viernes, 12 de febrero de 2021

Gina Carano, despedida de The Mandalorian tras ser acusada por la izquierda

Ignacio M. García Medina analiza el útlimo acto de censura y totalitarismo de la izquierda en su presión por cancelar y perseguir a Gina Carano, por su discrepancia ideológica. 

La "inclusiva" Disney, tras meses de ataques a la actriz, ha cedido a las demandas, despidiéndole finalmente, por un tuit, con el que precisamente muestra tener una vez más razón la actriz, tras el despido. 

Un caso de persecución totalitaria del que ya me hice eco en este otro artículo en el que introducía el vídeo con esta entrada: "Una Alienada analiza la campaña izquierdista en redes sociales de desprestigio contra la actriz y modelo Gina Carano (aparece en papeles como Deadpool de Marvel o la serie The Mandalorian de Star Wars donde hace el papel de Cara Dune) por sus creencias y declaraciones, mostrando hasta qué punto se pueden deformar y sesgar, y evidenciando la corriente totalitarista, intolerante, censuradora y coactiva con fines y bases ideológicos que se está apoderando de todo ámbito social."

La NeoInquisición ha llegado para quedarse y es ciertamente gravísimo lo que está ocurriendo. 

Artículo de El American:



Gina Carano, la actriz que interpreta al personaje Cara Dune en The Mandalorian, ha sido despedida por Lucasfilm, propiedad de Disney. Después de varios meses en los que la izquierda ha conseguido convertir en tendencia el hashtag #FireGinaCarano, Lucasfilm finalmente ha sucumbido al acoso y ha decidido despedirla por el mero hecho de expresar sus opiniones conservadoras en redes sociales.

En un comunicado fechado el miércoles 10 de febrero de 2021, la empresa ha declarado que «Gina Carano ya no es empleada de Lucasfilm y no hay planes de que lo sea en el futuro. Sus publicaciones en redes sociales, denigrando a las personas por su identidad cultural y religiosa, son aborrecibles e inaceptables».

Tras varios meses de hostigamiento por parte de la izquierda, debido a algunas publicaciones de la actriz en las que se mostraba crítica con la izquierda y el Partido Demócrata, Disney aprovechó una publicación de Gina Carano en Instagram —que ya no está disponible— para justificar su despido.

En dicha historia de Instagram, la actriz y antigua luchadora de artes marciales mixtas mostraba una foto en la que se veía a unos niños alemanes de la época nazi, que hostigaban y agredían a una mujer judía que corría semidesnuda por la calle tratando de huir.

Gina Carano acompañó la foto con el siguiente texto: «Los judíos eran apaleados en las calles, no por los soldados nazis, sino por sus vecinos… incluso por los niños. Como la historia se reescribe, mucha gente hoy en día no se da cuenta de que para llegar al punto en el que los soldados nazis pudieran ejecutar fácilmente a miles de judíos, el Gobierno primero hizo que sus propios vecinos los odiaran simplemente por el hecho de ser judíos. ¿Acaso es eso muy diferente a odiar a alguien por sus ideas políticas?».

gina carano instagram
Captura de pantalla de la publicación en el Instagram de Gina Carano.

Resulta desconcertante que por esto se la acuse de antisemitismo o de «denigrar a personas por su identidad cultural o religiosa». Suena a una excusa muy apresurada por parte de Lucasfilm y Disney. Lo cierto es que, tras esta publicación, en un ataque relámpago al estilo Blietzkrig, Lucasfilm ejecutó su particular “Orden 66”, fulminando a Gina Carano. Según The Hollywood Reporter, una fuente informada de Lucasfilm dijo que «[Lucasfilm] llevaba dos meses buscando una razón para despedirla, y esto ha sido la gota que colmó el vaso».

En realidad, parece que quienes la han atacado y conseguido que la despidieran son los que han hecho gala de una intolerancia y una hostilidad extremas hacia opiniones diferentes a las suyas.

Gina Carano, víctima de la cultura de la cancelación progresista

El acoso por parte de la izquierda hacia Gina Carano cobró fuerza el pasado noviembre cuando la actriz compartió ciertas publicaciones en las que mostraba su preocupación por el posible fraude electoral, y en las que criticaba algunas medidas impuestas por los gobernantes demócratas con la excusa de la pandemia, como por ejemplo la obligatoriedad de las mascarillas.

La publicación de Carano sobre el acoso hacia los republicanos se ha convertido en una especie de profecía autocumplida, que no hace sino darle la razón. Quienes presumen de tolerancia y antifascismo son los que se comportan como los nazis a los que hace alusión la actriz. Con este movimiento, aborrecible e inaceptable, Lucasfilm se pone del lado de los acosadores e intolerantes, despidiendo a una persona simplemente por no ser de izquierda.

Lo más irónico de toda esta situación es que, usando el lenguaje progresista, tanto su personaje de Cara Dune como la propia Gina Carano encarnan el ideal de mujer “feminista interseccional empoderada”, monopolizado e instrumentalizado por la izquierda.

La actriz nació en Texas en 1982, con ascendencia italiana, inglesa, escocesa, alemana, holandesa y mohawk. Es licenciada en psicología por la Universidad de Nevada en Las Vegas. Allí dirigió al equipo femenino de baloncesto a conseguir el título del estado. Jugó al sóftbol y voleibol. Llegó a ser considerada la tercera mejor luchadora de MMA del mundo y dio el salto a la televisión como gladiadora en American Gladiators.

Antes de ser la coprotagonista de The Mandalorian participó en las películas de acción Haywire, Fast & Furious 6 y Deadpool, entre otras. En 2012 ActionFest le otorgó el “premio Chuck Norris” a la mejor estrella de acción femenina del año. En 2013 fue nominada para los Premios de la Crítica Cinematográfica como mejor actriz de acción.

En 2008 quedó en el puesto cinco de las diez mujeres más influyentes de la “lista Yahoo!”. Fue número 16 de la lista Maxim en 2009 y compartió portada de la revista ESPN Body junto a Serena Williams.

Pero todo esto, que la convertiría en el arquetipo de mujer soñado por el progresismo, no la hace merecedora de ser defendida ni por la izquierda, ni por las feministas, ni por la “inclusiva” Disney, al contrario, ha sido dura y despiadadamente atacada hasta conseguir su despido. ¿Por qué? Porque no comparte sus opiniones políticas.

Gina Carano es la más reciente víctima de la cultura de la cancelación izquierdista, que podría resumirse con el siguiente juego de palabras: “no compartas tus opiniones políticas si no compartes nuestras opiniones políticas”.


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