martes, 28 de mayo de 2013

Eslovaquia y República Checa: campo de pruebas del euro. (Política, Economía. 1.630)

Juan R. Rallo muestra un buen ejemplo que rebate la afirmación sostenida hoy por muchos de que sería mejor salir del euro para poder tener tipos de cambio flexible para promover el crecimiento vía competitividad, porque al tener tipos fijos, se impide el crecimiento en recesión o ganar competitividad.

Artículo de su blog personal:

"Los hay que aseguran que los tipos de cambio flexibles son inherentemente mejores que los tipos de cambio fijos para promover el crecimiento y para contrarrestar los efectos de las crisis económicas. Al fin y al cabo, un país con política monetaria propia puede devaluar la moneda en cuanto lo necesite para recuperar la competitividad y crecer. Aplicado al caso del euro es sencillo: dentro del euro es imposible crecer; fuera de él, resultaría muy sencillo.
La teoría tiene sus problemas, pero la práctica también. En sencillo ejemplo: miremos la evolución de la República Checa y Eslovaquia, dos países separados al nacer: el primero está fuera del euro, el segundo está dentro desde 2009, en plena crisis.
Primero, el crecimiento económico de Eslovaquia ha sido más vigoroso que el de la República Checa, antes y después de la entrada en el euro. Por tanto, el euro no ha supuesto un obstáculo.
Segundo, el desequilibrio exterior de Eslovaquia se ha corregido más rápidamente que el de la República Checa, a pesar de que partía desde niveles muy superiores, gracias a que sus exportaciones de bienes y servicios entre 2003 y 2012 se han duplicado (y han crecido un 20% desde 2008, el máximo pre-crisis y pre-euro).
Todo lo anterior no significa, claro está, que Eslovaquia no tenga ningún problema: su déficit sigue alto (aunque con niveles de deuda pública reducidos) y, sobre todo, su tasa de desempleo duplica la de la República Checa, pero este último problema ya lo venía arrastrando (con diferencias incluso superiores) desde antes de la entrada del euro.
En suma, los tipos fijos ni impiden crecer durante las depresiones ni recuperar la competitividad con mayor rapidez que los tipos variables. Sólo hace falta tener un aparato lo bastante adaptable a los cambios: de ahí la importancia de las liberalizaciones económicas y de una maquinaria estatal que no incordie demasiado (la presión fiscal y el gasto público de Eslovaquia son un 20% inferior al de la República Checa y lo que es más importante: lejos de aumentar, se han reducido durante la crisis)."

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