Carlos Rodríguez Braun analiza la "tensión" entre PSOE y Podemos sobre la cuestión de la violencia y su justificación, a raíz de la violencia callejera surgida con la detención de Pablo Hasél.
Una tensión y retórica que les conviene estratégicamente (y electoralmente) y que oculta sus múltiples acuerdos.
En primer lugar, el acuerdo que posibilita que estén donde están, es decir, el acuerdo que hizo posible la formación del Gobierno.
Además, la diferente interpretación entre socialistas y podemitas les conviene a ambos. Al PSOE lo hace aparecer como sensato y moderado, mientras que Podemos lo pinta como el representante del cambio genuino y de fondo.
La propia retórica, asimismo, sirve para ampararlos a ambos. Los socialistas alegan que la violencia en una democracia plena es inadmisible, mientras que en Podemos alegan, precisamente, que España no es una democracia plena.
Por fin, a pesar de todas las divisiones, Pedro Sánchez prometió "mejorar la protección legal de la libertad de expresión", es decir, justamente lo que la ultraizquierda falazmente aduce que es el origen de la violencia."
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