El bulo de la brecha salarial que extienden cada día como instrumento para justificar la ideológía de género y la creación sin fin de redes clientelares, regulaciones liberticidas...no tiene límite, y la mentira no es más que una herramienta para sus fines políticos.
Y es que es rotundamente FALSO que tal como afirma el PSOE y demás propaganda relacionada, las mujeres cobren menos que los hombres por el mismo trabajo, y ya lo del 21,4% es deleznable y dice bien poco de quienes lo afirman.
Y es que como siempre lo único que dice esa cifra es la diferencia del salario medio entre hombres y mujeres tomando a todos los hombres y todas las mujeres en bruto.
Ni lo compara en función de las horas trabajadas (en España, en promedio el hombre trabaja más horas que la mujer, por ello en media también cobra más) y haciéndo el cálculo por hora trabajada la diferencia baja a alrededor del 11%.
Pero esto también sería una mala comparación, porque no es lo mismo trabajar 8 horas de ingeniero que de administrativo. NO compara el salario por el mismo trabajo, tal como se refieren los mentirosos de turno.
Haciendo esta comparativa, la diferencia salarial básicamente desaparece (aún hay un mínimo porcentaje de diferencia, que según estudios puede rondar cerca del 5-7%). Pero es porque hay "discriminación machista" y un "heteropatriarcado opresor" que se reune los viernes por la tarde para joder a un sexo. Obviamente NO. Es por varios motivos más.
Uno, e importante es la maternidad, que se suele dar sobre los 30 años. Es precisamente en estas edades cuando los cambios salariales y de ascensos son más importantes, por lo que la inactividad de una persona (por una cuestión biológica de embarazo) en esas fechas implica menos horas trabajadas, menos experiencia acumulada y menos capacidad (por ley natural) para afrontar retos y trabajos de mayor sacrificio personal y horas de trabajo. Hechos que tienen que ver tanto para quien elige al candidato óptimo (necesitará más implicación del candidato) como del elegido (tendrá que aceptar más horas de trabajo, menos horas con la familia, más dedicación y responsabilidad, relacionada con mayor estrés...). Y esta cuestión es un tema que por ley física y por preferencias personales (y hay que recalcar esto último, porque además hay mucha evidencia científica al respecto sobre la predisposición del hombre a trabajar más horas y sacrificar más tiempo para otras cosas -incluyendo la familia-, lo cual se puede ver desde un punto de vista positivo o negativo, puesto que hay más hombres predispuestos a trabajar como ejecutivos 65 horas a la semana, sin tiempo libre fines de semana, renunciando a pasar más tiempo con sus hijos..., podía verse desde la perspectiva que esas personas no disfrutan de la vida y de muchas cosas que llevan o dan la felicidad -compartir más tiempo con amigos, familia, ocio...-. Por supuesto hay que entender que todo esto es en términos medios.
De hecho, los salarios antes de la maternidad (y de esto también hay mucha bibliografía) son similares entre el hombre y la mujer, según el país. Por ejemplo en EEUU la mujer soltera cobra más que el hombre soltero...
Y el otro punto a considerar es la edad (relacionado con la experiencia y la productividad, y a mayor productividad, y en general cuanto mayor eres, más salario cobras, y más alto llegas. Así, la incorporación más tardía al trabajo remunerado de la mujer en las sociedades desarrolladas ha conllevado que haya menos mujeres en las capas altas (relacionadas con puestos de mayor remuneración,dirección...) que en el caso de los hombres. Y en consecuencia que aunque se trabaje en "lo mismo", se cobre menos (para entenderlo no es lo mismo lo que cobra un ingeniero recién entrado en la empresa que uno que tiene 30 años de experiencia y ha ido ascendiendo con el paso de los años. Ambos trabajan en lo mismo, pero uno gana más que otro). Y no es una cuestión de discriminación "por sexo", obviamente, pues también se da entre hombres con otros hombres, y mujeres con mujeres.
