Elentir analiza el aberrante feminismo (que considera a la mujer como discapacitada e inferior al hombre) que promueve el PSOE y Podemos, con la nueva ley de Universidades, que otorgará privilegios en función del sexo, acabando con la igualdad de oportunidades e igualdad ante la ley.
Todo por supuesto, bajo el paraguas de la ideología de género de tinte marxista y con el fin de obtener más votos...y mientras se atreven a afirmar (engañando a los ciudadanos) cada hora que el feminismo que promueven no es discriminatorio y que buscan la igualdad entre hombres y mujeres.
Artículo de Contando Estrelas:
El discurso de la izquierda sobre los colectivos “oprimidos” vuelve a amenazar, una vez más, con erosionar el derecho constitucional a la igualdad ante la ley.
Una ley para imponer la ideología de género en las universidades
Ayer el gobierno anunció en una rueda de prensa el Anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), una norma que pretende imponer la ideología de género (disfrazada como “perspectiva de género”) en las universidades españolas. Recordemos que una de las tesis en las que se basa esa ideología de origen comunista consiste en la aplicación del dogma marxista de la lucha de clases a los sexos: considera que las mujeres son víctimas de una opresión sistemática a manos de los hombres, y por tanto no cree en la igualdad ante la ley ni en la igualdad de oportunidades propias de las democracias, pues considera que no sirven para solucionar las desigualdades generadas por ese supuesto sistema de opresión.
En vez de ello, la izquierda aboga por la vieja tesis marxista de la igualdad de resultados, que considera que para que haya una igualdad real debemos ser discriminados para corregir y compensar esas “opresiones”, por ejemplo, dando prioridad a colectivos “oprimidos” como mujeres, homosexuales, inmigrantes, personas de razas que no sean la blanca, etc. Lo que esa igualdad de resultados implica es que en aras de una premisa puramente ideológica se vulnera un derecho constitucional como es la igualdad ante la ley, plasmada en el Artículo 14 de nuestra Carta Magna. Y se hace esto, además, no para liberar a nadie de una inexistente opresión, sino con el exclusivo fin de proporcionar a la izquierda nuevas bolsas de votos, en la creencia de que privilegiar a las mujeres hará que éstas, en agradecimiento, voten a la izquierda. Es una forma burda y rastrera de vulnerar nuestros derechos en aras del clientelismo político.
La LOSU dará preferencia a las mujeres frente a los hombres
Pero la LOSU presentada ayer por el gobierno no se limita a imponer la ideología de género, sino que desarrolla esas tesis que acabamos de repasar. Ayer el diario El Mundo señalaba que según ese anteproyecto, las mujeres tendrán preferencia frente a los hombres a la hora de ser contratadas en universidades públicas, una medida claramente inconstitucional que se promueve con el pretexto de mejorar la “equidad” entre hombres y mujeres. Pero dicha “equidad” no figura en nuestra Constitución. Lo que figura en nuestra Carta Magna es el derecho a la igualdad ante la ley, un derecho que ese anteproyecto destruye al otorgar privilegios a unos aspirantes frente a otros por razón de sexo.
Una medida que prejuzga a las mujeres como inferiores a los hombres
La decisión del gobierno de privilegiar legalmente a las mujeres está pensada, seguramente, para que éstas consideren que la izquierda las defiende mejor que nadie. En realidad, esa medida transmite el mensaje de que las mujeres son incapaces de competir por una plaza universitaria en igualdad de condiciones con los hombres, como si el hecho de haber nacido varón implicase, para la izquierda, un plus de talento que hay que compensar prejuzgando a las mujeres como intelectualmente inferiores a los hombres. Insultar así a las mujeres es una curiosa forma de querer captar sus votos.
Ser mujer pasaría a estar equiparado con una discapacidad
En nuestro ordenamiento legal hay una situación en la que una medida compensatoria como ésa sería aceptable: una discapacidad. Una persona que está en esa situación se ve en inferioridad de condiciones, objetivamente hablando, con quienes no sufren una discapacidad, y es por eso que los organismos públicos aplican medidas para ayudarles a superar esa dificultad. De hecho, según la referencia sobre la LOSU publicada por La Moncloa, ese anteproyecto contempla un “cupo de discapacidad”, lo cual me parece razonable si se plantea y se justifica adecuadamente. Lo que no tiene sentido es que esa ley considere ser mujer como una discapacidad que hay que compensar con privilegios.
Un planteamiento que traiciona las aspiraciones del feminismo original
Lo más curioso es que este gobierno que falta así al respeto a las mujeres, al mismo tiempo presume de “feminista”. Antes bien, el feminismo era, en sus orígenes, una reivindicación de igualdad ante la ley e igualdad de oportunidades para las mujeres, unas aspiraciones ya conquistadas en los países occidentales y que han dejado paso a un esperpéntico discurso del feminismo izquierdista con su ideología de género, que por querer que las mujeres se sientan víctimas de los hombres, ahora incluso promueve leyes que las presenta como inferiores a ellos. Las pioneras del feminismo se sentirían abochornadas si viesen esto.
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