hijos ya


Las aparentes sorprendentes declaraciones de Anna Gabriel (CUP) nada tienen de extraño (ni de nuevo), pues son más que viejas, y derivan de la idea marxista empleada por los distintos totalitarismos comunistas de debilitar y acabar con la familia. Es decir, de romper los lazos de unión de los niños con sus familias, pues éstas son la mayor barrera o resistencia que tienen los niños al adoctrinamiento y realización del molde mental por parte de los comunistas en sus ideas, y hacer de ellos "un hombre nuevo", "soldados perfectos" que mantengan absoluta obediencia (sin interferencia ni ideas contrarias) hacia el Estado omnipresente. 

Foto: La diputada de la CUP, Anna Gabriel, en una intervención en el Parlament de Cataluña. (Efe)La diputada de la CUP, Anna Gabriel, en una intervención en el Parlament de Cataluña. (Efe)

Para ello, se basan en distintas herramientas para destruir la influencia y el apego a la familia, empezando por la educación estatal (privando de la libertad de elección a las  familias de la educación que quieren dar a sus hijos) poniendo trabas o eliminando todo tipo de educación alternativa (privada, concertada o homeschooling) y arrebatando los niños a las familias en caso de negarse (los políticos se auto otorgan la patria potestad sobre los niños). También históricamente se ha empleado la persecución del matrimonio como tal (promoviendo la promiscuidad, la crianza comunal...). 

En este sentido cabe citar a uno de los teóricos más importantes del s. XIX, Charles Fourier, que proponía formar comunas en las que ningún hombre estaría casado con ninguna mujer, las relaciones sexuales se practicarían con el resto de compañeros y ningún niño tendría madre o padre en particular, sino que serían criados y educados por la colectividad. Otro teórico socialista utópico, Robert Owen, diría lo mismo. 

Y es que para el socialismo, los niños no pertenecen a sus padres, sino a la sociedad. Como indicaba Mises en su análisis del socialismo, "la pareja, que es la forma más sencilla de unión social, deja de ser el cimiento del matrimonio y de la familia. Ésta última desaparece, y no quedan sino la sociedad, por un lado, e individuos por el otro".

Los propios Engels y Marx decían que el comunismo "legalizaría" la comunidad de esposas (que decían ya existía en el capitalismo). Todo también como medio para acabar con la propiedad privada (que habría empezado a la par de la familia y cuyos miembros pasaban sus pertenencias a sus descendientes). Por lo tanto, con la llegada del comunismo y la abolición de la propiedad privada, se acabaría así también con la familia, pues no habría necesidad de ella.

Otra teórica del comunismo, tras la revolución bolchevique en la URSS, Alexandra Kollontai, defendía de la misma que los niños no fuesen criados por sus padres biológicos, sino que éstos fueran arrebatados por el Estado desde su nacimiento para ser criados en grandes comunas. Y es que para los comunistas, la familia incentiva la defensa de la propiedad privada, porque a través de ella, el niño desarrolla un sentido de propiedad (su padre, su madre, sus hermanos, sus cosas). 

Pero el comunismo (el socialismo real) es antinatura (y por eso está siempre condenado a fracasar), pues intenta imponer a la fuerza su visión frente a lo que la antropología demuestra como universal y natural al ser humano. 

Su estrategia es pues imponerse poco a poco, paso a paso, controlando e imponiendo cada vez más las acciones y elecciones de las personas, y apoderándose de funciones que antes estaban en manos de las familias y las personas en libertad. 

Y los ejemplos, en el ámbito de la familia y de conseguir el desapego de los hijos con los padres, los hay a patadas. 

Como escribió otro comunista, A. Kollontai en 1921, "el hombre nuevo, de nuestra nueva sociedad, será moldeado por las organizaciones socialistas, jardines infantiles, residencias, guarderías..., y muchas otras instituciones de este tipo, en las que el niño pasará la mayor parte del día y en las que educadores inteligentes le convertirán en un comunista consciente (...) camaradería y devoción a la vida colectiva"

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