Elentir analiza si nos gobierna un idiota, o que hay detrás de la nueva intención del gobierno (PSOE y Unidas Podemos) de volver a subir el salario mínimo, tras los desastrosos efectos para el empleo que tuvieron las recientes subidas (tal como fue advertido), y ante una situación tan dramática de la economía, situación empresarial y nivel de paro en la actual España...
Artículo de Contando Estrelas:
Una de las características de la izquierda es su inmunidad a la realidad. Insiste en sus errores sin importar el número de veces que los hechos le niegan la razón.
El PSOE y Podemos ya implementaron esa medida en 2018 recurriendo a la demagogia
Esto es muy frecuente en todos los ámbitos que tocan el socialismo y el comunismo, pero sin duda los más notorios son los referidos al ámbito económico. Como recordaréis, una de las medidas que aprobó Pedro Sánchez en 2018 fue una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 22,3% para 2019. En diciembre de 2018 el propio ejecutivo reconoció que la medida perjudicaría al empleo agrario, pero no le importó y siguió adelante con ello.
Para justificar la medida, el PSOE y Podemos echaron mano de la más burda demagogia, diciendo que gracias al gobierno los españoles cobrarían más y que quienes se oponían a ello eran unos insolidarios. En realidad se trataba de un descarado intento de comprar votos a costa de perjudicar a las empresas más modestas y a los trabajadores menos cualificados. El gobierno omitió toda referencia a la verdadera condición del salario mínimo para los solicitantes de empleo: subir el SMI sirve para elevar el listón de productividad que tiene que superar una persona para incorporarse al mercado laboral. Si no rindes lo suficiente para que tu trabajo justifique esos ingresos, te quedas en la calle.
Las peores previsiones de destrucción de empleo acabaron quedándose cortas
Lo que pasó después estaba más que anunciado. Ya en 2018, diversas instancias advirtieron al gobierno que esa medida podría destruir entre 40.000 y 150.000 empleos. Al final, las estimaciones que parecían más exageradas se quedaron cortas. Disparar los costes laborales tuvo efectos muy negativos especialmente en el ámbito rural. En 2019 España pasó de generar empleo a destruirlo. El desempleo rural, que había bajado en 25.900 parados en 2018, subió en 10.900 en 2019. Sin hacer ni la más mínima autocrítica, Sánchez y Podemos se lanzaron a culpar a los supermecados, usándolos como chivos expiatorios.
Finalmente, en junio de 2021 el Banco de España publicó un estudio analizando los efectos de esa subida del (ver PDF), en el que se señala que restó entre 0,6 y 1,1 puntos porcentuales a la creación de empleo en 2019, lo que supone más de 173.000 empleos destruidos. Unos meses antes, e indiferentes a las estadísticas que demostraban el daño que esa medida estaba haciendo a los más vulnerables -los trabajadores menos cualificados, sobre todo jóvenes y mujeres-, el PSOE y Podemos ya habían pactado otra nueva subida del SMI hasta los 950 euros para 2020, que se aplicó en plena crisis por la pandemia, agravando aún más los demoledores efectos en nuestra economía del confinamiento impuesto por el gobierno. Un confinamiento que, como señaló el TC en julio, fue inconstitucional, al suspender ilegalmente el derecho de circulación y el derecho de reunión mediante un mecanismo, el estado de alarma, que no permitía al ejecutivo adoptar esas medidas.
Sánchez repite la medida, desesperado por comprar votos
La crisis económica provocada por esa medida, sumada a la fuerte subida de la luz, como consecuencia de la disparatada apuesta del gobierno por las renovables, está dando lugar a una caída del PSOE y de Podemos en las encuestas. Frente a eso, y una vez más pasando olímpicamente de los datos que ya advierten sobre el daño que provocó esa medida en 2019, Sánchez ha anunciado hoy una “subida inmediata del SMI en lo que queda de año”. Si en 2019, en un contexto mejor que el actual, esa subida destruyó más de 173.000 empleos, en el momento actual, con muchas empresas atravesando serias dificultades, disparar aún más los costes labores es un colosal disparate que mandará a más españoles al paro.
Sánchez no es idiota: es tan inteligente como falto de escrúpulos
Llegados a este punto, toca responder a la pregunta que planteo en el título: ¿nos gobierna un idiota? Pues no. Sánchez no es idiota. Es tan inteligente como falto de escrúpulos. Para él, su acción de gobierno no se centra en tomar medidas que más favorezcan a la creación de riqueza y empleo, sino las que más favorezcan a su propia supervivencia política. A Sánchez no le importa mandar a otros 173.000 españoles -o más- al paro, si con ello consigue comprar votos para seguir como sea en La Moncloa, que es la máxima preocupación que tiene desde que llegó a ese palacio. Sólo así se explica que tome esa medida en un escenario económico tan desastroso. Sánchez no toma esa medida pensando en el empleo ni en la economía, sino pensando exclusivamente en sí mismo. Es marketing electoral puro y duro de un tipo que siempre pone el bien común muy por debajo de su egoísta y desaprensivo interés personal.
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Foto: La Moncloa.
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