Pero con el paso de los años, y conforme se van jubilando más hombres que ocupaban esos puesto, la diferencias por estos hechos van reduciéndose (aunque vuelvo a reiterar que hay un componente de elección voluntaria y renuncia a ciertos sacrificios para disfrutar de otro tipo de vida que hay que remarcar y está más que comprobado, y se evidencia también en el porcentaje de trabajo a jornada parcial o reducida que es elegido voluntariamente, donde el sexo femenino tiene una mayor preferencia que el hombre para elegirla, y esto es notorio en los países nórdicos).
En definitiva, la manipulación y la politización de cada ámbito de la vida de las personas por parte de ciertos ideologías y partidos, que buscan la crispación, la confrontación y el tratamiento de las personas no como personas individuales sino como partes de colectivos para instrumentalizarlos y buscar réditos políticos es deleznable. No buscan resolver problemas, sino crearlos e instrumentalizarlos, no buscan la convivencia pacífica sino la confrontación y la división (pues ahí es donde emergen para aparecer como salvadores y para ello es esencial crear dicotomías de buenos y malos y fantasmas con los que hay que acabar). Y para ello es esencial no hacer un discurso racional, de sentido común, sosegado, analítico...sino visceral, superficial, irracional, sentimental...
Artículo de Libre Mercado:
Mensaje del PSOE en su Twitter. | PSOE
El PSOE comienza a preparar el terreno para la celebración del Día de la Mujer el próximo 8 de marzo (8-M) y lo hace, como viene siendo habitual, sembrando los tradicionales bulos sobre la brecha salarial.
Ayer lunes, en el Día Internacional por la Igualdad Salarial, aseguraron desde la cuenta oficial del partido en Twitter que "la principal causa de que el salario anual de las mujeres sea menor que el de los hombres es el peso de los cuidados" y, en un cartel adjunto, mostraban el siguiente eslogan: "las mujeres cobran, de media, un 21,4% menos que los hombres por el mismo trabajo".
Lo cierto es que el dato del 21,4% proviene de comparar el salario promedio de las mujeres (21.011,89 euros) con el salario promedio de los hombres (26.738,19 euros), según lo recogido por un estudio del INE de 2018. De esta forma, se refleja la diferencia de salarios anuales sin tener en cuenta ningún otro factor, como las horas trabajadas o el sector concreto al que se dedica cada persona.
De hecho, el propio INE, en el estudio del que el PSOE obtiene los datos, evita calificar esa diferencia como brecha salarial. A lo que llama brecha salarial el INE es a la que "utiliza la ganancia ordinaria por hora trabajada como base de la comparación" y en este caso es del 11,3%, y no en el 21,4%, siendo además una cifra inferior a la media europea del 14,1%, y aún más inferior que la de países como Alemania (19,2%), Reino Unido (19,8%), Finlandia (17,1%) o Francia (16,5%).
Por lo tanto, ya desde un principio, podemos concluir, atendiendo a los datos oficiales, que es radicalmente falso que las mujeres cobren un 21,4% menos por desempeñar el mismo trabajo que los hombres, como afirma el PSOE.
Aún con todo, la brecha salarial ajustada por el INE, del 11,3% (que otros estudios la sitúan en el 9,1%) no refleja necesariamente la supuesta discriminación efectuada por los empresarios hacia las mujeres, como ya explicamos en Libre Mercado. Una de las tesis más plausibles para explicar, en gran medida, esta brecha, es el efecto maternidad. De hecho, la brecha se reduce en España al 3% si comparamos los salarios de hombres y mujeres menores de 30 años, y hay evidencia de que, en buena parte de los países desarrollados, la brecha es inexistente entre hombres y mujeres que renuncian a tener hijos.
El partido encabezado por Pedro Sánchez no ha sido el único comprar este discurso sobre la brecha salarial. El líder del PP, Pablo Casado, mencionó ayer lunes la famosa cifra del 21,4%, asegurando que, "con este Gobierno, la brecha salarial se dispara" hasta este porcentaje. Además, Casado olvida que ese dato es de 2018, último año con Rajoy en la presidencia del Gobierno. Sin embargo, el líder de la oposición sí acierta al denunciar que el paro femenino ha sufrido en 2020 el incremento más sustancial de la Unión Europea, dato que deja en evidencia la política feminista del Gobierno de coalición.
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