jueves, 18 de febrero de 2021

A la izquierda se le atragantan los elementos que tienen en común un marxista y una nazi

Elentir analiza cómo a la izquierda se le atragantan los múltiples elementos que tienen en común un marxista y una nazi, y que se pueda entrevistar a cualquiera de ellos en un medio de comunicación...


Artículo de Contando Estrelas: 



En las últimas horas se está hablando mucho en España de dos fans de ideologías totalitarias: Isabel Medina (nacional-socialismo) y Pablo Hasel (comunismo).

¿Un nazi provoca escándalo y un comunista no (o viceversa)?

Algunos se han escandalizado de que ciertos medios de comunicación hayan entrevistado a Medina. No montaron ese escándalo cuando los medios entrevistaban a Hasel, o incluso a etarras como Arnaldo Otegi. Si te indigna que entrevisten a una nazi pero no a un comunista -o viceversa-, es que tienes una idea muy hemipléjica de la democracia, ya que ambas ideologías son totalitarias y por tanto radicalmente antidemocráticas.

Las dos grandes diferencias entre Isabel Medina y Pablo Hasel

Hay que decir que entre Isabel Medina y Pablo Hasel hay dos grandes diferencias. La primera es que ella tiene 18 años. Es una adolescente y su edad y su falta de madurez explican, en parte, las tonterías que dice. Sin embargo, Pablo Hasel tiene 32 años. Ya debería ser un adulto hecho y derecho, y sin embargo se comporta como un energúmeno con una edad mental de 14. Sin embargo, muchos que critican duramente -con razón- las burradas de una chica de 18 años, al mismo tiempo le hacen palmitas a las burradas del hombretón de 32.

La otra gran diferencia es que no consta que Isabel Medina haya sido condenada por delito alguno, aunque tiene todas las papeletas para recibir una más que merecida condena judicial por su soflama antisemita del pasado sábado. Sin embargo, Pablo Hasel es un delincuente reincidente condenado por dos delitos de apología del terrorismo, uno de injurias, uno de atentado contra la autoridad, uno de allanamiento y dos agresiones. Desconozco si en los próximos 14 años -que es la diferencia de edad entre ambos- Isabel Medina será capaz de igualar ese historial penal. Hasel no se lo ha puesto fácil.

Isabel Medina quiere un «un régimen socialista»: Pablo Hasel también

Pero sin duda, lo más interesante de ambos personajes son sus denominadores comunes, unos elementos que hoy se le han atragantado a la izquierda española. En una entrevista con El EspañolIsabel Medina se dice partidaria de “un régimen socialista”En otra entrevista en El Mundo, afirma: “Creo en un régimen nacional y socialista”. Esto no extrañará a cualquiera que haya estudiado mínimamente los orígenes socialistas del fascismo y del nazismo (ya los expliqué aquí). Da la casualidad de que Pablo Hasel también ha defendido “un sistema socialista”. A fin de cuentas, tanto ella como él representan a dos franquicias del socialismo: la nacionalista y la internacionalista.

Algunos han olvidado lo que significa «nazi»: nacional-SOCIALISTA

Para los que se muestran escandalizados ante ello, basta con recordar que la marca alemana del fascismo se denominó “nacional-socialismo” (hay que recordarlo porque a menudo se usa tanto la abreviatura “nazi” que se olvida el término completo), y que Hitler llegó a decir que quería “convertir el Pueblo alemán al socialismo”, arremetiendo contra el liberalismo y el capitalismo y lanzando afirmaciones como ésta: “Lo que el marxismo, el leninismo y el estalinismo no lograron, estaremos en condiciones de lograrlo”. Hitler llegó a elogiar la persecución del comunismo contra el individualismo liberal: “Es comprensible por qué el bolchevismo simplemente eliminó tales criaturas. Eran inútiles para la humanidad”.

Las broncas entre las diferentes franquicias del socialismo

La enemistad ideológica entre ambas franquicias no impidió una alianza entre ellas para invadir y repartirse Polonia en 1939, con desfile conjunto nazisoviético incluido (una invasión justificada por el Partido Comunista de España, por cierto). Esa enemistad no fue un caso único entre franquicias del socialismo, pues también hubo una enemistad profunda entre el comunismo y la socialdemocracia, a la que la Internacional Comunista Stalin equiparó con el fascismo“El fascismo y la socialdemocracia son los dos lados del mismo instrumento de la dictadura capitalista”, dijo la Comintern en 1924.

El disparate de llamar «fascista» a un partido liberal-conservador

El problema que tiene ahora la izquierda entre manos es gordo, porque políticos socialistas y comunistas vienen llamando “fascista” a un partido liberal-conservador como Vox, en un intento tan burdo como calumnioso de criminalizar a todo el que se sale del pensamiento único progre, y resulta que con quien está emparentado el fascismo es con el socialismo. De hecho, en la citada entrevista en El Mundo, al ser preguntada qué le parece Vox, Isabel Medina afirma: “Vox me da más asco que Podemos”. En El Español, al ser también preguntada por Vox y por la acusación de “fascista” que le lanza la izquierda, Medina se ríe y afirma: “es muy frecuente el error de vincular a los movimientos fascistas con la derecha o la extrema derecha. El fascismo, desde su nacimiento, se ha desvinculado de la derecha”, afirmando que la derecha “es antisocial”.

Que a una nazi le dé más asco Vox que Podemos no es nada raro. Hace dos meses ya señalé aquí que grupos nazis han lanzado soflamas antisemitas contra Vox, acusándole de “prosionista” por su apoyo a Israel y a la comunidad judía. El posicionamiento de Vox sobre ese tema es el propio de la tradición liberal-conservadora. Ayer mismo, la diputada de Vox Rocío Monasterio mostró su apoyo a la comunidad judía ante la soflama antisemita de Isabel Medina y Santiago Abascal reiteró su apoyo a Israel “frente al islamismo terrorista”.

El antisemitismo de la extrema izquierda

Por el contrario, la extrema izquierda viene cultivando un antisemitismo disfrazado de “antisionismo” (que viene a ser lo mismo, pues el antisionismo es negarle al pueblo judío el derecho a tener su propio país, cosa que la extrema izquierda no hace con ningún país musulmán ni de ninguna otra religión). En este sentido, la asociación judía española ACOM ha acusado de “antisemita” al líder de Podemos por sus proclamas antisionistas y por los boicots discriminatorios que Podemos viene apoyando en muchos ayuntamientos contra el Estado de Israel. Así que cuando la izquierda habla de “fascismo”, de lo que habla es de sus parientes ideológicos cercanos. Tal vez por ello no duda en copiar sus métodos de coacción y sus agresiones contra los que discrepan de sus tesis ideológicas, cosas que no hace Vox ni por asomo.


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