martes, 28 de mayo de 2013

Más dudas sobre la fiabilidad del PIB español. (Política, Economía. 1.621)

Juan Carlos Barba evidencia la poca fiabilidad que tiene en su medición el PIB español, mostrando distintos indicadores comparativos de España con otros países de la eurozona y los distintos indicadores históricos españoles y su correlación con el PIB, que evidencian unas diferencias en la actualidad más que dudosas.

Estas diferencias de no producirse, es decir que el PIB oficial fuera menor al presentado, mostrarían una situación mucho más realista de la degradada situación española y evidenciaría dos elementos muy importantes, por una lado, que la ratio deuda pública /PIB serían aún mayor, mostrando lo dramático de la situación de nuestra deuda pública más preocupante si cabe y desde luego por encima de la mayoría de países en Europa, y por otro lado la presión fiscal asfixiante en España, y que muchos intentan minimizar en importancia o incluso hacer ver que es menor que antaño, y que por tanto hay margen para subir y subir más los impuestos. Este menor PIB volvería a cobrar mucho más sentido considerando la ratio del Esfuerzo fiscal, que sitúa a España como de los mayores del mundo:

"En 2008 se rompió la correlación entre actividad y PIB, siendo la brecha cada vez mayor
En Europa sorprende muchas veces que en España, ante caídas del PIB relativamente modestas, tenga este nivel de paro tan elevado y una recaudación fiscal tan baja sobre el PIB. En la siguiente tabla podemos ver la evolución del indicador de los cuatro grandes países de la Eurozona más Grecia, desde 2007, según datos de Eurostat.
Ahora veamos las variaciones en el porcentaje de parados durante ese mismo período.
En cuanto a recaudación fiscal como porcentaje del PIB, en Alemania entre 2007 y 2011 (último dato disponible en la OCDE) esta ha aumentado en 1,4%, en Francia -0,2%, en Grecia -1,3%, en Italia -0,3%, y en España -5,7%. En 2012, con unas subidas fortísimas de impuestos, la recaudación en España en porcentaje del PIB apenas ha subido unas pocas décimas.
Como se ve, en Grecia, con un aumento del paro similar, el PIB ha caído 16,5 puntos más que en España. Esto desde la perspectiva oficial se explica diciendo que el empleo que se ha perdido era muy poco productivo. Sin embargo, en las tablas input-output de la contabilidad nacional se ve claramente que esto no es cierto, luego no resulta una explicación convincente.
Respecto a la recaudación fiscal, se ven variaciones muy pequeñas en todos los países a lo largo del tiempo, inferiores a 1,5 puntos porcentuales, excepto en España, donde la caída de la recaudación ha sido de 5,7 puntos, a pesar de haber sido uno de los países donde más han subido los impuestos. Este hecho ha desafiado en Europa el ingenio de los economistas que han intentado explicarlo, acudiendo a los argumentos más peregrinos, como que era así por el incremento exponencial de la economía sumergida en España. Este razonamiento no puede ser más ridículo, por cuanto la economía sumergida por definición está fuera de la contabilidad nacional (además de que las estimaciones más fiables hablan de una reducción de la economía sumergida desde 2007).
Por extraño que pueda parecer, nadie parece caer en la explicación más razonable a todos estos hechos, que es simplemente que la medición del PIB español ya no refleja fielmente el nivel de actividad económica. Esto lo podemos ver a continuación, tomando los tres grandes sectores de la economía: industria, servicios y construcción. Vamos a comparar los indicadores sintéticos de actividad (prácticamente coincidentes con el PIB) con los indicadores sectoriales de actividad que mejor correlación han mostrado históricamente.
Empezando con la construcción, comparamos el consumo de cemento con el ISCOF (indicador sintético de la construcción). Como se ve, la correlación fue excelente hasta 2008, pero desde entonces se pierde y actualmente la brecha es de unos 8.000 millones de euros de PIB trimestrales, con lo que la actividad real sería un tercio menos de la reflejada por el ISCOF.
En industria comparamos el IPI (índice de producción industrial) con el ISI (indicador sintético de la industria). Volvemos a encontrar una excelente correlación hasta 2008. Desde entonces, la brecha trimestral equivale a unos 8.000 millones de euros de PIB trimestrales, o un quinto de la actividad del sector.
La mayor diferencia la encontramos en los servicios de mercado. Comparamos el IASS deflactado con el IPC (índice de actividad de los servicios) con el ISS (indicador sintético de servicios). Una vez más se encuentra una excelente correlación hasta 2008, acumulándose desde entonces una brecha de unos 42.000 millones trimestrales, o un tercio de la actividad del sector.
Si asumimos que las otras pequeñas partidas del PIB están correctamente medidas (servicios de no mercado, agricultura e impuestos sobre importaciones, producción e IVA), esto implicaría que el PIB real sería en estos momentos un 21% menor de lo informado. Si así fuera, quedarían perfectamente explicados tres hechos claves de nuestra economía:
1) Baja recaudación fiscal. Con el nuevo PIB esta sería realmente del 40% y no del 32%, unos 3,3 puntos superior a la de 2007, algo perfectamente compatible con las fuertes subidas de impuestos.
2) Alto nivel de paro. Con el nuevo PIB queda explicado también el tremendo aumento del paro sufrido.
3) Beneficios empresariales. Según la contabilidad nacional, los beneficios empresariales están en máximos, lo cual es incompatible con la enorme cantidad de quiebras y los grandes problemas que están teniendo la gran mayoría de las empresas. Sería también absurdo que con los beneficios en máximos las empresas se hubieran dedicado a despedir trabajadores a millones. Eso jamás ha pasado. Sin embargo, con el nuevo PIB los beneficios empresariales no serían un 7,5% mayores que los de 2007, como se informa oficialmente, sino un 43% menores, lo que es también compatible con la situación que se observa en las empresas, particularmente en las pequeñas.
Urge, pues, que el INE aclare la razón de estas diferencias y que en su caso corrija los datos del PIB, lo cual sería muy beneficioso también para España de cara a la negociación de las condiciones de los inevitables rescates que están por venir. Sería un excelente instrumento de presión, pues los sacrificios exigidos siempre tienen una relación con la situación real del cada país."


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