lunes, 6 de mayo de 2013

Las diferencias entre austericidio y austeridad: así confunde el Gobierno a los ciudadanos. (Política, Economía. 1.536)

Pues así es. Más claro agua. El problema es que ni éste partido, ni las alternativas (ya sean nacionalistas, socialistas o comunistas) están por la labor de hacer lo que hay que hacer, o incluso pretenden acentuar esta situación. Y mientras tanto, seguimos exprimiendo a familias y empresas:

"Mariano Rajoy proclamó a los cuatro vientos al comienzo de la legislatura que la economía sería el eje central sobre el que giraría la política del Gobierno. Pero tras casi un año y medio gobernando, los ciudadanos, especialmente muchos votantes del PP, se sienten absolutamente decepcionados y engañados porque se han dado cuenta de que el PP no tenía planificada ninguna estrategia económica para sacar a España de la quiebra a la que nos llevó el anterior gobierno del PSOE.

Y es que el Gobierno actual no tiene ninguna estrategia económica aunque sí persigue un objetivo definido, que es mantener el actual sistema político-administrativo-territorial a toda costa. Un sistema que es tan destructor para la economía española como beneficioso para la casta política.

Hasta la fecha, la falsa y desenfocada austeridad, centrada en los recortes y las subidas de impuestos a los ciudadanos, a las pymes y a los autónomos, solo ha servido para mantener a flote una descomunal Administración (estructura político-autonómica y local) y a todas las deficitarias y ruinosas empresas públicas. Pero la deuda del Estado sigue creciendo de forma insostenible y los objetivos de déficit no se han cumplido (el esfuerzo del déficit lo ha realizado únicamente el sector privado).

Por tanto, todo lo expuesto anteriormente deja al descubierto el verdadero y único plan del Gobierno, el cual consiste en dejar pasar el tiempo sin tomar ninguna decisión que implique perder cuota de poder político (reducir el Estado), imaginando que la enferma economía española mejorará sin necesidad de operar.

Maquillando la realidad

Las pymes, los autónomos y las familias están cumpliendo con la parte del ajuste que les corresponde (la deuda de las empresas sigue reduciéndose y está llegando hasta niveles de 2006), pero el sector público sigue prorrogando sus obligaciones, sobre todo, las empresas públicas, que siguen contratando personal aunque están especializadas en perder dinero y gestionadas por políticos cuyos salarios se encuentran por encima de la media del sector privado. Los políticos han expoliado las cajas de ahorros y, también, las empresas públicas.

¿Cuántos parados más tiene que soportar España para que el Gobierno gire 180 grados su política y acometa una reforma profunda de nuestra monstruosa Administración en forma de reducción del ineficiente sector público empresarial? ¿Cuándo se van a liminar tanto las triplicidades administrativas como de subvenciones improductivas y clientelares?

¿Está apoyando el Gobierno a los emprendedores o solo los utiliza publicitaria y mediáticamente? La casta debería saber que ni los costes derivados de la Seguridad Social ni los impuestos actuales tan elevados pueden ser asumidos por las empresas. Además, el crédito bancario sigue fluyendo hacia la Administración para pagar los gastos de nuestro super Estado, lo que deja a las empresas sin crédito y con la única misión de pagar impuestos.

El último paquete de medidas adoptado por el Gobierno (el pasado viernes, 26 de abril), que incluye nuevas subidas de impuestos, indica que todo seguirá igual.

Bruselas no es culpable...


¿Tiene algún margen de decisión el Gobierno respecto a Bruselas? Es un hecho cierto que la economía española se encuentra intervenida y que tanto los objetivos de déficit como la subida de determinados impuestos se imponen desde Bruselas, pero en última instancia, ¿quién decide realmente dónde, cómo y en qué se recorta: la UE o el Gobierno español?

¿Tiene el Gobierno algún margen de decisión? ¿Le interesa a la casta política que los españoles piensen que la engañosamente denominada austeridad y los recortes vienen delimitados estrictamente por Bruselas? De esta manera, los culpables son Europa y Merkel...

Oli Rehn, responsable de Economía de la UE, criticó hace escasos días la política económica de Rajoy fundamentando que la misma, basada en la subida de impuestos sin apenas reducción de gasto público-político, impedirá el crecimiento económico de España. Y a esta crítica se ha sumado Mario Draghi, presidente del BCE.

La política económica centrada en la austeridad es correcta si se enfoca adecuadamente, es decir, en la reducción del gasto público-político (sin subir los impuestos)para reducir la deuda y el déficit. El austericidio del Gobierno de Rajoy (recortes a la sociedad civil e insoportable presión fiscal) es diferente a la austeridad (control presupuestario y reducción del gasto público-político ineficiente e improductivo). Son dos conceptos diferentes que están confundiendo a muchos ciudadanos españoles.

La Comunidad Europea le ha pedido a Rajoy mayor profundidad respecto a su incompleta reforma laboral y actuaciones encaminadas a dotar de sostenibilidad al sistema de pensiones español. Del mismo modo, el nuevo cuadro macroeconómico muestra que Bruselas permitirá que los objetivos de déficit se relajen en los dos próximos ejercicios, una decisión que ha aprovechado el Gobierno para diseñar un déficit a la carta para cada una de nuestras autonomías (empezando por Cataluña). Otro error que acabará en más despilfarro, más déficit y más deuda.

Es el momento de decidir


La capacidad recaudatoria del Estado no es suficiente para reducir el déficit y no se puede exprimir (fiscalmente) más a los ciudadanos y a las empresas. Por tanto, sólo existe una solución: acometer una profunda reforma administrativa y territorial, reducir radicalmente el gasto público-político y eliminar el modelo de economía subvencionada.

¿A qué espera Rajoy para racionalizar el Estado, a que se lo mande Angela Merkel? Ni siquiera ahora, con la tregua que los mercados están concediendo a España con la prima en torno a los 280 puntos básicos, se atreve el Gobierno a hacer la reforma más necesaria para nuestro país porque trastoca la configuración del sistema político, que es lo que realmente no quiere modificar bajo ningún concepto.

La casta política sigue apostando por mantener sus veinte mil asesores casi cienmileuristas, a las más de cuatro mil empresas públicas empleadoras de familiares y amigos de los políticos, a los cientos de miles de empleados públicos sin oposición enchufados por la partitocracia PP-PSOE... Y todo a costa de que suban los impuestos y el paro.

No podemos pagar el sueldo de todos los parásitos sociales que están arruinando España. Hay que elegir. El sistema actual o los ciudadanos. Los privilegios de la casta política o España y los españoles.

Lucio A. Muñoz es socio director de Eurogroup Human Resources."

Fuente: El Economista

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