martes, 28 de septiembre de 2021

La extrema izquierda andaluza reivindica el 'andalûh' en el Senado

Este es un nuevo ejemplo ilustrativo de lo que busca la izquierda para acrecentar su poder e ideología vía diversos instrumentos, en este caso la lengua. 

Esta estrategia la ha venido desarrollando en las distintas comunidades autónomas. Su estrategia seguida es similar a las llevadas a cabo por los nacionalistas (de ahí su afinidad y nexos). Y no es otra que la de exaltar un sentimiento nacionalista que pueda instrumentalizar en beneficio propio, con el cual acaba dividiendo a la sociedad en buenos y malos (ciudadanos de primera y de segunda, verdaderos ciudadanos y extranjeros en su propia tierra a cualquiera que se oponga a sus crecientes imposiciones). 

La división le permite presentarse como los buenos, obviamente, los representantes del verdadero pueblo, de las victimas oprimidas por una fuerza externa e imperialista (en este caso España). 
Y así arrinconan y hacen caer en una trampa a su oposición política generando una falsa dicotomía. 

Su presencia en el poder e instituciones (como la educativa y administraciones) así como su hegemonía cultural y mediática genera una falsa realidad y sentimiento que vía subvenciones, educación, intelectuales a su servicio y medios va calando con el paso de los años hasta ser hegemónico o aún no siéndolo a nivel poblacional, sí lo es a nivel educativo, institucional, político, mediático...

Donde no había antes nada, ahora hay un conflicto absoluto generado por ellos, instrumentalizado en su beneficio y empleado para garantizarse el poder político, la creación de innumerables chiringuitos receptores de mil millonarias subvenciones y colocadoras de decenas de miles de allegados y afines con los que generan múltiples redes clientelares y de propaganda, imposibles de deshacer posteriormente, y que les permite mantener su hegemonía cultura, con la que se sirven para extender su propaganda y agenda ideológica y política en múltiples otras áreas (pues bajo el paraguas del nacionalismo, dado tribalismo inhernete a la naturaleza humana, la gente se siente perteneciente a dicho grupo, y como tal lo defenderá independientemente de los desastres o gestión que lleve a cabo, frente a la demonización del oponente o "diferente"). 

Lo que comienza como un insulto a la inteligencia y es tomado como una broma de la que reirse llega a dichos niveles (como se ha visto ya en Asturias, y pretenden imponer también en Aragón). Y ahora en Andalucía...

Artículo de Libertad Digital: 



La senadora Pilar González. | Imagen TV





La extrema izquierda nacionalista andaluza, representada en las instituciones por el recientemente refundado Adelante Andalucía y con Teresa Rodríguez como cabeza visible, sigue en su empeño de dotar a la región de una lengua propia a la imagen de otras CCAA. Desde hace años esta corriente extrema del nacionalismo andaluz intenta crear una gramática andaluza.

El último ejemplo se vivió la semana pasada en el Senado cuando la senadora de Adelante Andalucía Pilar González aseguró, citando al catedrático Juan Carlos Moreno Cabrera, que "la ideología del nacionalismo lingüístico español ha creado un discurso contemporáneo de carácter mitológico no científico que intenta presentar la lengua propia, el castellano en este caso, como superior a los demás idiomas con los que convive y justificar su posición dominante o ventajosa sobre ellos".

"Esta ideología del nacionalismo lingüístico español lo aprovecha para asignar a la lengua castellana una serie de bondades que en realidad se derivan de una convergencia de circunstancias sociohistóricas contingentes y no de ninguna supuesta superioridad de esa lengua sobre las demás lenguas del Estado español", añadió la senadora del partido de Teresa Rodríguez.

La senadora argumentó que ella tiene "la fortuna" de poder hablar en su lengua y de escribir en la de "María Zambrano, Gioconda Belli, Ángeles Mastretta, Alfonsina Storni y Violeta Parra". "Pero hablo en andaluz como Federico, como Luis Cernuda. El andaluz es una lengua natural no estandarizada", explicó.

También dijo que "ya hay un grupo de profesores, de lingüistas andaluces intentando hacer una ortografía del andaluz. Yo sé que a algunos y algunas esto le va a parecer ridículo. Ya lo sé. Pero llegará el día que también se escribirá en andaluz. De momento lo hablamos y lo hablamos sin el menor complejo".

Este discurso lo hizo en el Senado pero lo compartió en su cuenta de la red social Twitter acompañado del siguiente texto: "El andaluz es nuestra lengua natural. Y no es inferior a ninguna otra lengua del estado. Lo hablamos sin complejos. Y tenemos, además, lingüistas andaluces con propuestas para una ortografía. PD: la cita del nacionalismo lingüístico español/castellano es de Moreno Cabrera".

Y justo después publicó un hilo en que tradujo el texto anterior en el supuesto idioma andaluz: "El andalûh êh nuêttra lengua naturâh. Y no êh inferiôh a ninguna otra lengua del êttao. Lo ablamô çin complehô. Y temenô, ademâh, linguîttâ andaluçê con propuêttâ pa una ortografía".

Ante la avalancha de comentarios en los que la mayoría de los usuarios se reían de ella, la senadora andalucista se defendió diciendo que: "Es una propuesta de ortografía teórica, elaborada en común por un equipo de filólogos e informáticos andaluces, a su costa, y para servicio de quien quiera utilizarla. Obviamente las furias desatadas responden a otras cosas".

El andalucismo se extiende

En los últimos meses la causa andalucista está adquiriendo apoyos desde ambos espectros del tablero político. La extrema izquierda lo hace como una ruptura con el Estado español y una búsqueda de unas supuestas reivindicaciones históricas.

Sin embargo, el PP-A también se ha sumado a reivindicar el andalucismo. Recientemente, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, conmemoró a Blas Infante junto al resto de partidos del Parlamento Andaluz con la excepción de Vox, que se desmarcó recordando que Infante fue "un muladí" con "ideas sectarias".

Moreno llegó a calificarse como "andalucista", dijo que se sentía "orgulloso de su obra" y que "el andalucismo moderno y constitucional cobra hoy más vida que nunca". Desde el partido se apuntó que el presidente "está construyendo la Andalucía por la que tanto trabajó y luchó Blas Infante".

El pasado fin de semana el consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, participó en el País Vasco en el XXXI Encuentro de Andaluces en Euskadi, organizado por la Federación de Asociaciones Regionales Andaluzas de Euskadi (Farae) 'García Lorca'. En ese acto defendió la apuesta del gobierno andaluz por un "andalucismo moderado pero rebelde ante las desigualdades", basado en "la apuesta por la sanidad, la educación, los autónomos y los emprendedores". "El andalucismo es dialogar, dialogar con los que tienes más en común y con los que tienes menos, apartar las diferencias para llegar a acuerdos", añadió.


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